Capitulo 34: Open the eyes

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A gran velocidad y destilando furia de sus ojos ingresa al sanatorio una señora Sharon que al parecer esta muy preocupada por su ahijada.
¿Será que a pesar de todo, a su manera, realmente la quiere?

En cuanto ve la figura de Benicio se dirige directamente a él, ya no repara en el alrededor: -Recibí el llamado de tu hermana. ¿Donde está?
Benicio la agarra de los hombros caballerosamente y la conduce hasta los ascensores:
-Tubo una reacción, abrió sus ojos. Es una muy buena señal. Ahora está con Luna.

Cuando llegan al piso descubren a Emilia, cuan vigilante, firme delante de la puerta de la habitación. Tiene una gran sonrisa en su cara.
Antes de saludos, reproches o que la señora pueda gruñir algo, la jovencita grita: ¡Despertó! ¡Despertó!
"Su hermano" sin poder disimular su felicidad correr a abrazarla, la revolea como si revoleara la mochila que cargaba y tanto le pesaba. Hasta que se quedan quietos, simplemente abrazados.
Tras ese arranque impulsivo, desintencionado y sincero comienza a notar que en ese pequeño instante no hay palabras, no hay noviazgos, ni acciones que separen sus cuerpos. La tiene cerca, la siente y quien sabe los años que pase para que esto vuelva a suceder. Quien sabe si se repetirá.
Solo la abraza, acaricia un mechón de su lacio pelo.
La señora Sharon involuntariamente sonríe. Pero ese abrazo mas largo de lo esperado no le permite profundizar en el tema.

🤔 De algo tiene que servir lo que pasó. Con la caida de Ámbar él también se había caido. Al menos tiene que intentar algo.
Bien bajo, entre los brazos entrelazados desliza palabras suaves que solo alcanzan a ella:
- ¡Tenemos que hablar! ¡Por favor!
El sonido de su voz la bajó a tierra. Estaba en el calor y en el confort que ella prefiere pero lamentablemente es el que no le corresponde, el que hace doler.
No contesta, simplemente se suelta: -En este momento la están revisando. Luna está con ellos. En cuanto terminen el procedimiento podremos pasar a verla.
Sharon: ¡Que alegría Emilia! Estaba muy asustada.
Emilia: Nosotros también. Mi mejor amiga. Su novia. Figurese.

Su mirada se quedó clavada en esos ojos pícaros marrones que le transmitieran tan grata noticia. Esos que ahora le esquivan.
El accidente de Ámbar marca un quiebre en su vida, un antes y un después. Él sabe lo que quiere, es hora de vencer miedos. Construyó una brecha, una distancia tan grande que los separa. Una distancia que siempre estuvo y hoy es aún mayor.
Quizás no logré acortarla. Pero esta dispuesto a intentar terminar con ella. Ni la música, ni el patín, ni su incipiente inicio en el mundo de los negocios se interpondrán en esto que a partir de hoy es su principal y prioritario objetivo. La unica chica que realmente le gusta, Emilia.
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El segundo despertar

El sentido común de Luna desaparece ante las constantes intermitencias de su anillo.
No puede ser que ante asuntos sumamente delicados como éste ella siga enceguecida mirando aquel plástico en forma de sortija. Lo guarda en el bolsillo de su mochila y dirige la atención al médico que mientras revisa a su pesudoprima toma la palabra:
- Lo que pasó es la primer señal de reacción, en breve despertará completamente. Es importante que alguien este con ella porque cuando suceda no va a entender nada. Seguramente tenga una pequeña amnesia que le haga olvidar el momento del accidente.

La paciente comienza a balbucear unas palabras, en realidad una sola que la repite varias veces: Simón. Simón.
El doctor le pide a Luna que se ponga frente de ella porque esta por abrir los ojos y lo recomendable es tener un rostro familiar enfrente, para evitar shocks post traumaticos.
Cuando la muchacha los abre, lo primero que ve es a la chiquita. Se siente mareada, muy confundida:
-¿Y Simón? Acabo de verlo.
-Soy Luna. Y al que viste fue a Benicio.
-¿Donde estoy?
-¿No Recuerdas? practicabas un salto y te caiste.
El Profesional interviene y le explica donde esta y porque.
Ámbar agarra el brazo de Luna:
-¿Y Simón? Yo lo ví. ¿Donde está?
Luna: No lo sé. Supongo que llegando a Mexico.
Ante la desesperación y el desequilibrio que trae volver al dificil mundo de lo consciente, dos enfermeras ingresan al cuarto, le piden amablemente, pero sin dejar de ser una orden, que se retiré para poder proseguir con su trabajo. Una vez estabilizada Luna regresa, se sienta en la famosa y usada silla, toma su mano y dice: Quedate tranquila todo va a estar bien. Vamos a estar bien. Juntas podremos con esto y con todo.
La mucha mira su mano: ¿Hay mucha gente aquí?
Luna: La hubo. Ahora solo están Emilia, Benicio, Jim, Delfi, Juliana, yo y en camino la señora Sharon. No nos quedó otra.
Ámbar: Necesito ver a Gary.
Luna: Se me olvidaba, él también esta viniendo para acá.
Ámbar: Cuando llegué que me venga a ver. Tengo muchas cosas que hablarle.
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Soy Luna 3, Una historia paralela-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora