Mí vista es pésima desde los 8 años de edad, no uso lentes, ya que sinceramente no me gustan como me quedan, y muy poca gente lo sabe aunque seguramente mucha se lo imagina cuando tengo que leer; achino mis ojos, acerco la hoja, la alejo, doy dos pasos hacia atrás, uno adelante, hasta que encuentro la posición en donde las manchitas negras se convierten en letras. Por eso mismo, ahora mismo mis ojos parecen dos puntos pequeños por lo entrecerrados que están.
— ¿Estás leyendo lo mismo que yo?.— le pregunto y le tiendo mí celular a Chad que, cuándo le avisé que me había desvanecido en la preparatoria y que nadie me podía llevar a mí hogar, vino de inmediato con su coche.
Chad entrecierra sus ojos, como si estuviera analizando cada palabra que está en mí celular, y finalmente termina asintiendo.
— Sí, dice lo que piensas que dice.
Agarro mí celular y leo, por milésima vez, lo que el estúpido de Logan me había puesto.
Brown❤️
Lo siento.
Nada más ni nada menos y, aunque quiera llorar a mares, tengo demasiadas ganas de golpear su -perfecto- rostro varias veces.
— No entiendo, ¿Por qué no es específico?.— revoleo mí celular al lado de mí cama y me acuesto como si hubiera trabajado ocho horas seguidas -y realmente así me sentía- sin parar.
— Ya sábes, es Logan Brown.— dice Chad mientras se sienta en los pies de mí cama, trato de tragar “Pero él ha cambiado” porque esas palabras no sirven para nada en ésta situación.
Infidelidad; una palabra y miles de pensamientos ácidos hacen su aparición, hace bastante que no me sentía así, ni siquiera cuando estaba triste por el tema de sus cartas, estoy decepcionada y me niego a creer las personas en mí cabeza que me dicen “Habrá sido una confusión”, porque, si lo fuera, en vez de Chad estaría Logan a mí lado diciéndome que todo estará bien y que nunca besaría otros labios que no fueran los míos ni que tocaría otro cuerpo que no fuera el mío, pero lamentablemente ha pasado, aunque no lo ha admitido, y ni siquiera necesito saber los detalles porque sé que volveré a caer en ese hoyo de depresión que nadie, repito, nadie quiere entrar. Hablaré con él, pero no para perdonarlo, ni para buscar explicaciones, hablaré para cortar toda especie de relación que tengamos aunque me duele el alma hacerlo porque sé que es el amor de mí vida, pero, si él no sabe valorarme supongo que no se merece ser llamado así.
— No estás llorando.— me sonríe de lado y yo también lo hago por inercia.— Kate, si quieres puedo hablar con-
— No.— lo interrumpo de inmediato y con frialdad en mí voz.— En todo caso, yo tendré que hablar con él, pero no es el momento ya que aún estoy débil, y terminaré con él de una vez por todas.
«Perfecto, arma otra vez las paredes a tu alrededor de algún material indestructible ya que nunca tuviste que haberlas quitado» me aliento a mí misma, podré ser la Kate de antes, podré ser la Kate que no se enamoraba y que era más fría que la de ahora.
— ¿Quieres que me vaya?.
Pienso la situación, si se va, probablemente, me ponga en modo masoquista y empezaré a leer las cartas que Logan me había hecho cuando me fui de viaje, así que niego con mí cabeza rápidamente.
— No.
— Está bien.— se acuesta a mí lado, dejando un espacio bastante grande entre nosotros dos, lo cual lo agradezco en mí interior ya que no quiero saber de hombres por un buen tiempo.— No tienes que actuar que no te afecta, Kate, sé que tienes demasiadas ganas de llorar y de correr a los brazos de Logan para preguntar si es cierto o no.
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Jodidamente enamorado
Genç KurguKatherine sufrió bullying en su anterior escuela, y prometió núnca más dejarse pisotear. Logan, el maldito bad boy que detesta Katherine, odia a todo el mundo pero Kate es una gran excepción. Ellos son opuestos, en todos los sentidos. Pero en esta h...