Cuando oí que mi nombre se pronunciaba al otro lado de la habitación y reconocí su voz, sentí que el corazón se me detenía, y solo quería explicarle lo que pasó. Aunque significara decirle que le había fallado, al menos le estaría diciendo la verdad, y no lo estaría negando como canalla.
Traté de acercarme a ella, pero de inmediato retrocedió. En un primer momento, su rostro no tenía expresión, solo eran lágrimas cayendo, pero en cuanto retrocedió, su ceño se frunció, su nariz y sus labios también. La expresión inconfundible de cuando ella lloraba.
Dio media vuelta y se fue. Traté de seguirla, pero Erika me detuvo, y me dijo las palabras más duras para mí en ese momento:
Eri: No la busques, ella no necesita hablar contigo.
Y entonces se marchó tras ella. Mi corazón latía desesperadamente. No podía creer lo que estaba pasando en aquella situación.
Angelique seguía parada donde la había dejado. La furia se apoderó de mí y me di vuelta para quedar cara a cara con ella:
S: ¡TODO ESTO ES TU CULPA ANGELIQUE! Tú y tus estúpidas ideas de una despedida.
A: Sebas… yo –sus ojos se inundan-, yo te juro que lo siento muchísimo.
S: Sentirlo no arreglará las cosas, Angelique. Acabas de ver cómo, la mujer más importante en mi vida, se marchó. ¡Y todo porque tu querías un beso!
A: -caen sus lágrimas- Nadie debía enterarse.
S: ¡Pero ella nos vio, Angelique!
A: Yo no podía adivinarlo, Sebastián.
S: Ni siquiera debiste pedírmelo.
A: ¡Y tú no debiste aceptar!
Palabras verdaderas. Angelique no tenía la culpa de esto, yo era el que no debió aceptar su pedido. Pero ahora ya era demasiado tarde, y Eiza ya nos había visto.
Como primera idea, tomé mi celular e intenté llamarla, pero me daba la contestadora porque, al parecer, tenía el teléfono apagado.
Sin importarme si fuese a perder mi trabajo o no, salí de allí, camino a mí casa. Angelique me dijo que avisaría que me fui por una emergencia. Una cosa buena que hacía.
Salí de Televisa y me subí a mi camioneta, entonces Ceci me llamó, y por compromiso, contesté:
S: ¿Qué pasa, Ceci?
C: Sebas, ¿no sabes si Eiza va a pasar por Santi?
S: Mira, Ceci, Eiza no se siente muy bien que digamos. Quizás no pueda ir a recoger a Santiago.
C: ¿Qué le pasa? ¿Ella está bien? ¿Hay algo malo con el bebé?
S: No, todo está en orden. Solo está pasando por un achaque, pero normal.
C: Ah, bueno. Mándale saludos y que no se preocupe, yo iré por Santi.
S: Está bien, Ceci. Adiós.
C: Adiós –cuelga-.
Agradecí que la llamada de Cecilia haya sido breve y arranqué mí camioneta camino a mi casa.
En el camino, venía pensando en la cantidad de posibilidades que había: Podía hablar con Eiza, y ella lo entendería y se quedaría conmigo. Podía hacerlo, pero a ella no le importaría y se iría de mi lado. Podía simplemente no necesitar una explicación y quedarse a mi lado por amor, o puede que ya haya tomado una decisión sin antes escuchar lo que yo tenía que decir, y eso era lo que más temía.
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I pledge to you my eternal love❤
FanfictionEsta es una fanfiction seiza, es escrita por una amiga pero yo soy la encargada de subirla. Antes lo hacia en el blog seizaforever.blogspot.com pero me era muy complicado y por lo mismo tardaba mucho en actualizar, de esta forma me es más sencillo. ...