Privado

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Valentina camina hacia una terraza en busca de aire, no se encontraba a gusto. Aunque departió con muchas personas, ese era el problema, había muchas personas que la conocían y se reprimía a ser ella, no era su mundo. No estaba acostumbrada a lo común... Camina hacia una de las terrazas para tomar aire.

—Jul, quisiera saber el motivo de tu mirada. —le susurra al oído mientras bailaban.

—Felicidad, Kate... sólo eso. —quiso seguir en su burbuja.

—No, me engañas... tú no sabes mentir. Algo muy malo te sucede... —puntualizó.

—Vamos... tranquila estoy bien... —insistió Juliana, concentrándose en llenar sus venas de baila para distraerse y aliviar todo lo que en su mente pasaba.

—¿Por qué Val no se ha acercado a bailar contigo? ¿Acaso no le gusta? —cuestionó, aunque sabía por noticias de farándula que Valentina era una persona de mucho ambiente en fiestas por sus bailes y bebida.

—Este no es su ambiente Kate... es muy público y sin paparazis, eso es lo que le pasa. —justificó a Valentina y siguió bailando, siempre en la pista con varios de sus compañeros, amiga y con su hermano, la mayor parte del tiempo.

—¡Oh!, entiendo... —desistió, y siguieron bailando. Pero quiso intentarlo una vez más—. Deberías entonces parar e ir a atenderla... ya se acerca la clausura de la fiesta. —aconsejó.

—No, estoy bailando y sabes lo que me encanta, tenía tiempo que no salía a bailar y no quisiera parar. —mintió, no quería afrontar que estaban por entrar en una tormenta sin retorno, quizás.

—Anda mujer, te prometo que si no es con ella será conmigo, seguiremos bailando esta noche en otro sitio, además puedes ir a donde ella se sienta cómoda. Y, por otra parte, Jul si no vas, va a terminar odiándome más, entiende temo por mi vida... —se bufó y ambas rieron.

—Está bien exagerada. —dejó de bailar.

Juliana primero buscó una bebida para refrescarse, y por qué no, para calmarse internamente, prosiguió, y se fue en busca de Valentina, ya Kate le había señalado dónde estaba, la mayoría seguían bailando ya cerca del ocaso de la velada.

—Bonita, ¿qué haces aquí? —se acerca Juliana, susurrándole a la espalda, el sitio estaba poco iluminado y no había mucha gente, así que aprovechó para darle un beso en el cuello.

—Necesitaba atender una llamada. —mintió—. ¿Cómo la has pasado corazón? —indagó.

—Amor ha sido excelente todo..., lo único que lamento es que no sea tu ambiente para que compartieras más conmigo. Me encantaría haber bailado contigo todo este tiempo. —en realidad lo deseaba, pero sabía que era un imposible. Se regañó a sí misma por insinuarle aquello a Val, no quería dar a conocer su pesar.

—No cielo, ¿por qué dices eso? —preguntó preocupada.

—Vamos Val, no hace falta que disimules. Jamás disfrutarías tú de un ambiente así, sin las súper estrellas, la frivolidad, el glamour y la parafernalia a la que estás acostumbrada. Y de paso hay muchas personas que te conocen, y no son paparazis, ni tus fans para variar. Así que entiendo muy bien porque estás así... Lo lamento. —se disculpó.

—Amor, por Dios no digas eso, estoy normal, sólo que no me apetece bailar. —tenía que mentir, Juliana la había leído perfecto.

—Si... si... tranquila. Aja, eso es... Ya falta poco para terminar con tu tortura —sonríe disimuladamente y se le acerca para susurrarle—. Podemos irnos a tu apartamento al salir de aquí, ¿te parece?

—Eh..., no amor, es muy temprano, estaba pensando en que me pudieras acompañar a una reunión de trabajo, es uno de los clubes más reservados de la ciudad. —propuso. «¿dije Trabajo?», no se explicaba por qué lo dijo.

Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora