Señorita Cole, mi familia es importante...

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Es un capítulo nuevo, aquí podemos ver que hizo Draco mientras que Harry hablaba con el primo sobreprotector celoso Tom, es especial, no sale en la historia original.

Draco salió del cuarto caminando por el oscuro pasillo. Las tonalidades desgastadas y lúgubres del lugar no lograban darle vida al orfanato. Pero en parte estaba feliz, Harry parecía contento de poder hablar con Tom antes de que se convirtiera en un señor oscuro. Parecía feliz de poder darle una buena vida ha alguien de su familia.

Él rubio camino por los pasillos hasta llegar a la sala del lugar. El salón ahora se encontraba casi vacío, lo decía por la señorita Cole que parecía vigilar al único chico que estaba en el lugar. Algo se revolvió en su estómago de manera casi asquerosa.
Muchos niños se encontraban en el jardín jugando, leyendo o hasta simplemente pasando el rato. Pero ahí, en la soledad del lugar podía notar a un pequeño niño que jugaba con papel y tijeras. Se acercó con cuidado de asustar al pequeño, parecía darle vida a sus decoraciones con solo agitar los dedos.
Eso lo dejo curioso, esos ojos azules le observaban atentos, calculando cada uno de sus movimientos con una concentración meticulosa. Como si estuviera enfrente de una gran serpiente que podría morderle si se movía demasiado rápido, o notaba algo raro en su comportamiento.

—Hola—saludó acercándose con cuidado de no asustar al pequeño—¿Puedo sentarme contigo?

Él rubio miro a los lados pensando que le estaba preguntando a otro niño. Pero al ver que eran ellos dos, asintió haciéndole un pequeño lado (cosa que no era necesaria).

—Gracias—Draco aprovecho para sentarse sin importarle que su ropa se manchara o se arrugará.

—Estás arruinando tu ropa—la voz del menor saco de sus pensamientos al mayor—eso no será fácil de sacar.

—Bueno, no me importa mucho.

—Debería—señaló dejando de lado lo que estaba haciendo—esta muy sucio por aquí—hizo una mueca de asco al mirar alrededor del suelo—no es el mejor lugar de todos, pero no deberías ensuciar tu bonita ropa solo por intentar se amable conmigo porque te doy pena.

—No es eso—la sonrisa del rubio mayor sorprendió al menor—soy amable contigo, porque quiero conocerte, no hay nada de pena de mí para ti—afirmo.

—Eso espero...—una sonrisa traviesa resaltó por los pequeños labios—o tendría que matarte—amenazo haciendo reír a Draco en vez de causarle miedo.

Draco estuvo feliz por unos instantes, antes de que la señorita apareciera en su campo de visión retando al menor de bonitos ojos y tomándolo del brazo con brusquedad. Se contuvo de gruñir, pero no le impidió levantarse en tiempo récord y hacer que la odiosa mujer alejará las manos del pequeño y frágil cuerpo.

—¿Estás bien?—preguntó preocupado al notar las lágrimas del más pequeño brillando.

—Me duele mi brazo—declaró dejando que él chico le revisará el brazo.

Él chiquillo era lo suficientemente pálido para que se notarán algunas marcas en su cuerpo. Y el moretón que se formó rápidamente en el brazo del menor hizo que sus ojos relucieran llenos de irá, magia y lo que se tomaría como una promesa de dolor.

—Señorita Cole—hizo a un lado al niño para no tenerlo en medio de la zona de pelea—espero que agilice la adopción de Tom y de este adorable pequeño—le acarició el cabello con dulzura que no estaba sintiendo—o me tendré en la obligación de ayudarle a hacerlo.

La lengua de Drake siendo arrastrada con tal maestría aterradora consiguió una mirada sorprendida de la mujer. Pero no se dejó intimidar, simplemente se expuso completamente firme y  no retrocedió aunque todos sus instintos le estaban diciendo que lo mejor que podría hacer era retirarse.

—No entiendo porque de entre todos los niños, necesariamente a ellos dos—lo poco que tenía de bonita la mujer. Se vió siendo reemplazado por una mueca de asco—pero debe imaginarlo, son todos raros.

Draco se alejó un poco del pequeño, y con cuidado logro que soltará su ropa. Al parecer no era la primera vez que él pequeño rubio se veía siendo amenazado por la mujer o intimidado de forma tan cruel.

—Repita eso señorita—se enroscó ligeramente, rodeándola con una prestigiosa habilidad. Sus labios estaban crispados en una mueca aterradora y el calor que emanaba en todo su cuerpo gritaba “peligro”—en serio, me gustaría darle una razón para tenerme miedo.

La mujer tembló ligeramente ante la aproximación del hombre menor. Sus pasos eran amortiguados por la alfombra desgastada que recubría el piso. El cuerpo ligeramente inclinado hacia un lado, con la boca roja brillando en una sonrisa maliciosa no logro calmarla. Solo hizo que intentara mantenerse en posición, pero no consiguió más que hacer sonreír al rubio de una manera que asustaría hasta el mismo diablo.

—En serio, la invitó a seguir llamando al dulce muchacho de una manera despectiva—tomó a la dama por los hombros, y sonrió victorioso como quería darse la vuelta no dejando tan descubierta su espalda—sí es que no tiene sentido de la supervivencia. O si no quiere quedarse en la calle sin un solo maldito centavo.

Y se alejó como fue que se acercó, lento, amenazante. Con un toque de una crueldad que muy raras veces utilizaba con la gente. La castaña lo miro, antes de parpadear aterrada.

—Creo que iré a terminar con el papeleo—se excusó intentando huir hasta luego señor Black, Serpens.

La mala mirada, y la línea que tomo sus labios no desapareció de la mujer hasta que se perdió por el pasillo. Simplemente suspiro agachándose a la altura del pequeño niño que había contemplado todo y abrió los brazos en una muda invitación a abrazarse. Claro si es que él niño se dejaba, pero no hizo falta que se decepcionará por ser alejado. Porque el pequeño cuerpo se estampó contra su pecho, sacándole el aire cuando su golpe le apretó injustamente el esternón y un par de costillas. Pero no iba ha quejarse, no ahora que podría ser un poco feliz antes de tener que enfrentarse a algo realmente aterrador.

—Te tengo, shhh—aseguró arrullandolo a la pequeña mata de cabello que tenía entre sus brazos—prometo que todo estará bien.

Colateral (En Revisión). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora