Katherine sufrió bullying en su anterior escuela, y prometió núnca más dejarse pisotear.
Logan, el maldito bad boy que detesta Katherine, odia a todo el mundo pero Kate es una gran excepción.
Ellos son opuestos, en todos los sentidos.
Pero en esta h...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Logan atendió una llamada, y al parecer, sonaba muy molesto. Estuvo un buen tiempo hablando, yo no pude escuchar ni una palabra gracias al ruido de su motocicleta; puta moticicleta.
Al cortar, paró la moticicleta e hizo que me bajase de ella al igual que él.
—¿No podría ser en otro momento?.—habla con el desconocido que lo ha llamado, mientras tanto se mueve de un lado hacia otro.— Maldita sea, veré lo que podré hacer— cortó la llamada y se toca el rostro desesperado. —Me ha llamado un hijo de puta, Kate, tengo que entregar ese puto paquete ahora.— dijo sacudiendo su pelo. Yo tragué saliva y traté de parecer firme cuándo solté las siguientes palabras.
— Te acompaño.
Él abre los ojos y piensa, verdaderamente, la opción que le di. Después niega con su cabeza rápidamente.
— No, bruja. Es peligroso, no quiero que salgas lastimada.
— Ya estámos lejos de mí casa, y si me llevas, tardarías unos 30 minutos. Taxi no hay ya que hoy hay paro de transporte, ¿o acaso lo olvidaste?— digo con una pequeña sonrisa. Realmente quiero acompañar a Logan, quiero que si él corra peligro, yo también lo corra.
El suspira con frustación y se me acercó.
— Haz todo lo que te diga.— dijo con un tono que hizo que recordara la primera vez que me habló en aquella fiesta. No me dió tiempo a responder, ya que me subió a su moto y arrancó con mucha velocidad hacia un lugar que no conocía.
No me habló en todo el trayecto, se notába que estába molesto, pero yo no pensaba dejarlo sólo en esto. Aunque no tenga experiencia en las actividades ilegales, podría, tal vez, ayudarlo en esto así de una vez por todas podría dejar su vida clandestina. De un momento a otro, la adrenalina, algo que no sentía hace mucho, corría por mís venas.
— Llegámos— dice estacionando en una especie de fabrica abandonada. Logan me ayuda a bajarme de su motocicleta y me agarra de sus hombros para que lo mire a sus ojos.— Tú sábes que no me gusta para nada que estés aquí, que tu vida corra riesgo me gusta mucho menos. Así que quedáte aquí, vigilando si viene alguien, si alguien aparece sólo grita mí nombre que yo trataré de venir hacia aquí.— Peina mís cabellos despeinados por el viento producido al estar en la motocicleta. Yo asiento, admito, un poco nerviosa.— Te amo.
— Yo más, Brown— digo dándole un corto beso. Él se separa rápido, corre hacia atrás, sin despegar la mirada de la mía, me sonríe, con su típica sonrisa, y me hace un corazón con sus manos. Empieza a correr muy velozmente hacia un basural, cuándo llega a uno verde, abre su tapa y saca una bolsa de allí.
Yo miro a mí alrededor, fijándome si viene alguien pero, para mí suerte, no hay ningúna persona aquí afuera. Logan entró a la fábrica con la bolsa en sus manos, era droga, algo que él estuvo consumiendo unos meses antes de que yo lo conozca.