Celos

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«—Val, necesito que te controles y analices lo que estás diciendo... tus celos no tienen sentido. Kate es mi amiga y no le voy a dejar de hablar porque a ti se te dio por desconfiar de MI... —me sentía muy molesta.

—Tú no entiendes nada, está enamorada de ti Juliana. —insistió.

—Pero yo ¡NO! Tú eres mi novia. ¿Acaso me crees capaz de ser una infiel?

—Por lo visto NO TE IMPORTA LO-QUE-YO-SIENTO. —respondió muy indignada.

—Pues lo que sientes son CELOS, y yo no te he dado base para que te sientas así.

—Necesito dormir sola hoy Juliana —dijo camino a la puerta donde se detuvo y la abrió, esperando que Juliana saliera de la habitación—. Discúlpame, estoy sin ánimos de seguir esta conversación.»

Mientras se acomodaba para salir a trotar y cumplir su rutina, Juliana recordaba lo que fue el final de la conversación con Valentina la noche anterior, antes de que la corriera y prácticamente le cerrará la puerta de su habitación en su cara.

Juliana sabía que iba a estar difícil la noche, pero no tanto. Valentina se estaba extralimitando con sus celos, con su inseguridad y eso era lo que más le estaba incomodando.

«!Vamos! A despejar esta mente.» Se animó a sí misma y salió.

Antes de salir pasó por la habitación de Valentina, y por miedo a no despertarla con hacer ruido tocando, decidió abrir cuidadosamente, y se percató que estaba con seguro. Le ha molestado de sobremanera, respira profundo y continúa su camino.

«!Diablos! Val, ¿qué haces....? ¡¿Qué haces?!»

—Mrs. Claudine, buenos días, iré al parque por unos minutos, necesito trotar. —dijo al encontrarse a la ama de llaves, camino a la salida.

—Es una excelente mañana para ello Miss Valdés.

Caminó a paso rápido para ir calentando, trató de controlar todos los sentimientos que se apoderaban de ella, quería ser racional. Nada mejor que correr al aire libre para normalizar sus sentimientos y tomar decisiones.

Al llegar al parque comenzó su rutina de estiramiento. Habían varias personas en el parque, ubicado en una exclusiva zona de Londres era amplio, con colinas, y arboles inmensos y frondosos bien distribuidos. Estaba maravillada, con el aire fresco y el verde predominante. Se disponía a empezar a trotar, cuando escucha una voz familiar, cerca de ella:

—Señorita..., qué hermosa sorpresa. —una sonriente Kate le saluda.

—¡Ho..la! Si, en realidad. Mucha coincidencia... —le dice viendo detalladamente de pie a cabeza, estaba vestida con un conjunto negro y rayas blancas, que resaltaban su figura genialmente, y tenis en los mismos colores, todo hacia un match perfecto. Ya tenía evidentes muestras de haber empezado antes a trotar.

—Te vi a lo lejos, acercándome me fue grato confirmar que eras tú —miró a sus lados buscando si tenía compañía—. ¿Podemos acompañarnos? —preguntó.

—Kate, apenas voy a empezar.

—Tranquila, iré a tu ritmo —su mirada fue despreocupada—, pero si te incomoda, tranquila sigo mi rutina. —comenzó a acelerar el movimiento de sus piernas estáticamente.

—No, no me incomoda, al contrario, sería muy agradable. Comencemos.

Iniciaron a trotar, y Kate la iba guiando por el inmenso parque, llevándola por los sitios más lindos. Iban tal cual como dos buenas amigas. Luego de casi una hora, bajan el ritmo y Kate visualiza el sitio ideal para descansar y reponer el ritmo normal de sus respiraciones. Guía a Juliana y se sientan en el césped, para tomar agua y apreciar el ambiente.

Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora