Capítulo 3

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El bajo vibró marcando el final de nuestro beso y logrando que me sonrojara. Solo él lograba sonrojarme de verdad. Lo abracé sintiendo los latidos acelerados de su corazón, sin embargo, es este momento el mío estaba comenzando a latir de nuevo. Él puso su cabeza sobre la mía y me dijo:

S: Extrañaba que hicieras eso...

E: ¿Qué?

S: Que me abrazaras, que me besaras...

E: -sonríe- Yo también lo extrañaba.

S: ¿Abrazarme y besarme?

E: No, bueno, sí, pero me refiero a que tú me abrazaras y me besaras. Sebas...

S: ¿Sí?

E: Perdóname.

S: ¿Por qué?

E: Porque nunca supe reconocer lo que sentía por ti, porque siempre me porté como una niña inmadura.

S: Sabía que estabas insegura, que para ti era difícil, y como te dije la primera vez que estuvimos juntos, te esperaría toda la vida, con tal de estar contigo.

E: Ahora te lo puedo decir sin temores... Te...

Sebastián se despegó de mi de forma abrupta, me estaba sosteniendo firme de los hombros, pero no me estaba mirando, sino que estaba mirando hacia le público. Yo sin entender nada giré la cabeza en la dirección a la que veía Sebastián, y entonces supe el porqué de su tensión. DJ venía hacia mí, parecía realmente enfurecido, y a juzgar por sus cejas bajas y la brusquedad de sus pasos venía buscando algo más que hablar conmigo:

E: Sebas, Sebas, debes irte.

S: No.

E: Sebas, vete por favor.

S: No me iré.

E: Vete Sebastián.

Lo miré de la manera en la que lo veía cuando solía regañarlo, pero de nada sirvió, él se quedó ahí, con las manos en mis hombros viendo a DJ acercarse a nosotros. Cuando llegó, se paró firme frente a Sebastián, mirándolo a los ojos, como era un poco más bajo, tenía que levantar la cabeza para verlo a los ojos. Me tomó fuertemente de un brazo, zafándome del agarre de Sebastián y me puso junto a él, Sebastián no dejaba de verlo, por un momento creí que lo golpearía por tratarme mal, pero solo nos traería problemas. Al ver las miradas fijas y los ojos casi en llamas de ambos, me parecía que estaban librando una guerra con los ojos.

DJ: Eiza, ¿qué hacías con él? Viniste a cenar conmigo.

E: Solo...

S: Vine a saludarla, por si no sabías, ella es como mi hermana.

DJ: No te lo pregunté.

E: Cotrona, no te creas tan importante.

DJ: -volteándose a Eiza- Soy importante Eiza, supongo que te has dado cuenta de lo que siento por ti, y si no lo habías notado, realmente eres tonta.

S: -cerrando los puños- No le digas así.

DJ: Mira Sebastián, yo le digo como quieras, tu no me dices como tratarla.

S: Sí, sí te puedo decir cómo tratarla.

E: Osea, ya párenle.

DJ: Ni que fueras su novio.

S: ¿Y si lo soy qué?

E: ¡Sebastián!

DJ: No te creo, Eiza no andaría con un tipo como tú, es más inteligente.

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