Anthea.
Era sábado a la tarde, junto a Myc, estaba sentada en el sofá, viendo una serie en la televisión, mientras mi pareja leía a mi lado, él se veía realmente tranquilo, algo raro, por lo general no solía tener tanta paz los fines de semana, ya que solía pasarlos en su estudio, realizando algún trabajo extra o simplemente pasando tiempo a solas, es decir, no me quejaba de que estuviera conmigo, para nada, pero sí que me parecía extraño.
En eso que yo le daba a reproducir al siguiente capítulo, sentí que mi teléfono sonó, notificando la entrada de un nuevo mensaje.
Sherlock: Ven al apartamento, necesito hablar contigo, es urgente.
Sherlock: Sino puedes, ven de igual modo.
"Igual, o incluso más demandante que su hermano".
Volví a darle una última mirada a la televisión, viendo como Simon Baker, en el papel de Patrick Jane, llegaba a la escena del crimen, y tan solo me limité a odiar a mi cuñado por arruinarme la tarde.
Haciendo un esfuerzo, me estiré desde el sofá, tomando el control remoto de sobre la mesa de café nuevamente, mentalizándome todo lo que podía y apagando el televisor.
—Bien—solté fuerte e intercalando un suspiro mientras dejaba caer mi mano abierta y encestando un golpe a la vez que agarré la pierna izquierda de Myc, quien ni se mutó con el más pequeño sobresalto, con el tiempo, él se había acostumbrado al contacto físico conmigo, por más íntimo o molesto que fuese, y aún más si ese contacto era estando a solas—. Tengo que salir, tu hermano me llamó por alguna razón, vendré en un rato, ¿está bien?
—Está bien, ve con cuidado—rodeé mis ojos ante su fingido desinterés, y bajando el libro de sobre sus ojos, aprecié esa sonrisa arrogante delineada en sus finos labios.
Negué con la cabeza ante su reacción, dejando caer un beso pequeño sobre los mismos. Un beso que hizo que las ganas de Mycroft de acalorar más esa muestra de cariño, se avivaran como cualquier fuego de invierno, algo raro, sí, él normalmente no mostraba ese interés, menos aún en el living, pero dado que se encontraba más relajado que de costumbre, supuse que tenía ganas de algo más antes de que me fuera.
—Tranquilo, ya habrá tiempo para eso—lo detuve jugando y acariciando su mejilla—. Antes tú no eras así, si no mal recuerdo, eras frío, nervioso, y te ponía muy tenso cuando siquiera pasabas tu brazo por sobre mis hombros en este mismo sofá, ¿Qué te sucedió?
—Supongo me puse algo celoso de que vieras con cierto interés al actor de ese programa que tanto te gusta.
—¡Ay, por favor! —dije mientras empujaba su pecho y veía que sonreía—. Tú miras con demasiada atención a Amy Adams y yo no te digo nada.
—¡¿Disculpa?!—dijo falsamente ofendido mientras se tomaba el pecho con la mano.
—Odiaste "La mujer en la ventana" desde el minuto cero, pero, sin embargo, la viste hasta el final, levantando la cabeza de tu móvil a la pantalla cada que oías su voz.
—No tengo idea de quién estás hablando.
—Tú sabes que sí—dije apuntándolo con mi dedo índice mientras me paraba y alejaba hacia la puerta, notando que sonreía.
"Sí que tienes debilidad por las rubias, aunque digas lo contrario".
Me dirigí al auto con las llaves en la mano, y una vez dentro del vehículo, el mismo encendió enseguida de dar el contacto, como siempre, jamás podría fallarme. Una vez que el motor estuvo en completo funcionamiento, me encaminé rumbo a la calle Baker.
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A Un Escritorio de Distancia
FanfictionMycroft Holmes, una persona a la que denominan: "el hombre de hielo", se ve obligado por su trabajo, a contratar un asistente personal, y es aquí cuando ella llegará a las oficinas, quedando a tan solo; un escritorio de distancia el uno del otro. C...