El reencuentro de Juliana y Valentina en la ciudad de Nueva York, reanimará ciertos lazos afectivos que tenían muy ocultos, dando un giro inesperado a sus vidas, y a sus carreras, famosas.
Todo les irá cuesta arriba, no sólo por los terceros, sino...
Llegó el sábado en la noche, Juliana estaba ansiosa durante su presentación, necesitaba ver a Valentina y hablar con ella.
Tenía dos días sin saber de ella, Juliana estaba tranquila en cuanto a su situación, pero a su vez nerviosa por la actitud de la rubia. Estos dos días los pasó centrada en Complicity; agradecía a todos los cielos que le ocupara tanto de ella, porque en caso contrario estaría deshecha por la situación.
Camila Cabello la había llamado temprano para decirle que la ojiazul si se iba a apersonar a las 10 pm en el restaurante, para el momento de su primera pausa. La morena sabía que Valentina y Camila se habían convertido en buenas amigas, por comunicación de Kate, de hecho, después de la gala de modas, fue idea de Camila que la llevaran a su apartamento para tratarle en su estado.
Juliana estaba tranquila con aquella amistad, aun y con lo que casi sucede entre ellas, sabía que Camila amaba a Kate, y que no iba querer nada con Valentina, sino su amistad, ello le daba tranquilidad, por Kate, pues sabía que de Valentina no podía esperar fidelidad, paradójicamente no confiaba en ella y su libido.
Era realista, ante todo, pensar en una traición de Valentina, no le era de extrañar y más por todo el tiempo que Juliana la ha tenido al margen de ella.
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—Buenas noches Juliana. –la saludan en su mesa asignada para el descanso los concertistas.
—Hola. –respondió confundida.
—Sé que no era a mi quien esperabas, pero vine por ella.
—¿Le ha sucedido algo? –preguntó preocupada la morena.
—Está bien pero hoy no pudo desocuparse para venir por ti.
—Oh... entiendo.
—Ella me pidió el favor de hablarte, ha estado un poco alterada con la situación de ustedes dos.
«¡¿Qué...?! ¿Lo sabe?»
—Pero, no creo que tú debas...
—Claro que sí –no la dejó terminar–, fui una de las causas por las que ella te incumplió en la rueda de prensa, sé que esto les generó problemas, y es por lo que ella está, así como está.
—¿A qué te refieres con, así cómo está? –se preocupó.
—Olvídalo, ella estará bien. Lo importante es que sepas que ella daría lo que fuese por estar aquí.
—Me estás preocupando. –expresó completamente alerta ahora.
—Tranquila, todo es para mejor. Juliana debo pedirte disculpas –levantó la mano en señal de que le permitiese seguir–. Valentina me dijo lo de ustedes y yo me alteré, mi hermana no tuvo nada de tacto al decirnos, me tomó desprevenida y mi reacción fue catastrófica.
—Eva, a estas alturas no creo que Valentina tenga temor a lo que tú o tu hermano le digan o impidan. ¿No sé a qué viene al caso esta conversación? –se molestó.
