I pledge to you my eternal love❤

Capítulo 15

Cuando volví a estar consciente, sin abrir los ojos, escuchaba un "Bip" constante, tenía frío, oía voces por todos lados y una muy particular que decía: -Doctor Tim House, a emergencias -. ¿Estaba en el hospital? Una puerta se abrió, la voz de Sebastián fue lo primero que reconocí:

S: Doctor...

D: ¿Despertó?

S: No, aún no.

D: Es extraño. ¿No sabe que pudo haber producido el desmayo?

S: No estoy seguro, pero antes de que sucediese, tuvimos una discusión, estaba muy alterada, lloraba demasiado... ¿ella... ella está embarazada?

D: Sí, el tiempo de gestación es muy corto, apenas un día o dos, por eso es muy riesgoso. Podría perderlo. Un embarazo no es seguro hasta los 3 meses.

S: Dios... ¿el bebé está bien?

D: Perfectamente.

S: Gracias a Dios y gracias a usted, doctor, en cuanto despierte lo llamaré.

D: Perfecto, y no agradezca, señor Rulli.

Sentí pasos y la puerta sonó nuevamente, aún no podía abrir los ojos, pero sí oía todo lo que sucedía a mí alrededor. Me tomaron la mano, me di cuenta inmediatamente de que era Sebastián, conocía su tacto de memoria. Realmente estaba sintiéndome lastimada, ¿para qué necesitaría una prueba de paternidad? Yo no tenía por qué mentirle ni mucho menos. Palabras salieron de su boca:

S: Eiza, sé que ese niño es mío, nuestro. Quiero que sepas que no quiero alejarme de ti, pero no hay manera, tengo que irme. Espero poder seguirte por siempre, eres el amor de mi vida, y ese bebé que con la bendición de Dios tendrás, será lo que nos una para siempre. Solo me quedan horas aquí, y no sé cuándo nos volveremos a ver, lamento que no estés escuchando estas palabras, pero nunca olvides que te amo, ¿de acuerdo?

No podía abrir aún los ojos, pero algo me estaba dando fuerzas, y le agradeceré eternamente que lo haya hecho, porque presioné la mano de Sebas y me di el lujo de hablarle:

E: D-de ac-cuerd-do...

Un pequeño esfuerzo más y abrí los ojos, para entonces la mano de ya no estaba junto a la mía, y casi un segundo después entraron las niñas, con una sonrisa de oreja a oreja, excepto Agus, ella no estaba allí, lo cual me extrañó muchísimo. Todas de acercaron a mí con ojos llorosos, traté de sonreírles, no sé si lo logré. Murmuraban un "Por Fin" y entonces me pregunté ¿cuánto tiempo había estado inconsciente? Sebastián entró nuevamente acompañado por un doctor, el cual les pidió a las niñas que hicieran espacio, y comenzó a hacerme chequeos. Me sentía bastante mejor, las paredes blancas de la habitación hacían que fuese mucho más brillante y entonces me estaba encandilando. Levanté mi brazo izquierdo y me froté los ojos, Caro se acercó a Sebas y le habló:

C: Sebas, iré a buscar un café ¿quieres que te traiga algo?

S: No, pero gracias, Caro.

C: Bueno, si necesitan algo, estaré en la habitación de Agus.

S: ¿Cómo está?

C: Mucho mejor, gracias a Dios.

S: Dile que en cuanto pueda pasaré por su habitación.

C: Okay, se lo diré.

Caro se retiró y, Joanna y Valeria, se quedaron sentadas en dos sillas plásticas de otro lado de la habitación. Sebas estaba parado junto a la puerta, apoyado contra la pared y de brazos cruzados. Lo miré, me miró, ninguno de los dos sonrió. Me esforcé por volver a hablar, pronunciando las palabras pesadamente, como lo hace un niño con sueño: