51.

4.6K 240 7
                                    

He pasado el día tirado en mí cama, luego de llevar la carta a el correo, y, aunque me cueste decirlo, mirando películas de amor. En ningún momento agarré mí celular, pues la única persona que me gustaría que me hablase no tenía señal y estaba en otro país, éste estaba escondido debajo de mí almohada, en dónde, mí cabeza recaía en ella.

Al terminar "Un paseo para recordar"  me senté en la punta de mí cama y me dispuse a pensar en que cenaría esta noche, ya que ya estaba anocheciendo y mí estómago rugía sin parar. Abrí la nevera, sólo encontré un postre que había dejado Kate hace dos noches y una paleta de helado que estaba allí desde la pre-historia,  luego abrí la alacena, en dónde pude observar que tampoco había nada, sólo un cartel que me había hecho Kate después de regañarme por no tener nada de alimentos allí:

  «Tienes que comprar algo de comer, Brown, morirás de hambre ya que no pienso compartirte mí comida »  

Sonrío al pensar en ese día, estábamos en el principio de nuestra relación en dónde nos costaba demasiado ser sinceros con el otro, ahora mismo, es todo lo contrario, podemos decir lo que queramos y sin ni siquiera tener vergüenza. Niego con mí cabeza al darme cuenta que me estoy haciendo daño a mí mismo pensando en que no la veré por mucho tiempo, trato de imaginarme que ya en un corto lapso estará aquí, haciéndome mimos y ayudándome en todos los problemas que se ve rodeada mí vida, que la estaré besando sin parar, que haremos el amor como locos enamorados, y que por fin se terminaría ese maldito viaje. Para alejar mis pensamientos masoquistas, la invitación de Nathan resuena en mí cabeza, estarán mis viejos amigos, esos que dejé de lado por los amigos que me ofrecían droga, aquellos que, aunque nunca los he tomado en serio, estuvieron para mi en esos momentos dificiles de mi vida. No los cuentos como mejores amigos, claro que no, pero han estado para mí incluso cuando ni yo me reconocía, así que, nunca viene mal unas nuevas viejas personas a tu vida.

Agarro mí celular, busco el contacto de Nathan y le escribo un mensaje de texto.

Lame bolas.

Tú:

Hey, no niego ni afirmo que estoy yendo para tu casa :)

La respuesta de Nathan no tarda ni dos segundos en llegar.

Lame bolas.

Sabía que vendrías, Alacrán :).

¡¿Alacrán?! ¿Qué?.

                                        :

¿Alacrán?, ¿Por qué?.

Lame bolas:

Porque te defiendes con la cola ;)

Lo dejo en visto y me río un buen rato, siempre ha sido gracioso, desde pequeño me ha dicho millones de apodos parecidos, y nunca me canso de escucharlos. Cuándo estaba por agarrar las llaves de mí moto, recordé que a ésta la había dejado en el estacionamiento de la casa de Nathan, así que tuve que pedir un taxi e ir hasta allí. 

  — Hace frío, eh—  me dice el taxista, yo asiento con mí cara de pocos amigos. Odio, con todo mí ser, los taxistas que quieren entablar una conversación contigo; ¡Haz tu trabajo y ya!.— Un día perfectos para enamorados, ¿no?—  larga una risa que me resulta irritable, o no  sé si resulta irritable sólo por el hecho de que tenía toda la razón y que Kate no estaba aquí. 

Jodidamente enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora