Horas, habían pasado casi ocho horas del nacimiento de mi niña, y yo seguía maravillada por la belleza que tenía. Para mí era realmente perfecta.
Si de por sí hablo mucho, nunca había hablado tanto como ese día, había anochecido y mi bebita dormía sobre mi pecho. La había amamantado, y luego de eso se durmió rápidamente. No quería separarme de ella por nada del mundo.
Llevaba hora y media hablando sobre su carita y, al parecer, había aburrido demasiado a Jimena:
J: Oye, mamurra, ¿por qué no escribes un libro sobre Diann y luego yo lo leo?
E: Lo siento, Jimena, pero es que es tan hermosa.
J: Lo sé, es hermosísima, ¡pero si sigues así la vas a ojear!
E: Es que, su naricita, y su boquita…
J: ¿Por qué no dejas que el papá la tenga un rato?
E: Sebastián ya debe haberse ido.
J: No, hace cinco minutos, cuando fui a buscar el café, él seguía sentado en el pasillo. Me dijo que a Santi se lo había llevado tu mamá, y luego preguntó si estabas dormida, porque quería pasar a ver a Diann.
E: -suspira- Dile que pase, porfis. Y si quieres, puedes irte a descansar.
J: ¿Estás segura?
E: Sí, ya es muy tarde y todos se han ido a sus casas. Tú fuiste la única que se quedó, así que tienes derecho de irte a descansar.
J: Bueno, si necesitas algo, me whatsappeas, ¿sí?
E: -le sonríe- Sí.
Jimena salió de la habitación e instantes después, entró Sebastián. Miraba directamente a nuestra hija, quizás evitando mirarme a los ojos, pero fue imposible. Sentí como mi sangre ardía cuando sus profundos ojos verdes atraparon los míos. Mi mente estaba en blanco y no podía articular palabra, solo pensaba en que quería comerle la boca de un beso, en pocas palabras, reclamar esos labios que eran míos.
Sebas se acercó despacio a mí y se sentó en una silla al lado de la cama.
E: ¿La quieres cargar?
S: Sí, por favor.
Con muchísima delicadeza, dejé que Sebastián tomase a Diann en sus brazos y él de inmediato sonrió y comenzó a mecer a nuestra hija en sus brazos.
No podía negar que jamás dejaría de estar enamorada de aquel hombre.
S: ¿Les avisaste a las niñas?
E: -suspira y se lleva una mano a la frente- ¡Las niñas! ¡Se me había súper olvidado!
S: ¿Cuándo fue la última vez que las viste?
E: El día del Eizatico, ¿por?
S: Solo era por curiosidad. ¿Y Agus? ¿Cómo va con el chico ese?
E: Eh, con eso…
S: ¿Qué pasó?
E: Él, bueno… él terminó con ella.
S: ¿Él la dejó? ¿Cuándo?
E: El 10 de noviembre. Por eso su mamá me dio permiso de que viniera a México. Hace un tiempo que está viviendo aquí, en casa de su tía, ¿no sabías?
S: ¿Y ella, cómo está?
E: Destrozada. Nosotros bien sabemos cómo ella lo quería. Y él la dejó con la excusa de que era “muy poca cosa”.
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I pledge to you my eternal love❤
FanfictionEsta es una fanfiction seiza, es escrita por una amiga pero yo soy la encargada de subirla. Antes lo hacia en el blog seizaforever.blogspot.com pero me era muy complicado y por lo mismo tardaba mucho en actualizar, de esta forma me es más sencillo. ...