33. Primera cita

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Llegué a mi apartamento, estaba cansada, pero si bien el trabajo me había dejado exhausta, el hecho de ya fuese el tan esperado jueves, hacía que todas mis energías se recargasen de manera automática. Por otro lado, también mis nervios se intensificaban, porque no era lo mismo estar con él en la oficina o salir a almorzar, que estar con él cenando en una cita en la noche.

Era extraño, porque no era una persona a la cual no conociera, o que dicha cita fuese para profundizar más en la vida del otro, claro que no, ambos nos conocíamos bastante, y éramos más que consiente sobre cómo era el otro, qué cosas le gustaban, cuáles no, incluso sobre nuestras familias.

Aún con todo eso, me ponía sumamente nerviosa el ir a cenar con él, porque ¿de qué hablaríamos? o ¿él se sentiría cómodo? Mycroft podía no sentirse realmente cómodo con la situación, y yo de verdad quería que él disfrutara de aquello, no quería que se expusiera en un escenario que no le terminase de convencer, definitivamente no quería eso para él.

—¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó Jamie mientras me veía ir de un lado a otro del apartamento.

—Por nada, es solo que saldré esta noche, así que es probable que llegue algo tarde.

Los ojos de Jamie brillaron al oírme, y un chillido salió de ella mientras saltaba de la alegría, como un niño lo haría.

—¡Una cita! Al fin olvidaste al estirado de Mycroft.

"Sí, bueno, ¿Cómo te lo explico?".

—No, no es una cita—pronuncié mientras salía de mi dormitorio y me dirigía al baño, una ducha me ayudaría a calmarme, necesitaba calmarme.

—¿Entonces? Saldrás en la noche, llegaras tarde y estás nerviosa, es una cita, fin de la discusión—dijo parándose en la puerta del baño, como si fuese mi sombra.

—No es una cita—pronuncié segundos antes de cerrarle la puerta en la cara.

Y es que sí era una cita, pero nosotros ya estábamos juntos, era algo confuso todo, sin mencionar que si ella se enteraba de con quién saldría, seguro me asesinaría, o a él.

Mientras me desvestía para entrar bajo la regadera, sentí cómo se sentaba apoyando su espalda contra la puerta, parecía que la charla continuaría.

—¡¿Quién es?!—gritó

—¡No hace falta que grites!

—¡Tú estás gritando!

—¡Porque tú me gritaste!

—¡Ay, bueno, está bien! —y bajando su tono, volvió a preguntar lo mismo—. ¿Quién es? ¿Es Chris, ¿no es cierto?

No contesté, simplemente me dediqué a disfrutar del agua, aquello mientras imaginaba cómo Jamie se carcomía la cabeza pensando en mi cita.

"Ay, Mycroft, espero no subas a buscarme, porque creo que le pondrán precio a tu cabeza".

Al salir del baño, Jamie se encontraba en el sofá, mirando algo sin importancia en el televisor, y enseguida de verme, apagó el mismo y corrió hasta mí, preguntando nuevamente lo mismo.

—No es Chris, al final solo quedamos como amigos, y tampoco es una cita—le dije antes de caminar en dirección a mi dormitorio nuevamente, con ella siguiendo mis pasos.

—¡Por dios, debe ser una cita! —suspiró mientras se tiraba en el colchón, desordenando mis sábanas—. Tu cama es más cómoda que la mía.

Rodee los ojos y seguí viendo que zapatos usar, sabía que sería una cena en uno de los restaurantes preferidos de Mycroft, y si bien siempre sabía qué ropa usar cuando salía a galas o eventos con él, aquella vez era distinto, tenía más preocupación por mi vestimenta y cómo esta podía influir en él.

A Un Escritorio de DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora