Soy Luna 3, Una historia paralela-

Capitulo 22: "Él"

EL DIA DESPUÉS...

Despertó en su cama, comoda y relajada, con una sonrisa en su rostro. No recuerda haberse dormido ahí. Piensa...¿Acaso fue un sueño?
No puede serlo. Fue todo tan real.
Al lado de ella hay una hoja doblada. Solo dice dos palabras, TE AMO.
Abré el cajón de su mesita de luz y lo poné ahí. Cuando se levanté lo pasará al cofre donde guarda todas las cosas lindas que él le dió. Toma su celular, le manda un mensaje a su amiga: Tenemos que hablar, venite a mi casa en cuanto puedas. ¡Te quiero!
Jazmín que no podía despegarse de la almohada, lo recibe. Es que desde que dejo a Nico  dos ideas merodean por su cabeza.
La primera es el beso, no puede dejar de pensar en eso.
Y La segunda es la preocupación por Delfi, que terminó de forma tan precipitada su cita tan esperada. Mucho mas temprano de lo previsto.

Después de leer el mensaje, esta segura de que ya es hora de levantarse. Necesita hablar con Delfina.
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Pedro regresó al depto a las casi 7 de la mañana.  Está tan feliz que nada alrededor importa, ni repara en que la gente normal un domingo descansa un poco más. Tiene en una mano las llaves, en la otra un paquete de facturas. Lleva encima mucho sueño, pero está tan embalado que no puede parar.
Simón abre uno de sus ojos. Él, como Nico, quedaron muy intrigados despues del mensaje de medianoche.
Simón: ¿Estas bien?
Pedro: Yo si. ¿Y vos?
Simón: Bien también.
Nico que le gusta chusmear (Como diría Jim), y que hasta ese momento supuestamente dormía profundo  acota: Si Simón nos preocupastes a todos. ¿Estas bien?
Simón: Ya les dije BIEN. Pero contanos vos ¿Como estas después de la salida con Jazmín?
Nico: Bien. Vamos a hacerla corta, yo no quiero hablar, vos Simón tampoco. Conta vos Pedro que tantas ganas tenes.
Pedro: ¿Que dicen? Como voy a querer contar.
Nico: Ya nos dimos cuenta que pasó. Delfi ya debe estar diciendole a... a sus amigas hasta las dimensiones. ¡Dale conta!
Pedro: Pero por favor las chicas no hablan de esas cosas. Además Delfi es reservada. Y los hombres respetables  dejan en alto el honor de su amada.
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Jazmín llega desesperada a la casa de Delfi, pasó por arriba de la mucama, del perro y de la mama de su amiga.
Golpea la puerta del cuarto para derribarla no para anunciarse, es mas no espera respuesta y entra. (Eso lo hace siempre)
La empuja para que le haga un lugar en la cama.
Jazmín: ¡Listo! ¡Aca estoy!  ¡Ni rimel me puse! ¡Contame ya! ¿Estas bien?
La sonrisa de Delfi explica casi todo.
Jazmín: ¿Si?
Delfi asiente con la cabeza y cierra sus ojos, todo con la sonrisa dibujada.
Jazmín: ¿Si?
¡Siiiiii! Ahhhhhhhh gritan las dos en forma desmedida.
Despues de tal festejo, bajan la voz como a modo mute. Es que nadie debe escuchar.
Jazmín: ¿Pero donde?
La morocha que parecía muda, vuelve al lenguaje de señas. Como en una especie de boomerang apuntando con su dedo indice para abajo (👇 ) Indica su cuarto.
Jazmín pega un salto, incorporándose velozmente, acompañado con un gritazo mezcla de espanto y asco: AAAAHHHHH
Se empieza a limpiar la ropa.
Delfi se tapa su boca, como para reir. Y ahora emite sonidos: Dale vení, en la cama no fué. (Se hace la picara y misteriosa)
Vuelven a estar las dos acostadas y la Julieta se decide de una vez por todas a hablar: La noche fue completamente diferente a lo que esperabamos, Pedro se esforzaba mucho por hacer una cena de gala, pero no le salía nada.  Eso lo frustraba y la empeoraba mas.
Estaba muy nervioso. Cuando la cena no daba para más, se dió cuenta que las cosas así no iban, lo charlamos coincidimos que no era el momento y salimos del depto a comprar agua. Luego me trajo a casa, nos despedimos y cuando me estaba por ir a dormir me apareció por el balcón.
Jazmin: ¡¿Pero se tomó en serio lo de Romeo!?
Delfi: ¡Cuando se hace el Spiderman Romeo, me puede! (Se muerde el labio inferior)
Y ahi me trato con palabras, solo como me sabe tratar él. Me dijo que tenía  todas las noches de su vida para tratar de darme la que me merezco, y me beso.
Me sentí segura, lista para probar, lo  empuje y me di cuenta que no me iba a caer. Asique le pedí que se quede.
Jazmín: ¿¡Delfi?! Como estamos las chicas Chic. ¡Por favor!
Delfi: ¿Por que lo decis?
Jazmín: Por nada, por nada. Seguí contando.
Delfi: Me beso con tranquilidad, mientras con sus manos me bajaba el bretel del camisolín. Y con mucho cuidado me recosto en el pie de la cama. No se en que momento colocó un almodon debajo de mi cabeza.
Fue como es él, detallista en todo. Y con cada una de sus atención fuí ganando en confianza. Se tapa su cara con las dos manos, se siente maravillosamente rara y no lo puede creer.
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