Capítulo 2

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A la hora de ponerle tensión a las cosas, mi hermano era el indicado. Se quedó en silencio por lo que yo creí fue una eternidad, aunque haya sido un minuto, hasta que, de la nada, por fin habló:

Y: Dijo que estaba enamorado...

¿ENAMORADO? Dios, dijo que estaba enamorado, pero ¿de quién? tenía que saberlo, sentía que si se quedaba un momento más en silencio, arrojaría el celular contra el espejo.

E: ¿Enamorado? Pero ¿de quién?

Y: No lo sé, solo dijo que es de una mujer que fue compañera de trabajo suya. Las posibilidades son una chica argentina, ahora no recuerdo su nombre, Angelique, y tú...

Yo, era yo, estaba segura. Pero si lo decía, su vida, y la mía, se llenarían de escándalos, y no quería eso.

Las palabras no me salían, el nudo que tenía en la garganta me impedía hablar, pero de todas formas hice un esfuerzo:

E: Y tú -se aclara la garganta-, ¿quién crees que sea?

Y: En realidad no estoy muy seguro, pero ¿recuerdas cuando eras niña y decías que algún día te casarías con él? Sería muy gracioso que fueras tú, ya que sería correspondido ¿no? -suelta una pequeña risa-. Pero la verdad es que lo más seguro es que sea Angelique.

E: Angelique...-suspiró- seguro.

Angie y yo siempre habíamos sido buenas amigas, y no tenía la intención de que dejáramos de serlo, pero ahora, pronunciar su nombre me hacía sentir amargura, me provocaba un mal sabor de boca que era casi imposible de quitar. Ni siquiera sabía si era ella, o yo, o tal vez la argentina, pero de todas formas, no podía contener este sentimiento que era ¿celos?

Y: Bien mi niña, te dejo, seguro tienes cosas que hacer y Nora me está llamando, besos para ti y para todos.

E: Adiós Yulem, gracias. Besos a mi príncipe y todos por allá.

Salí de maquillaje y terminé con vestuario, y después me fui a grabar. Hoy era un día en el que debía dar todo de mí, debía meterme en la piel del personaje al máximo. Di lo mejor que pude teniendo en cuenta que mi cabeza estaba ocupada con el pensamiento de que Sebastián estaba enamorado de una mujer, que no era yo.

Acabada la grabación, oí a todos en el set dar un grito de victoria, alegría. Los acompañé en la celebración un rato, pero estaba demasiado cansada y regresé a mi departamento.

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“¡Sebastián!”

Me desperté con su nombre en un grito, tenía a boca seca y estaba sudando. Lo más probable era que haya tenido una pesadilla, pero no lo recuerdo.

Miro el reloj, marcaba las 21:30. Me levanté y me fui a la ducha, me temblaba todo el cuerpo, realmente me llevé un susto, o eso creo.

Cuando salí de la ducha mi celular estaba sonando, era DJ, contesté casi sin ganas:

E: ¿Bueno?

DJ: ¿Estás lista Ei?

E: No me digas Ei, no me gusta, y ¿lista para qué?

DJ: Bueno, no te diré así. Oye, habíamos quedado en que te buscaría a las 22:00 para ir a cenar y festejar el fin de las grabaciones, ¿recuerdas?

E: Ah, claro. Pero, aún tengo que cambiarme.

DJ: ¿Aún no te cambias? Vaya, tardaremos bastante.

E: -resopla- No. Yo me cambio rápido, ¿me esperarás?

DJ: Está bien Eiza.

Fui a mi placar y tomé un vestido azul oscuro, era uno de mis preferidos, y me vestí. La actitud de DJ era bastante molesta, sé que la mayoría de las mujeres dicen “En 5 minutos acabo” y sin embargo tardan casi una hora, pero yo jamás fui así, y menos cuando estoy desinteresada en vestirme bien para la ocasión, como ahora. Sebastián, en cambio, siempre que me invitaba a cenar, llegaba puntual, y si aún no estaba vestida, no tenía problemas en esperarme. Todavía recuerdo el día en el que llegó a mi depto. Y yo apenas acababa de salir del baño, con toda la vergüenza del mundo le pedí que me esperara y el me abrazó, me besó y me dijo: -“Te esperaría toda la vida, con tal de estar contigo”.

Luego de suspirar mil veces recordando a Sebastián, acabé de ponerme los zapatos negros estilo gladiador y me até el pelo en una coleta baja, a penas apretada y bajé sin maquillarme.

DJ sonrió al verme, pero a pesar de que me quedé en silencio, no dijo nada, sólo me abrió la puerta del copiloto para que pudiera entrar.

Al entrar, sentí un perfume un tanto familiar, fragancia de Antonio Banderas. “Sebastián” pensé, recuerdo haber ido a su casa y encontrar en su cuarto, y en el baño ese perfume. Todo me lo recordaba.

Tardamos solo 15 minutos en llegar al restaurant y parecieron una eternidad, ninguno de los dos dijo nada, de vez en cuando veía de reojo que DJ me miraba, pero yo iba con la frente pegada a la ventanilla, llenando mi nariz con aquel aroma, con aquel recuerdo, de mi primera vez…

Al llegar al lugar, vi que decía “Karaoke”, supuse que iríamos a oír a la gente cantar. Entramos y un hombre alto y bien vestido nos guió hasta una mesa frente al escenario, pequeño, y con solo dos sillas. Nos sentamos y apenas un minuto después apareció el camarero con las cartas, yo solo pedí una ensalada. Mientras esperábamos la comida, comenzó a sonar una canción que, para mí, era imposible no reconocer, “Frío” resonaba por todo el restaurant y nuevamente lo recordé, en mi depto. Poniendo Te Acordarás De Mi solo para cantar Frío, porque era su preferida.

Mientras una niña, alta, de unos 13 o 14 años que había llegado con más chicas subía al escenario a cantar, sonó mi celular. Mi corazón saltó de alegría al ver el nombre en la pantalla –Sebastián- la sonrisa fue inevitable, le ganó al recuerdo de que él estaba enamorad de Angie, y entonces caí de nuevo en la realidad. DJ estaba frente a mí observándome, como si esperara a que yo conteste, entonces lo miré señalando a mi celular y le dije:

E: Es mi mamá, ¿no te importa si contesto?

DJ: Claro que no, Ei.

Inhalé profundo para no decirle nada y me mordí el labio inferior tan fuerte que casi dejo marca. Me levanté de la mesa y caminé, alejándome para quedar frente a la barra en el fondo del restaurant, lejos de donde estaba mí mesa y allí contesté:

E: ¿Sebas?

S: Eiza…

E: ¡Sebas, mi amo…!

S: No te detengas, continua, amo oír esas palabras de tu boca.

E: Mi amor...

S: Eiza, no sabes cuánto te extraño, quiero verte, escucharte, abrazarte, besarte...

E: Sebas… yo, yo también te extraño mi amor. Extraño tenerte junto a mí.

S: Regresaremos, estaremos juntos para toda la vida, verás.

E: ¿En serio? ¿Osea que a la que amas es a mí y no a Angelique, ni a la argentina?

S: Claro que es a ti, nunca hizo falta que te lo dijera, aunque te lo haya repetido mil veces. Sabes que no me alcanzan las palabras para decirte lo que me provoca tu presencia.

E: Dios, yo sabía que era imposible que me lastimaras, sabía que era a mí a quien amabas.

S: ¿Acaso lo dudaste?

E: Sss… No, no lo dudé ni por un momento.

S: Eiza, ¿me permites decirte algo?

E: ¿Qué?

S: Estás hermosa esta noche…

E: Gracias, pero ¿cómo lo sabes?

S: Tú siempre estás hermosa…

Sonreí, estaba inmensamente feliz, pero antes de que pudiese contestarle, cortó la llamada… Y entonces sentí unas manos alrededor de mi cintura, aliento sobre mi cuello, aroma a Antonio Banderas y jabón de menta y volví a oír su voz en mi oído diciéndome:

S: Sería un ciego si no te viera lo hermosa que estás esta noche…

Entonces me volteé y lo vi, sus hermosos ojos verdes, tal y como yo los recordaba, sus brazos fuertes, tenía el cabello más largo y lo hacía parecer más joven de lo que era, y su boca perfecta, sentí que si no lo besaba en ese momento, no lo podría hacer nunca más, y no desaproveché. Me puse a penas de puntitas y lo besé con todo el amor que ahora estaba segura que sentía, demostrándole cuanto lo había extrañado, y cómo en realidad ansiaba verlo.

I pledge to you my eternal love❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora