Sobre el Bow Bridge

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Después de un excelente despertar, Juliana se sienta en la terraza principal de su apartamento, luego de un inolvidable desayuno, en la cama, con las delicias que Valentina le preparó, decide tomarse la mañana de ese día 14 de febrero, pensaba, «¿será qué hoy llega Lucho a New York, para estar con Val?», quería estar con ella exclusivamente, pero no sabía cómo hacerlo sin dejarse en evidencia.

No tenía que ir a la Universidad temprano, entonces aprovechó para disfrutar e internalizar su momento, para apreciar cómo se sentía como enamorada, después de dejar salir todo lo que atesoraba, cayeron ante si todos sus prejuicios morales, toda la disyuntiva de lo que era normal o no, todo lo redujo a, «es amor, simple y sincero amor, no puede ser malo», pensó.

Le era imposible dejar de sonreír, mientras tomaba un poco de sol, apreciaba mucho más el sentir la brisa fresca que le llegaba gracias al Central Park, sus sentidos estaban más agudos, eran efectos de lo que el amor hacía en ella. Quería hacer algo especial para celebrar su primer beso de amor, era memorable, su primer beso de amor real en sus 25 años de vida, el día, 14 de febrero, le era perfecto, sólo Lucho pudiese interrumpir todo... sin embargo, no perdía sus esperanzas.

─Mi niña, buenos días, ¡Feliz día!. –la interrumpe Silvina.

─Silvis, buenos días. ¡Feliz día!, igualmente. —le expresó, y se levantó para abrazarle.

─Veo que ya desayunó, ¿Desea algo más? —preguntó, percatando la alegría en su rostro que tenía en dirección al Central Park.

─No, gracias Silvis. Valentina hizo un súper desayuno, estoy satisfecha.

Se le iluminaron los ojos al nombrar a Valentina, Silvina lo notó, y veía tan feliz a su niña, que se quedó unos minutos a conversar con ella. Tenía mucho tiempo cuidando a Juliana y a sus hermanos, así que le gustaba de corazón verla así. Después de conversar se paró, y aprovechando que su niña tenía la mirada fija al Parque, dijo:

─Su amiga ayer quedó maravillada con la vista, aunque en su mirada noté nostalgia también, este Parque tiene sus historias, tan grandes, hermosas y fascinantes como lo es el mismo. –lo dijo mirando en la misma dirección de Juliana.

─Sí, miles de historias de amor, es épico. –respondió Juliana con cierta perspicacia.

─Estaré atenta a lo que necesite mi niña. –se marchó, a sabiendas que le dejo información valiosa.

—Silvis, hoy te puedes ir temprano, no creo que vaya a comer aquí, así que tómate el día.

—Gracias mi niña. —lo dijo y se marchó.

Juliana comenzó a recordar que Valentina tenía una memoria de su infancia con su Padre, en el Parque, era especial. Fue la ocasión perfecta para hacer sentir especial a Valentina, en recompensa por ese hermoso beso, que, aunque ella no recordara, le había regalado.


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Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora