Novias

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Juntas en el avión rumbo a Londres, deciden almorzar y lo acompañan con una botella don perignon, las burbujas doradas, para celebrar el logro de Juliana, y, muy para ella el hecho de que por fin Valentina no tenía nada que ver con Lucho desde ese día. La sonrisa que emitía era proporcional a su alegría, que tenían dos aristas, ella no sabía cuál sobresalía en ese momento, su corazón estaba demasiado alegre.

Sin embargo, Valentina iba aquejada con cierto sentimiento de culpa por lo que había tenido que hacer con Lucho, aparte de los nervios del viaje.

—Brindemos por ti —levanta su copa Valentina, y Juliana que está al otro lado de la mesa hace lo mismo—, por el mejor de los éxitos con tu primera película. —chocan sus copas, le guiña el ojo y le envía un tierno beso—. ¡Salud!

—¡Salud! —se sonroja con el beso enviado.

Comienzan a comer, y, aunque el avión es súper amplio, lujoso y hay sólo una persona para atenderlas a la vista, Juliana, nota la actitud de Valentina, y le expresa:

—Estás más nerviosa de lo que esperaba, creo que no funcionó la terapia antes de abordar...

—Corazón, te amo —responde a la mirada que le hace Juliana—. En realidad, serán muchas horas, pero más que nerviosa estoy es preocupada por todo lo que le está pasando a Lucho. —la mira apenada.

—Por favor, ese tema déjalo para cuando volvamos a NYC, deja que pasen unos días y los medios se enfoquen en otro escándalo. Te repito, debes tener claro que él se lo buscó.

—Tienes razón, debes disculparme por esta actitud. —espetó.

—No, para nada amor, te entiendo, y me hace pensar lo buena persona que eres, pero no vas a poder cambiar nada preocupándote, y él sólo está cosechando las consecuencias de sus actos. —le acotó.

—Eres tan hermosa, estoy demasiado feliz de tenerte en mi vida —toma su mano sobre la mesa—, te amo. —los ojos azules desarman a Juliana junto con esas palabras, pronunciando aún más su sonrisa.

—Y yo a ti.

—Juls, a todas estás explícame que vamos a hacer a Londres.

—Vamos a visitar a mi hermano, es más una misión de apoyo. —le explica.

—A ¡Panchito!, ¿qué le sucedió?

—Val, ni se te ocurra decirle Panchito cuando lo veas, él odia que lo llamemos así.

—Hmm, si ya, imagino. Ya es todo un empresario, sale de allí con el título de Dr. y así que por favor... —sonríe—, pero dime ¿qué le sucedió?

—Pues una ruptura amorosa, él supuestamente está llevándolo con calma, pero su tono de voz expresa todo lo contrario.

—¡Oh lo lamento! Pero su novia, bueno su ex, ¿vive allá con él?

—Él la convenció para estudiar allá, es más por medio de la empresa se le dio una beca para que fuese a estudiar con él. Fue frenético su amor.

—Algo que tienen en común los Valdés, ¿no crees? —utiliza su píe para acariciar la pierna de Juliana, y la mira sensualmente, logrando sobresaltarla en su asiento.

—¿Qué te parece la comida? —buscó cambiar el tema, rápidamente, mientras sirve más champagne.

—¡Excelente!, me encantó, ahora estoy demasiado agotada anoche no dormí muy bien y si, tu terapia y las burbujas me han ayudado, pero no sé, necesito dormir... —pone sus codos sobre la mesa, con la copa en su mano, y la mira muy sensualmente— ...en tus brazos complementaria la terapia, lo mejor de viajar en tu avión y que sea largo el viaje, definitivamente es el uso que le podemos dar a la habitación.

Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora