Primera vez

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Esperando el ascensor, Valentina no deja de mirar a Juliana, esperaba ansiosa a que le hablara, debía esperar que dejara de contar mentalmente, sabía que siempre lo hacía cuando estaba muy molesta, interrumpirla empeoraría todo, entonces entran al ascensor y suben, cuando iban por el piso quince, termina el silencio.

—¿Por qué no te fuiste? —la miró—, tu nuevo apartamento o en el Ritz te esperaban.

—No, no te iba a dejar así. La que está esperando por mí soy yo misma. —dijo, haciendo que sus ojos azules le desviaran su mirada.

El silencio continuó, unos pisos más. Juliana iba respirando un poco más calmada.

—¿Qué esperas de ti? —le preguntó Juliana.

—Ser feliz contigo, si estás molesta conmigo no estoy en mi. —respondió, cruzando su mirada.

 —respondió, cruzando su mirada

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Se detiene el ascensor y salen. Juliana no quiso hablar, aunque iba pensando cómo iba a manejar la situación, de lo que sentía, de lo que es, y de lo que quería. Era mucho su amor, pero sus preceptos estaban cayendo uno a uno, no podía permitirlo. Su racionalidad no la quería perder por amor, así no.

No puede con las revoluciones en las que está trabajando su cerebro, y lo que va generando en su cuerpo, la ansiedad, ese exceso de futuro que le pasa por su mente la tienen demasiado inquieta. Busca una copa, una botella y coloca música, era necesario, sube a su lugar preferido, la noche estaba estrellada y el tiempo era agradable, sólo necesito de una de las mantas que tenía disponible para cubrirse.

Sabía que Valentina se quedó en la sala, observándola como subía las escaleras. No quería hablarle, pero se moría por besarla, no podía evitar lo que su cuerpo deseaba, iba más allá de ella.

Valentina, debatía en seguirla o dejarla, decide servirse una copa de algo más fuerte que vino, va a la cocina por hielo y se sirve un trago de whisky. Se sentó en la terraza a escuchar la música que colocó Juls, no quiso subir a interrumpirla, ya que la entendía.

Asumir ser la amante de alguien no era fácil, pero lo que no sabía Juliana es que Valentina, estaba aterrorizada, en el trabajo podía ser víctima de homofobia por el productor de la película, que ya había despedido a una actriz del elenco, por otro lado, no podía incumplir con el contrato que ya había firmado con Lucho.

Se moría de terror al pensar que podía perder todo y de caer en las garras de los despiadados medios amarillistas habidos de la desgracia humana en su medio de trabajo. Nada de esto le podía contar a Juliana, ya que la haría pensar que su amor la perjudicaba.

Su mirada se pierde a lo lejos en las luces de la ciudad; su trago se esfumó a gran velocidad, lo cual la llenó de valor para ir por Val. Sin embrago, no, tuvo que ir por otro trago.

Pasados unos quince minutos decidió subir. Juliana estaba sentada con las piernas estiradas sobre una tumbona, con los ojos cerrados y la copa en sus manos sobre su vientre, sus mejillas estaban empapadas de lárimas. Valentina se sentó a su lado, quedando de frente a ella, estaba conmocionada por sus lágrimas, suavemente comienza a limpiarlas.

Complicity (Terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora