Jodidamente enamorado

62.

 Después de la misteriosa charla que había tenido con el mejor amigo de Logan, Nathan, la curiosidad, junto con la ansiedad, me cubrió completamente de una manera espontánea. Karen había percibido que algo malo me pasaba, por esa misma razón, nos fuimos del centro comercial sin siquiera beber algo en alguna cafetería, nuestra costumbre al ir allí, y cuando estábamos por llegar a mí hogar le dije a Karen que me quedaría en el parque para tomar "Nuevos aires", ella aceptó, aunque no le gustó mucha la idea.

— No hables con extraños.— me dijo por tercera vez, el bus estaba por estacionar en la parada del parque, así que asentí y, rápidamente, bajé del bus mientras vi como mí amiga asomaba la cabeza por la ventana para hablarme.

— ¡Sí, ya sé, no hablaré con extraños!— exclamé ya irritada por la gran cantidad de veces que me había dicho lo mismo pero, al parecer, Karen no quería decir eso por su entrecejo fruncido.

— ¡Iba a decir que te quería, pero ahora ya no!— grita mientras el bus avanza y su cabello vuela dejando ver la expresión de Karen alborotada por el viento, largué una carcajada.— ¡Te oí, idiota!— grita aún más fuerte y saca su dedo medio por la ventanilla, yo saqué mí dedo del medio aunque ya estaba lo suficientemente lejos para verlo.

Empecé a caminar y noté que en el parque no había ni una sola persona, ya sé que normalmente tendría que sentir un poco de pánico, pero, sentía todo lo contrario, suspiré aliviada al pensar que no me encontraría ni con una sola persona y no tendría que soportar sus preguntas sobre Logan, como me pasó aquella vez que quise salir a comprar jugo ya que no había en mí casa, una anciana, que no sabía como nos conocía, me dijo que extrañaba vernos abrazados por aquí.

— Genial.— murmuré al ver que el único banco que había para sentarse estaba mojado, bonita suerte. Me senté en el suelo, disfruté el paisaje por varios minutos pero luego me rendí.— Me estoy aburriendo, maldita sea.— hablo conmigo misma desde que tengo uso de la razón, cuándo era pequeña, más allá de Karen y de Marc, no era una niña social, es más, me costaba demasiado entablar una conversación con alguien y es todo culpa por el maldito bullying que había sufrido en su momento. Soy una chica débil, por más que me mostrase fuerte para todo el mundo, he sufrido demasiado en mí infancia, las burlas constantes en vez de hacerme fuerte me habían hecho lo contrario, me hicieron frágil como una hoja de papel y odio ser así, pero cuándo llegó Logan, me cambió todo el plan que tenía en mente, incluso el de no llorar frente personas, me hizo pensar que valía la pena y amaba que me recordase que era hermosa, él, sin saberlo, subía mí autoestima que desde hace vario tiempo estaba por debajo del subsuelo. Sonreía al suelo como idiota, como una idiota enamorada de un amor que, lamentablemente, no es correspondido pero en algún momento lo fue, y agradezco a cupido por haberme flechado de esa manera, porque si así no lo fuera, no hubiese sabido lo que era amar con todas tus fuerzas a alguien, no me hubiese enterado que el amor era una montaña rusa que subía y bajaba constantemente, no hubiese sentido lo lindo que es sentirse amado por otra persona, sentir que daría la vida por ti, como tú la darías por él. Pero todo esto estaba formulado en pasado y, personas que me están leyendo, era lo que más dolía.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que, lo juro, no me había dado cuenta que llovía de una manera la cuál, por más que me había sentado debajo de un árbol, estaba completamente empapada. Pero no me levanté, sé que mañana por la mañana, al levantarme, despertaría con mocos y tos, pero no me importó en lo absoluto, una voz en mí cabeza me recordó que era mucho mejor estar aquí que en mí hogar, acostada en la cama sin tener ganas de hacer nada, escuchando las frecuentes discusiones que tenían mis padres, o como Marc golpeaba la puerta con frustración al ver que yo no respondía su llamado, era mil veces estar aquí que estar deprimida, sabiendo que la razón era sólo por una persona y que ésta estaba viajando por la ciudad cantando que, por cierto, ni siquiera sabía que Logan le gustaba cantar. Ahí me di cuenta que no conocemos a las personas completamente, uno muestra lo que quiere mostrar, y me entró la duda si también habían más cosas que Logan me había ocultado sobre él, sobre su familia o sobre su pasado, tendría que dejar de pensar en él y lo sé, con tan sólo pensar su nombre escucho el ruido que hace mí corazón al romperse un poco más, pero me era imposible olvidarme de una persona que se había metido tanto en mí vida, que marcó en mí un antes y un después, que me hizo creer en los clichés ¡Joder!.