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Juliana despertó por la claridad y el ruido común de la zona en la que residía, ya se estaba acostumbrando, sin embargo, se acordó de que Valentina había pasado la noche con ella, abrió los ojos, dio la vuelta en la cama al no sentirla a su lado, estaba segura que el ruido la hizo perder horas de sueño. Llevó sus manos a la cabeza, estaba apenada con la rubia, la cual escuchaba que estaba dentro del cuarto de baño.

Valentina sale del cuarto de baño, Juliana la vio salir sólo en ropa interior, era de color negra, juraba que se veía muchísimo más sexy que cualquier otro día, era evidente el poder que ejercía en ella la rubia, sin siquiera darse cuenta.

Valentina sale del cuarto de baño, Juliana la vio salir sólo en ropa interior, era de color negra, juraba que se veía muchísimo más sexy que cualquier otro día, era evidente el poder que ejercía en ella la rubia, sin siquiera darse cuenta

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—Bonita, debería ser ilegal que cubras esa ropa interior que te queda tan sexy. —expresó desde la cama, sin ocultar su mirada atrevida.

Valentina, no pudo evitar reír ante sus ocurrencias. —Amor estás loca, deja de mirarme así.

—¿Así cómo?

—¡Juls! No te hagas... —advirtió, mientras acomodaba las prendas que iba a verter sobre el mini sofá que estaba en la habitación.

—Eso es lo que provocas en mí, yo soy inocente. —dijo colocándose detrás de la rubia, acomodándole el cabello para tener acceso a su cuello, al conseguirlo, bajó sus manos una hacia la cintura y abdomen de la rubia y la otra la dejó vagar por el muslo haciéndola llegar sutilmente hasta la frontera con la ropa íntima.

—Tienes que detenerte ya, amor, necesito llegar a mi terapia para luego acompañarte a la Universidad.

Juliana tenía la cabeza en otro lado y se le había olvidado ese detalle. —No puedo evitar que vayas, pero es que me pones..., y demasiado, eres muy... tan... sexy... —le dijo dando besos pausados en el cuello de la rubia—. Déjame ayudarte a vestir. —propuso para deshacerse de sus deseos lo más pronto posible.

—Ah, ya cambiaste de opinión... ¿ya no es ilegal? —bromeó.

—Sí..., claro..., pero en casa, sólo... para mí, hermosa. —explicó con dificultad ya que estaba atacando el cuello de la rubia dejando algunas marcas leves, ya que se cuidó de la tensión aplicada.

—Más te vale que no me dejes ninguna marca Valdés, porque vas a tener serios problemas. —trato de usar un tono convincente ante el ataque de cosquilleos que invadieron todo su cuerpo.

—Bonita, arruinas el momento, pero tranquila, sé exacto donde puedo dejar mis marcas. —expresó haciendo que la rubia diera un medio giro y se colocará ahora frente a ella. Le dio un beso en los labios y en un segundo se hincó para quedar a la altura de su centro, abriendo audazmente las piernas de la rubia, buscó la parte interna del muslo y le dio un mordisco moderado para terminar luego con un beso. Valentina cerró los ojos y dejó escapar un gemido mientras se sostenía de lo que pudo encontrar cerca de ella.

Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora