seiya

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 narrador : serena No tardo mucho en encontrarlo. Simplemente, cerro los ojos y apareció en los vestuarios. Allí, sentado en una de las bancas, con la cabeza gacha y claramente llorando en silencio, seiya intentaba por todos los medios buscar las respuestas que se agolpaban en su mente.

Me quedé allí, frente a el, lo miraba e intentaba, de algún modo, sentir su dolor, pero no podía, yo no lo sentía... solo podía mirarlo, quería sentir empatía con el, y de algún modo lo sentía, se suponía que eso era lo que yo hacía, solo que no podía imaginarme ni por un instante el dolor que el padecía.

seiya: Tenía que haberlo salvado ( escuchaba que decía en pensamiento )era mi paciente... tenía que haberlo salvado...

 pensamiento de serena: Yo sabía que no hubiera podido, yo sabía que era el destino de ese niño. Y también sabía que ese chico, esa hermosa alma que se presentaba ante mí, había hecho todo cuanto había podido por salvarlo...

Me senté a su lado, lo miraba algo confundida, lo cierto era que no entendía demasiado bien por qué le estaba afectando tanto, es médico, se suponía que, por desgracia, ya debía estar acostumbrado. Pasé un brazo por sus hombros, sentí un ligero temblor, como si al yo tocarlo, el hubiese sentido un escalofrío. Solo quería reconfortarlo, calmarlo, hacer que sintiera un poco de paz, de eso se trataba mi trabajo y sin embargo, segundos después de que mi mano tocase su cuerpo, como si de un electrizan-te calambre se tratara, el se levantó.

Una vez más, como pasara en quirófano, creí que me veía, creí que sabía que estaba allí pues, al levantarse de esa manera tan brusca había vuelto a mirar al lugar en el que yo estaba sentada. Me quedé de piedra de nuevo, alcé una ceja y una vez más, me di cuenta de que estaba en un error, el no me sentía, ni me veía, ni tan siquiera podía imaginarse que yo estaba allí.

Y de pronto se recompuso. No supe cómo, ni porqué lo hizo, solo lo vi dejar de llorar, volver a mostrar un rostro profesional, secarse las lágrimas, inspirar profundamente y salir de aquel vestuario. No puedo apuntarme el tanto, yo no fui quien le dio las fuerzas, ni la calma para hacerlo, el mismo se transformó de nuevo en la médico que llevaba dentro. He de reconocer, que, esa actitud, esa fuerza que sentía dentro de el, había despertado mi curiosidad.

Salí de los vestuarios y lo seguí. Andaba por los pasillos con la cabeza alta, sin embargo, no miraba a nadie, no se distraía con nada, era como si su cuerpo anduviese pero su corazón y alma se hubieran quedado lejos. Me di cuenta en seguida de que aquella fortaleza que me había parecido ver en el vestuario no era más que una simple fachada.

Llegó a lo que llaman "gabinete", una sala de reuniones para médicos, y allí, esperándola nerviosa, la madre de endimion . Me posicioné tras la madre, sabía que en ese instante era la que más me necesitaba. seiya  quedó en pie, con las manos en los bolsillos de su bata y mirando a aquella mujer que le pedía a gritos pero sin hablar que le dijera cómo estaba su hijo.

seiya: Soy seiya  kou , pediatra de urgencias ( se presentó con la voz monótona, sin querer dejar salir por su boca ni uno solo de sus sentimientos )yo he operado a su hijo.

 pensamiento de serena: Debe ser difícil eso de dar tremendas noticias. Sí, debe serlo, lo cierto es que no recuerdo muy bien esa sensación. Cuando vivía, sé que había visto un montón de veces escenas como aquella, sé, que durante la guerra, hasta yo misma en alguna ocasión tuve que dar a algún militar la noticia de la muerte de un compañero, pero no recuerdo el sentimiento, ni lo que se me pasaba por la cabeza, no... no soy capaz de rememorarlo... Supongo que ya voy teniendo algunos añitos en este mundo, pocos a diferencia de otros sí, pero voy perdiendo mis recuerdos y mis sensaciones. Quizás por eso no podía dejar de mirarlo, porque buscaba en el las respuestas que yo no tenía, tal vez intentaba reflejarme en el, intentaba recordar gracias a el...

