Capítulo 30

195 5 1
                                    

Cap. 30

E: -nerviosa- ¿Embarazada? ¿Yo? Pfff... Imposible.

N: ¿Por qué? Digo, estás en pareja -mira a Sebas-, y todas las mujeres podemos... A menos que tu...

E: ¡No! No, no, no... Ni Dios permita, Nora. Yo sí puedo quedar embarazada, créeme que puedo.

N: Ah, gracias a Dios. Ya me había asustado...

S: Bueno, ¿quieren tomar algo?

Y: Claro, vamos.

E: Ustedes adelántense, yo me voy a arreglar un poco.

S: Pero no hace falta, mi amor. Estás perfecta así.

E: Es que yo no me siento cómoda. Solo me tomará un minuto, ¿okay?

S: Okay. ¿Vamos?

G: Sí, vamos. Ven, Santi -le da la mano a Santi y salen de la habitación-.

E: Nora, espera...

N: -se detiene- ¿Sí?

E: ¿Puedo hablar contigo? Necesito hablar de algo muy importante.

N: Claro -se voltea hacia Yulem-. Amor, ¿me harías el favor de llevar a Luca contigo? Eiza y yo debemos hablar, a solas.

Y: Sí, amor -toma a Luca y se va-.

N: Bien -camina hasta la cama y se sienta junto a Eiza-. ¿De qué quieres hablar?

E: Bueno -mira sus manos-. Nora, yo... -suspira profundo- yo estoy embarazada.

N: ¿Qué? -se lleva las manos a la boca y luego las baja- Eiza, esto... esto es...

E: ¿Inesperado?

N: Hermoso... Hermoso e inesperado... ¿cuánto tienes?

E: Nueve semanas...

N: Bien, ¿sabes que aún faltan tres semanas para que sea seguro?

E: Sí... pero mira -se descubre el vientre- ya está creciendo.

N: Está a penas hinchado...

E: Oye, Nora, ¿qué se siente cuando el bebé se mueve o patea?

N: Pues sientes muy lindo, es una emoción muy grande saber que esa vida que está ahí adentro tuyo se mueve, te das cuenta de que está presente.

E: ¿Y el parto?

N: Es muy pronto para pensar en el parto.

E: Solo quiero saber que se siente...

N: Pues, no te voy a mentir, ¡el dolor es insoportable! Pero luego se te olvida todo cuando te entregan a tu hijo en tus brazos... Es el sentimiento más hermoso sobre la tierra.

E: -con ojos vidriosos- Que bello suena todo lo que me cuentas, Nora.

N: Lo es, preciosa. Y te darás cuenta de todo ello, pero tienes que ser paciente.

E: Sí, gracias...

Nora me besó la frente y salió de la habitación, entonces yo me levanté y abrí una de las maletas que había traído, me puse un short y una remera que dejaba mi abdomen descubierto, y entonces fui a la cocina. Me senté junto a Sebastián y él me abrazó mientras oíamos hablar, y entonces mi mamá me miró detenidamente por un momento y dijo:

G: Estás cambiada, Eiza. ¿Te hiciste algo?

E: No, mamá, ¿por?

G: No lo sé, te noto como más rellenita, como hinchada. Además, como que te creció todo, ¿no?

E: Eh, mamá, probablemente este hinchada. Es que tomé mucha soda hoy, y entonces por eso estoy así.

Mi mamá asintió, pero Santi, que estaba en una de las banquetas más altas me preguntó:

San: ¿Entonces por eso te pusiste malita hoy y vomitaste el pollo?

E: ¡Santi!

San: ¿Qué? Es la verdad, estabas comiendo y saliste corriendo al baño, y luego dijiste que no te sentías bien, así que te quedaste durmiendo.

E: -se golpea la frente con la mano- Santi, ¿por qué no vas a buscar mi celular? Lo dejé sobre la mesa de luz.

San: Sipi -se va-.

G: Muy bien -mira fijo a Eiza-. Ahora que Santi se fue, explícanos bien eso de que vomitaste la comida. ¿Estás enferma?

E: No mamá, no estoy enferma.

G: ¿Te cayó mal la comida?

E: Puede ser...

San: -llega corriendo con el celular de Eiza en la mano- ¡Eiza, Eiza! ¡Te están llamando, te llaman!

E: A ver, mi principito…

Tomé mi celular y vi que era Valeria, agradecí a Dios por esa llamada que me estaba sacando de una situación mega incómoda. Hice unas señas, dando a entender que era importante, y me retiré a hablar a la habitación de Sebas.

E: Hola, Val. ¿Qué pasó?

V: ¡Eso mismo te íbamos a preguntar!

E: ¿Íbamos?

V: Sí, Joanna está aquí, conmigo.

E: ¡Ah! Hola, Joa, ¿cómo estás?

J: Hola. Perfecta, ¿y tú?

E: Agradeciendo que hayan llamado justo ahora. Miren, sí viajé a Mex, estoy en casa de Sebastián, toda mi familia está aquí, no quiero contarles aún del embarazo, y me están acosando.

V: -ríe-. Wow, que fuerte.

E: Lo sé. Oigan, gracias por el boleto, niñas. De verdad, valen mil.

J: De nada, Eiza. Solo queríamos verte feliz.

E: Y de verdad que lo estoy, aquí, junto a la gente que amo. Oigan, ¿no saben nada de Caro y Agus?

V: ¿Qué pregunta es esa, Eiza? ¡Obvio que sabemos!

E: ¿Y cómo les está yendo?

V: A ambas les va muy bien, según dicen. Agus hasta está de novia o algo así, con un tal Santiago.

E: Ows, me alegro mucho por ella… ¿no ha vuelto a vomitar?

J: No, según ella, se siente muy bien y no lo ha vuelto a hacer.

E: Pues qué alivio… ¿y ustedes? ¿Qué onda?

J: Nada nuevo que contar, solo que nos volvimos a juntar y así.

E: Pues me alegro, niñas. Por cierto, les mando un beso a sus familias, gracias por llamarme, neta.

V: Gracias por atendernos, eso no lo hace cualquiera –ríe-.

E: -ríe también- No pues que mal… yo siempre las voy a atender. Ustedes cuatro son unas de las personas más importantes que entraron a mi vida. La verdad es que me siento muy feliz de haberlas conocido. Las amo.

J&V: Te amamos, Eiza… adiós.

E: Adiós, bebés.

Corté la llamada y volví a la cocina con la esperanza de que no recordaran el tema de mis nauseas, y por suerte, ya estaba hablando de una cosa totalmente ajena. Me senté e intenté unirme a la conversación. El tiempo para contar mi noticia se agotaba. O lo contaba, o se enteraban, y era mucho mejor para mí contárselos, antes de que se enteraran por terceros.

I pledge to you my eternal love❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora