No pude contener mi risa de emoción y de felicidad. Comencé a dar brinquitos como niña emocionada y me colgué del cuello de Sebas, el cual detuvo mis saltos sosteniéndome de por la cintura:
E: ¡Por fin, Sebas! ¡Por fin somos libres de vivir nuestro amor sin ocultarnos de nadie!
S: Lo sé -sonríe y le da un pico-, ya todos saben que tendremos un bebé y solo falta que anunciemos nuestro compromiso. Nuestra vida se encamina a la perfección.
E: Te juro que no puedo contener esta emoción, ya somos oficialmente ante los ojos de todos, una pareja.
S: Es hermoso. Podremos salir a pasear con Santi y con Luca, iremos a tantos lugares juntos y sin preocuparnos por el qué dirán, o porque nos vean.
E: Ya sé -dice bajito- ahora, vamos a festejar como debemos -le desabrocha un botón de la camisa-, ¿sí?
S: Claro que sí -la carga en brazos-.
Sebastián me estaba llevando a la habitación y en el camino comenzó a dolerme el estómago de la risa ya que chocó el sillón, después la banqueta, y tropezó con un par de juguetes que había en el piso, casi nos caímos mil veces, y para cuando llegamos a la habitación, yo estaba desairada de la risa, pero eso no me impidió deshacerme de su camisa, ni a él deshacerse de mi blusa, pero cuando estaba quitándose los zapatos, el timbre sonó.
En el mejor momento de todos, alguien tenía que venir a interrumpirnos.
Resoplado con enfado, Sebastián se apartó de mí y me ayudó a ponerme de pie. Pegó un grito avisando que ya iba a atender y se acomodó la ropa rápidamente al igual que yo, pero aunque nos hayamos producido para ir a los premios Emi, aún se notaba que teníamos la boca hinchada, y varias marcas enrojecidas en el cuello de Sebastián delataban los besos que le había dado.
Salimos al mismo tiempo de la habitación y yo me senté en el sofá mientras el atendía. Mi madre entró sin pedir permiso y se paró en un punto medio entre Sebastián y yo. Nos miró a ambos y nos dijo:
G: Ustedes dos tienen mucho que explicarme.
S: -suspira- Lo sabemos, Glenda. Siéntate, por favor.
E: Mamá, creo que te debo una disculpa...
G: A ver, no una disculpa, ¡sino una respuesta! ¿Por qué no me dijiste esto antes?
E: Queríamos esperar a que fuera seguro.
G: Yo no merecía enterarme así de esto, soy tu madre, Eiza. ¿Y cuánto llevas?
E: Hoy tuve la cita para los tres meses...
G: ¿Tres meses ya? ¿Y quiénes lo sabían?
E: Sebastián y yo, y... unas amigas.
G: Osea que preferiste contárselo a unas amigas antes que a mí.
E: Mamá... ellas estaban en el momento en que vi el resultado.
S: Glenda, ¿en serio vas a comenzar a regañarla ahora? Te acabas de enterar de que vas a ser abuela, ¡felicítala!
G: -suspiró- Tienes razón... felicidades, mi amor -abraza a Eiza-. ¡Voy a ser abuela otra vez! -besó la frente de Eiza y la abrazó-. Mi princessdoll va a ser mamá...
E: Sí, voy a ser mamá… y si sigo tus pasos seré una gran mamá.
G: -sonríe- Mi cielo… ¡será un bebé precioso! Oye, ¿ya tienes fecha?
E: Sí –sonríe-, si es justo será para el 15 de enero, pero como soy primeriza, lo más seguro es que ande cerca de navidad.
G: ¡Sólo le falta nacer con moño!
S: Me leíste el pensamiento, Glenda.
G: -ríe- ¿Y ya se lo dijeron a Santiago?
S: No, pero se lo diremos mañana, porque vendrá a pasar el fin de semana con nosotros.
G: ¡Va a estar feliz!
E: De eso ni hablar... ¡él está más apurado que nosotros por la boda!
G: -agranda los ojos- ¿Se van a casar?
E: Sí –sonríe-, supongo que eso es algo que también debí contarte…
G: ¡Últimamente no me cuentas nada!
E: Es que pensábamos dejarlo como sorpresa súper mami…
G: Y me las dejaron a todas juntas…
E: Perdón –hace un puchero-.
G: -chasquea la lengua- Ay, sabes que no me puedo resistir a tus pucheros, desde niña me haces eso.
E: ¿Entonces me perdonas?
G: Claro que sí, mi amor. Bueno, me tengo que ir –besa la frente de Eiza y saluda a Sebastián- ¡Me saludan a Santi!
S: Claro, Glen…
G: Ah, Eiza, la próxima vez ten más cuidado de no dejar tantas marcas en el cuello de Sebas –le guiña un ojo-. La gente no es tonta mija.
Mi mamá salió de casa moviendo las caderas como toda una modelo, costumbre que no se le iría más, y entonces, ruborizada, miré a Sebas y le dije:
E: Creo que se dio cuenta…
S: Creo que sí… Pero, ¿en qué estábamos?
E: Mmm… no sé…
S: -se acerca y la besa- Creo que yo sí.
Sebastián y yo nos fuimos entre besos a la habitación, dejando un reguero de ropa por toda la casa, y al llegar a la habitación, ambos ya estábamos solo en ropa interior. Debo admitir que el cinturón de Sebastián me produjo un par de problemas, pero después de un pequeño forcejeo, logré quitarlo.
En su habitación, ya habíamos cerrado todas las cortinas y la puerta con llave, por si acaso. Sebastián me dijo que me pusiera frente a la cama y yo hice caso, entonces él se puso detrás de mí y con suaves caricias, desde mi cuello hasta mi cadera, llegó la mis bragas blancas. Las tomó por los extremos y las bajó lentamente… hasta que me las quitó por completo. Realizó el mismo procedimiento con mi sostén, y luego se deshizo de sus boxers. Seguía estando detrás de mí, y yo frente a la cama cuando empujó mi espalda hacia adelante y yo quedé inclinada sobre la cama, apoyada con mis brazos. Estaba por preguntarle qué sucedía, cuando lo sentí adentrándose en mi cuerpo muy lentamente, haciéndome temblar de placer. Sentía que mis brazos y piernas fallarían, pero no, iba a aguatar. Sebastián comenzó con su movimiento de caderas, deleitándome con cada uno de sus choques, que se tornaban cada vez más rápidos, más plácidos, provocándome gemidos largos, gritos que se me escapaban, y Sebastián jadeaba y gruñía constantemente, hasta que sentí el orgasmo reventar en mi cuerpo, y apoyé mi rostro sobre la cama mientras gemía por el placer alcanzado.
Una de las manos de Sebastián se posó entre mis pechos e hizo que me enderezara. Él seguía con las embestidas y me dijo al oído:
S: Una vez más, Eiza… vamos, una vez más.
Y seguido de eso, comenzó a embestirme aún más profundo y rápido, logrando que llegara a otro orgasmo, donde él me acompañaba…
Caímos sobre la cama, cansados, agitados y satisfechos. Sebastián nos cubrió con una manta, y así nos dormimos, felices porque nuestra nueva vida había comenzado de la mejor manera posible…
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I pledge to you my eternal love❤
FanficEsta es una fanfiction seiza, es escrita por una amiga pero yo soy la encargada de subirla. Antes lo hacia en el blog seizaforever.blogspot.com pero me era muy complicado y por lo mismo tardaba mucho en actualizar, de esta forma me es más sencillo. ...