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Me acuerdo que cuándo era chica, mí padre solía decirme "Tomate"

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Me acuerdo que cuándo era chica, mí padre solía decirme "Tomate". Ya que suelo ponerme muy, pero demasiado, colorada cuándo me pongo nerviosa. Imagínense que cuándo me sonrojo parezco que tengo un incendio en mí interior.

Y ahora mismo, justo en éste momento, tengo 800 incendios adentro mío. Toda la clase se está ríendo de mí y sólo hay una razón; Me he confundido jodidamente, en vez de decir lección oral dije sexo oral. Sí, creánme, no les miento. No sé porque mierda dije sexo, pero lo sije y no hay vuelta atrás. Aparte, Megan ha sacado provecho de la situación y empezó a hacer lo único que le sale bien; joder.

— La zorra no deja de pensar en eso— dice gritando a los cuatro vientos. La fulmino con la mirada y carraspeo mí garganta para defenderme. Pero la maldita profesora se mete.

— ¡Callénse de una maldita vez, adolescentes malcríados!

Todos quedamos con la boca en forma de "o". La profesora, al darse cuenta de la gravedad de lo que dijo, se tapa la boca con su mano y sale corriendo hacia oficina del director. Cuándo sale por la puerta, empiezan todos los griteríos de nuevo.

— ¡Se fue porque le vio la cara a Katherine!— dice una secuaz de Megan. Maldita, fuiste mí compañera en gimnasia y te elegí sólo porque éres buena jugando.

— O tal vez vio tu trasero.— dice Sav metiéndose en el griterío. Todos dicen "Uhhhh" y yo rodeo los ojos. Que compañeros inmaduros me han tocado hoy.— Hagánme un favor a mí y a todos los que nos caen mal, callénse de una jodida vez porque estoy dispuesta a patearles el trasero a cada uno que se atreva a gritar.

Todos se callan, excepto la amiguita que se burló de mí cara.

— Si te caemos mal, estás invitada a irte de la institución.

Estoy sorprendida, no puedo creer que ha dicho "Institución" sin tartamudear. Menuda idiota, cerebro de maní, hueca, zorra y otros calificativos más.

— Pues, con gusto. Cabeza de monstruo mutante.

Y dicho esto, Sav sale caminando con paso decidido. Pero no sale de la institución, sino que va directamente hacia la dirección.

— Lo que te espera, mierda con patas.— digo mirándola fijamente a la rubia que se sienta al lado de Megan.

***

— ¿Y saben que es lo peor?

— No.— decimos todas a unísono.

— Que la zorra me dió el número de un psicólogo para tratar mí problema de ira, la mato yo o la matamos?

Estámos en el almuerzo, hay jóvenes por todos lados y eso porque es el último mes y están tratando de salvar materias. Sí, estámos en diciembre. El año pasó demasiado rápido, aunque no empecé cuándo tuve que haber empezado la escuela.

Jodidamente enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora