Era sábado por la mañana, tan solo una semana después del asunto con Charlotte, por lo que me había sentido bastante relajado durante esos días, aquello, claro, hasta que una llamada de mi madre renovó mi humor.
Así que me encontraba conduciendo hacia la casa de mis padres a eso de las 8:00hs Un sábado por la mañana. Ya que mi madre quería tener a sus dos actuales hijos en casa al menos dos días. Y con "sus dos actuales hijos" se refería a Alice y a mí, así que ambos íbamos camino a casa de mis padres.
—Mycroft—me habló Alice desde el asiento del acompañante, luego de unos largos minutos en silencio—ya te lo he dicho a lo largo de la semana, pero igual lo vuelvo a hacer, siento mucho lo de la otra vez.
Suspiré, pero no por rabia al suceso, más bien, porque sus disculpas comenzaban a aburrirme.
—Alice, ya hablamos de aquello—pronuncié tratando de sonar tranquilo y no con hostilidad, no quería que me mal entendiera—ambos caímos rendidos, no solo tú te quedaste dormida.
—Aun así, sé cuánto odias el contacto físico y todo lo que ello conlleva, por lo que de igual modo me disculpo.
Rodeé mis ojos y no contesté, más bien traté de fijar mi vista en la ruta.
Mycroft, MAÑANA LUEGO DE VER PRETTY WOMAN, 9:00hs.
Comienzo a despertar gracias a la luz que se cuela por uno de los ventanales, normalmente suelo correr las cortinas antes de acostarme, pero en esta ocasión me ganó el cansancio.
Me muevo para intentar levantarme del sofá, pero siento cómo un agarre a mi cintura y pecho me empujan hacia atrás al tiempo que toma mi camiseta con fuerza, sintiendo su tacto en mi pecho. Y es cuando recuerdo que Alice está conmigo, intento acordarme de en qué momento me dormí, pero claro que eso no pasa.
Bajo mi vista, y encuentro a una mujer que descansa su cabeza en mi pecho, al tiempo que su mano oprime este mismo. Intento acomodarme un poco más en mi sitio, y siento claramente como su mano libre se toma con fuerza de mi cintura, dejando descansar todo su brazo sobre mi abdomen.
"Se ve cómoda así, y no quiero despertarla, pero debo hacerlo, por más que su calor me agrade, y su tacto me reconforte, es preferible despertarla".
—Alice—comienzo a llamarla mientras muevo con delicadeza su hombro—Alice, despierta.
Ella se remueve lentamente, dejando paso a que sus ojos se abran con pesadez mientras murmura.
—¿Mycroft?—siento su voz muy baja, aunque sus ojos aún no se abren del todo.
—Sí, querida, soy yo, vamos, despierta—le digo con voz serena, y quizás algo delicada, pero confío en que esto no saldrá de nosotros dos.
—¡Mycroft!—salta enseguida, alejándose de mí al darse cuenta de la situación—¡Lo siento! Me debí quedar dormida y... ¡Ay, cuanto lo siento, de verdad! —dice mientras se aleja de mí, apartando sus manos de mi cuerpo.
—Descuida, yo también me quedé dormido en el peor momento—la tranquilizo al tiempo que llevo mis manos a mi rostro para frotar mis ojos.
"Por lo menos ambos estábamos sentados y no acostados".
—De igual forma, lo siento—se vuelve a disculpar—. ¿Estás bien?
—Sí, por supuesto. Es decir, sólo te quedaste dormida en mi pecho, nada más—y agrego con una pequeña sonrisa—no soy fanático del contacto físico, pero no moriré.
Ella sonríe y nuevamente se acerca a donde mí, rozándose mínimamente conmigo.
—Bueno, pudiste dormir al menos, es bueno, ¿no?
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A Un Escritorio de Distancia
FanfictionMycroft Holmes, una persona a la que denominan: "el hombre de hielo", se ve obligado por su trabajo, a contratar un asistente personal, y es aquí cuando ella llegará a las oficinas, quedando a tan solo; un escritorio de distancia el uno del otro. C...