seiya  estaba tenso, se le notaba, era como si luchara contra el mismo para que esa madre no pudiera predecir lo que vendría. Y lo conseguía, porque justo delante de mí, la madre de endimion esperaba que dijera algo.

seiya: endimion ha...( y se le quebró la voz, durante un instante dejó que sus defensas cayeran. Inmediatamente puse mis manos sobre los hombros de esa pobre mujer)  Ha llegado muy mal  (consiguió decir.)Yo apreté los hombros de la madre de endimion  y ésta se encogió (lo siento mucho )dijo bajando la mirada, era incapaz de mirarla ( no hemos podido hacer nada por él)...

serena: Calma (le pedí a aquella señora ) shhh... endimion está bien ( le susurré al oído )endimion está bien ahora...

 narrador: La madre lloró, quedamente, calladamente, no fue como algunas otras veces en la que los familiares gritan y maldicen, pero fue igual de triste, igual de doloroso para aquella pobre mujer. seiya comenzaba a darle explicaciones técnicas, supongo que es lo que se hace en este tipo de situaciones, explicar qué ha pasado y por qué ha pasado. Pero  serena se  dio cuenta, sorprendente mente, que se le olvidó decir algo, y es que el había hecho todo lo que pudo, se había quedado sin fuerzas intentando reanimarlo... sin embargo, eso no se lo dijo.

 pensamiento de serena : En un movimiento estaba a su lado, tenía que decirlo, tenía que comunicarle cuánto tiempo estuvo intentando reanimarlo, debía hacerlo, no solo por esa mujer sino por el mismo, porque no hacerlo solo podía significar que pensaba que era culpa suya y no lo era... el había luchado contra algo con lo que no se puede luchar, pero había plantado cara y a pesar de no lograrlo, había hecho todo cuanto estuvo en su mano. Y tenía que decírselo, tenía que convencerse a el mismo de que así había sido. Me decidí, si el no lo hacía yo le daría el empujoncito para que lo hiciera, seiya  tenía que escuchárselo a sí mismo, tenía que hacerlo. Levanté una mano, y cuando casi toqué su hombro para darle las fuerzas para hacerlo, el se movió, alejándose de mí... una vez más, por tercera vez en ese día, me rehuía... la miré confusa, era como si sintiera que estaba allí... juraría que lo sentía y me rehuía cada vez que intentaba ayudarlo, una vez más, tras una fracción de segundo, me reí de mí misma y de mis tontas conclusiones, claro que no me sentía, simplemente eran casualidades...

Durante una larga media hora estuvieron hablando, o al menos haciéndose compañía, hasta que el marido de aquella mujer llegó y ambos se marcharon de aquel hospital. Me quedé allí, observándolo, estudiándolo. Sentado en una de las sillas y apoyando las manos sobre la mesa. Volví a acercarme, por estúpido que parezca necesitaba cerciorarme de que el no sabía que yo estaba allí. Me posicioné a su espalda. Toqué sus hombros. El tembló, como todos tiemblan cada vez que los toco, pero no se movió, no reaccionó.

serena: Has hecho todo lo que has podido ( le susurré )no ha sido culpa tuya... no ha sido culpa tuya, seiya ( continué susurrando ) tú has hecho lo que has podido ( repetí )eres un buen médico... eres un buen profesional...

pensamiento de serena :Lo sentí respirar profundamente, encogerse un poco sobre sí mismo para luego, echar su cuerpo hacia atrás, acomodándose más en la silla, como necesitando que alguien la acunara, que lo abrazara... yo lo habría hecho, solo que no podía. Supe en ese momento que estaba haciéndole bien lo que yo decía, supe, como siempre sé, que mis palabras hacían el efecto deseado, el parecía ir calmándose, y yo continuaba inspirándole tranquilidad.

La puerta del gabinete se abrió y una chica alta, rubio pelo corto  y lo que los mortales definen como bastante atractiva, entró y se sentó con rapidez frente a el. seiya  la miró y bajó la cabeza, como si no quisiera que la viera en ese estado, como si quisiera evitar por todos los medios, que se diera cuenta de sus debilidades.

una hermosa ángel enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora