Soy Luna 3, Una historia paralela-

Capitulo 43: Bad Together

Cuando despertó no quiso abrir sus ojos deseaba que desapareciera. No se arrepentía de nada pero le daba vergüenza se había dejado llevar por las burbujas y no sabía que decirle, que hacer. Tanto lo deseo que al abrirlos no estaba y lo que pensó que sería mejor fué peor, fue una gran decepción. Llevada por sus impulsos que siempre le ganan a la razón se dirigió al que supo ser su cuarto, pero no estaba allí se había ido literalmente se había perdido. Y desde ese entonces los días son así, hablar estrictamente de lo relacionado al ensayo y luego ningun otro tipo de contacto.
Se siente triste, dolida. En algunos momentos del día la angustia incrementa: cuando lo recuerda, cuando lo tiene enfrente y no le salen las palabras, aquellas que pensó y repensó en su mente pero no pronunció.
¿Arrepentirse? ¡Jamás! Fué el momento mas maravilloso de su vida. Fue pasional, intenso, por momentos alegre y divertido. Jugaron entre las sábanas, se permitieron ser mas que "hermanos", mas que amigos. Ella no tiene experiencia, pero lo vió reir, lo vió sentir. ¿Como puede fingir que nada sucedió ahí? Ella estuvo, fué felíz.

Despertó antes que ella, la vió dormir una vez más. Era bella, tenía ese toque angelical. Culposo recogió sus prendas junto con la poca dignidad que le quedaba.
Dejarse llevar había sido lo mejor que le había pasado y a la vez la deshonra de no haber podido ser fiel a lo único que respetaba, aquel buen hombre que le abrió las puertas de su casa y de su corazón. Por otro lado sintió miedo, miedo de sus pensamientos y de aquellas palabras que buscaban ser pronunciadas y que con tanto esfuerzo tuvo que callar.
Palabras como "No puedo alejarme de ti" o "Te necesito" y ni hablar de aquellas que empiezan con te y se refieren al amor que estaba sintiendo. Desde aquel día cada vez que la ve, siente que el corazón se le sale, que ella se le escapa y la pierde. Quiere tomarla y no soltarla más pero como no puede debe tenerla a una distancia donde no pueda tocarla.
Cada día que pasa se convence mas que lo mejor va ser renunciar a todo. Armar el camino para luego de la competencia en Brasil partir. ¿Volver a Mexico? Imposible, esa vida quedó atras. Algún pais con bares de mala muerte donde cantar y ganarse un mango será el destino mas acorde. Triunfar en la música ya no es su sueño, ni su objetivo. Una vida de negocios significaría recordar lo que perdió, ya no tiene otro camino.
En su auto se dirige hacia quien supo ser su aliado y hoy es su rival, aunque éste no lo sepa. No se siente mal por ocultarle algunas verdades acaso no lo había traicionado y por eso le es conveniente dejar algunas cosas en claro.
Ir a su casa tal vez no sea la mejor opción. No se sabe cuando las cosas se pueden ir de las manos o mejor dicho a las manos.

Llegó y lo esperaba en la puerta, la cual abrió para hacerlo pasar.
- No es necesario. Seré breve. Declaró
- Te escucho. Dijo el ex novio.
- No es nada personal. Pero no te quiero cerca de mi hermana. Ya la hiciste sufrir una vez, si lo vuelves hacer yo mismo me haré cargo de que sea la última.
Ramiro: Ya me lo dijiste eso. Lo tengo muy en claro.
Benicio: No parece.
Ramiro: Yo la quiero. No fué mi intención hacerla sufrir. Pero no se si podré alejarme de ella.

La ira del italiano se magnífica. Él no puede decir todo lo que siente mientras el otro dice quererla cuando muere de amor por otra.
Ramiro: Estoy seguro que Emilia quiere volver a estar conmigo y si me lo pide no la rechazaré.
Entiendo que sea tu hermana, y tb. entiendo como reaccionaste con lo del profesor pero yo no soy igual. ¡Relaja! Disfruta tu compromiso y permitile a tu hermana ser feliz también.
- No creo que tu puedas hacerla.
Ramiro: Eso lo determinará ella.

Suplicar no era su fuerte se sentía lo suficientemente inteligente como para poder resolverlo por otros medios pero tenía tantas mentiras encima que ningún plan era posible ejecutar.
¿Acaso el no la iba hacer sufrir?
Se marchaba cuando se dió vuelta para hacer una explícita y última advertencia: ¡La haces sufrir y te cago a trompadas!
Rulitos amagó sonreir cuando recibió los rayos fulminantes de aquellos ojos café. Hablaba en serio.
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