41. El "problema" continúa

391 32 2
                                    

Anthea.

Desperté por voluntad propia, sin que una estúpida alarma me arrancara de mi sueño, la cortina estaba cerrada, pero, aun así, el sol se colaba, dando directo en el lado del cual Mycroft solía dormir cuando se quedaba, lo cual no era algo poco habitual, porque si bien solíamos pasar gran parte de las noches por separado, para no ser tan intensos con el otro, ambos disfrutábamos bastante de dormir juntos.

Decidí que era hora de levantarme, por lo que tomé una de las camisetas que Myc había dejado en mi apartamento, y colocándomela directamente sobre mi ropa interior, caminé por el apartamento en dirección a la cocina, dispuesta a prepararme un café, uno que realmente disfrutaría.

Me sentaba en el sofá, con la taza descansando sobre la mesita mientras terminaba de comer una tostada con mermelada, cuando mi celular sonó, tomé el mismo y verifiqué de quién se trataba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sentaba en el sofá, con la taza descansando sobre la mesita mientras terminaba de comer una tostada con mermelada, cuando mi celular sonó, tomé el mismo y verifiqué de quién se trataba.

Cielo: Imagino ya despertaste, solo quería avisarte que quizás llego un poco tarde a la finca, porque tengo cita con el oculista, pero descuida, si cuando llegues no estoy, simplemente usa tu llave, seguridad no hará problema por tu visita.

Yo: Claro, gracias por avisar, yo saldré con "las novias", así que la tarde estará algo ocupada hoy, pero te prometo me quedaré contigo en la noche, te amo.

Cielo: Está bien, también te amo, te veo en la tarde.

Sonreí como estúpida mientras leía su último mensaje, jamás entendería por qué me seguía poniendo así cuando él me decía ese tipo de cosas, era bastante tonto, pero, aunque así fuese, me gustaba esa extraña sensación, Mycroft no era alguien necesariamente romántico, así que cuando tenía esa clase de gestos, aunque fuese un simple "te amo" o un beso cursi en la mejilla mientras me abrazaba en la cama, hacía que mi corazón latiese bastante.

Luego de que hubiese terminado mi desayuno, salí del edificio, dirigiéndome al estacionamiento, jugando con las llaves de mi auto en la mano, al entrar, encendí el motor y lo puse en marcha rumbo a Speedy's, que era donde habíamos acordado que nos encontráramos todas, más que nada porque era un punto bastante central en relación a las tres novias.

Al llegar, estacioné y bajé del vehículo, le di una mirada rápida a la puerta del 221B, y sonriendo, entré a la cafetería, saludé a todas las futuras esposas antes de acomodarme en una de las sillas vacías.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A Un Escritorio de DistanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora