Capítulo 52

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Llegué un poco más tarde de lo que acostumbro llegar a casa, pero lo sucedido era que una de las cámaras tuvo una falla y tuvimos que esperar, además, hubo que repetir varias escenas porque alguien siempre olvidaba su línea o algo así.

En fin, iba caminando medio muerta ese trecho eterno entre la acera y la puerta de la casa, y al entrar, me encontré con las niñas sentadas en la mesa. No había ruido. Todas estaban serias, o esa fue mi primera impresión antes de verlas con más atención. Mi instinto fue buscar a mi hija con la mirada.

Diann yacía profundamente dormida en brazos de Eloisa, la cual se veía cansada, al igual que Agus, la cual tenía apoyada la cabeza en el hombro de Elo. Estaba sosteniendo a Josefina la cual también dormía. Dirigí la mirada hacia donde estaban Valeria y Joanna. Las dos estaban mirando a la nada, sus ojos estaban hinchados, como si hubiesen llorado, lo cual me sorprendió de Valeria.

¿Y Sebastián? No estaba con ellas...

Caminé rápido hacia las niñas y les pregunté:

E: ¡Niñas! ¿Qué pasó? ¿Y Sebastián?

Elo: Él nos dejó a cargo -dijo con voz agotada-.

E: ¿A quiénes? ¿A cargo de qué?

V: A Elo y a mí, nos dejó a cargo de todo... él se fue, Eiza.

E: -exhala desesperada- ¿A dónde se fue? ¡Por favor, hablen claro!

A: Santiago tuvo un accidente y Sebastián se fue a México de urgencia. Nos dejó a cargo de Diann y a Elo y Valeria las dejó a cargo de todo en general, por ser las mayores y eso. Hace un rato nos llamó y... y nos dijo que... -dijo, mientras su respiración se tornaba pesada y sus ojos brillosos-.

Elo: Tranquila, geme -dice frotando su brazo para calmarla-.

E: ¿Y qué les djo? -preguntó en tono nervioso y preocupado-.

J: Santi entró en coma.

Las palabras de Joanna me cayeron como un balde de agua helada. Mi principito estaba en coma. El niño que fue la causa de unión más fuerte entre Sebastián y yo antes de que me enterara que estaba embarazada. Mi primer hijo, la primer personita que me llamó "Mamá", ahora se encontraba profundamente dormido y nadie sabía cuando iba a despertar.

Mi pecho ardió y sentí la necesidad de devolver el estómago, aunque no tuviese nada en él que devolver.

E: ¿En coma? -preguntó con un hilo de voz-.

V: Entró en coma a las 13:55. Lo que significa que lleva ocho horas en coma.

E: Ocho... Diann, denme a Diann por favor.

En ese momento, Elo se levantó de la silla y me entregó a mi bebé en brazos. Vi su carita angelical, con esos aires a Santiago, durmiendo en paz, y mi mundo entero se derrumbó. Un niño de 5 años no merece estar en coma. Un niño de 5 años debe estar despierto todo el día, jugando con su mamá, su papá, sus hermanos. Merece cansarse de tantos juegos para poder dormir tranquilo por la noche. Nadie a los 5 años debe estar en una cama de hospital luchando por su vida.

Abracé a mi hija y luego rompí en llanto. Las niñas me abrazaron, todas me abrazaron, y hubiese dado la vida por que ese abrazo no acabara.

(...)

Me encontraba sola, mirando las luces de la gran ciudad por la gran ventana de mi gran habitación recostada en mi gran cama, todo ubicado en mi gran casa donde vivo con mi gran familia... y estaba sola.

Mi iPhone descansaba sobre la almohada que ocupa Sebastián, aguardando que me llamara, pero nada pasaba.

Comenzaba a caer desganada en un sueño, y entonces la vibración de mi celular me exaltó de manera ridícula. Lo tomé apresurada y vi el nombre de Sebas en la pantalla. Contesté:

E: Sebas.

S: Mi amor.

E: Por favor, dime que está bien, que despertó.

S: No puedo decirte mentiras. Ya nos dijeron que no pueden estar seguros de cuándo irá a despertar Santi.

E: Mi pequeño -dice entre sollozos-.

S: No... -respira hondo-. No estoy muy seguro de cuándo regresaré a USA. Quise llamarte antes, pero tuve que ira acomodar las cosas a casa.

E: ¿Cómo que... no sabes cuándo regresas?

S: Eiza, debes entender que Santi me necesita.

E: También te necesitamos tu hija y yo.

S: Pero ninguna de ustedes está en coma -dijo con un tono seco-.

E: Entiendo. Espero que Santiago se despierte pronto. Me mantendré al tanto de él, ya veré cómo hago, pero no quiero que me llames.

S: Eiza, perdóname. No quise ser duro, pero estoy en un momento difícil.

E: Sí, porque no es difícil que tu pareja se vaya de tu casa de un momento al otro, y te deje sóla con una bebé de 4 meses y 4 adolescentes que cuidar.

S: Mi amor, iré a verlas. Lo juro, no las abandonaré.

E: No te molestes. Santi necesitará que estés pendiente de él en todo momento.

S: No importa. Iré a verlas el viernes. Te llamaré todos los días. Estaré al pendiente de cualquier cosa.

E: Está bien -dice agachando la cabeza-.

S: Eiza...

E: ¿Sí?

S: Te amo.

E: Te amo más -cuelga-.

Me dormí profundamente.

Horas después desperté al oír el llanto de mi bebé a través del comunicador. Me levanté pesarosa para ver qué necesitaba... sólo tenía hambre.

Mi pequeña Diann... sus enormes ojos verdes podían enamorar a cualquiera. Su cabello castaño claro tenía unos risos tan irresistibles y su risita era tan contagiosa...

Pensé que, si iba a hacerme otro tatuaje, sería su nombre. Ese nombre que se nos ocurrió al ver "Diana" y querer modificarlo, complementado con otro nombre que no estaba pero que les encantaba a Agus y a Caro. Diann Shailene Rulli González...

En lugar de dejar a mí bebé sola, y regresar sola a mí cama, la llevé conmigo y la dejé dormir a mí lado. Nada me venía mejor en éste momento que su compañía.

I pledge to you my eternal love❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora