Jodidamente enamorado

61.

Han pasado dos semanas desde aquella charla en la cafetería, dos semanas de, las cuáles, sólo salgo de mí habitación para ir al baño o alimentarme -y a veces ni eso-. Todavía recuerdo cuándo le pregunté a mí madre, si era verdad lo de las cartas, y más aún recuerdo todos los gritos que salieron de mí boca al responderme con un "Sí" sin siquiera pensarlo -y ni hablar de las lágrimas-. No, no hablé con ella desde ese día, ni con mí hermano ni con Logan, pero, a diferencia que a éste último lo he buscado por todos lados, lo llamé infinitudes de veces, fui a su departamento más veces de las que puedo contar hasta que me di cuenta que se había mudado, sin siquiera decirme nada, estaba desesperada; Estoy desesperada mejor dicho

— ¿Kate?— pregunta Karen tocando la puerta, tenía consigo un plato de sopa, odiaba la sopa, por eso hice una mueca de asco y negué con mí cabeza. Con ella es con la única que he hablado abiertamente de todo, de lo que sentía, le conté todo con lujos de detalles, y tuve que sostenerla por los hombros para que no busque a Logan, que nadie sabe dónde se encuentra, y matarlo a puñetazos. Arrugó la nariz, típico de ella cuándo algo le disgusta, y se sienta en los pies de mí cama en dónde yo estaba enredada en sábanas.— Tienes que comer, aunque no lo quieras, te lo meteré por el ano si mínimo no comes un poco.

Abro mis ojos, sonriendo en mí interior ya que en el exterior me costaba mucho hacerlo, y bebí un poco de sopa, ella aplaudió exageradamente al mismo tiempo que se acercaba a mí para hacerme caricias en mí cabello.

— ¿Hace cuánto que no dices una palabra, Kate?— dice pensativa mientras pasaba su dedo por mí cabello tiernamente, como lo hacía cuándo éramos chiquitas y yo le temía a las tormentas. No dije nada, ya que, me puse a pensar la última vez que realmente había tenido una conversación con alguien que no fuera ella, aunque no hablaba hace varios días con Karen, ¿El póster de Harry Styles cuenta cómo persona?.— Tu hermano quiere arreglar las cosas conmigo, le pegué una cachetada y le dije que hasta que no hablara contigo, obviamente, yo no le hablaría.— recordé que, al contarle lo que Marc que había hecho, fue hecha furia hacia su habitación y apuesto que los gritos se habían escuchado hasta en Siria. Le hablé muchas veces que no quería ser la razón de su separación, pero me contestó muchas veces más que yo, a pesar que estaba enamorada de él, estuve en todo momento desde que éramos chicas, mí estabilidad emocional importaba más que el estúpido de mí hermano.

Sin pensarlo, largué una carcajada, mínima y sin fuerza, pero, realmente, era un avanzo en el estado de depresión que había caído en éstas últimas dos semanas. Karen pegó un salto, tan alto que pensé que llegaría al techo, y me miró sorprendida al mismo tiempo que sonreía, casi, con lágrimas en los ojos.

— Ya. Si vas a reaccionar así cada vez que trate de reír, no reiré más.— digo, otra vez, sin pensarlo. Mí mejor amiga abre los ojos, mucho más impresionada que antes, y finge que está teniendo un infarto, lo cuál, hace que esboce una pequeña sonrisa.

— Pero tú me vas a matar, mujer, extrañaba tanto tu voz y tu risa.— me dio un abrazo, yo envolví mis brazos alrededor de su cuello y disfruté del abrazo, entendí que, por la fuerza con la cuál me apretujaba, me daba a entender que todo estaría bien y, traté, de creerle. Odiaba estar así, pero era inevitable, quería saber en dónde estaba Logan, quería saber porque se ponía tenso cuando lo abracé en la cafetería, quería saber porque se me hacía tan dificil aceptar, de una vez por todas, que sus sentimientos hacia mí habían cambiado rápidamente e dolorosamente.— Hoy, como regalo, iremos al centro comercial.

Niego inmediatamente, no hay forma de que salga de las cuatro paredes de mí preciada habitación, ni en 30 o 170 vidas ni aunque mí vida dependiese de la dicha salida, NO saldré.

***
— ¿No crees que es muy apretado?— dice Karen mientras se mira en el espejo dando vueltas exageradas, yo rodeo los ojos ya que es el quinto vestido que se prueba.