Los años que pasan.

2.3K 228 7
                                    

El ser humano continuamente lleva a cabo acciones autodestructivas indirectas como por ejemplo fumar, beber en exceso, practicar deportes de riesgo, pero la intención habitualmente no es la de acabar con la propia vida sino experimentar determinado placer, ya sea en forma consciente o inconsciente.

Gloria Marsellach Umbert

Tom había tenido problemas con Serpens luego de terminar la escuela, había sido tomado como un loco, de hecho Serpens le había dedicado más de una vez miradas condescendientes para calmarlo, pero hasta ese punto nada funcionaba de manera completa. Estaba entre la espada y la pared. Dumbledore le había negado el puesto de maestro contra las artes oscuras, seguía molesto por el simple hecho de que su tutor se había asegurado de que no regresarán bajo ningún termino al Orfanato de mierda. Los gemelos tenían cinco años por cumplir y querían vivir con él, pero no sé sentía apto para cuidarlos.

—¿Qué pasa?—la suave voz del nuevo patriarca Malfoy le hizo mirarlo, se veía increíble con ese traje blanco con el escudo familiar de los Malfoy grabado en dorado. Aún no lograba entender porque seguía usando aquel atuendo, si ya no era puro, hasta un sobrino le había dado.

—¡Dumbledore se ha inmiscuido en las bóvedas!—la cólera invadía su cuerpo, había estado tan triste y desolado desde que sus padres se habían ido.

—¿Qué dijo Ragnok?—lo calmo tomándolo de la mano para guiarlo hasta un lugar donde poder sentarse.

Suspiro recostando la cabeza contra el respaldo. Sentía que no había nada bueno en su vida. Solo un par de cosas, Serpens se había casado con Abraxas, Walburga se había hecho su amiga; eran familia lejana por lo visto. Tenía a un par de seguidores fieles Mulciber, Avery, Lestrange, Rosier (aunque al último Serps quisiera arrancarle la garganta, los velas resultaban muy territoriales con sus parejas, lo sabía gracias a ver cómo Serpens podía contra un contingente completo de Aurores que se atrevieron a tocar a Malfoy Abraxas en una redada hace unos cuantos años); entre otros. Tenía en mente crear horrocruxes con los objetos que había robado tanto a su tío como a Hepzibah Smith, una vieja señora que solía guardar cosas importantes.
Pero la voz de Harry resonando en su cabeza se lo impidió y más cuando la carta que Ragnok le había entregado se le apretaba con fuerza en el corazón.

—Me ha dado una carta—señalo sacando el papel del bolsillo—y un par de pócimas, que él se encargará de enviar.

Serpens sintió un nudo en la garganta, uno demasiado desastroso, pesado e incómodo. Que le llenaba el pecho de una desbordante alegría y al mismo tiempo de preocupación. Era un sentimiento inestable, que estaba y no debía estar. Cuando sacó la hoja del sobre, la letra pulcra, ordenada y fina de Drake le hizo saber que era suya.

—¿La leíste?—murmuro bajito, como temiendo desatar la ira de Lord Voldemort y no de Tom Riddle.

—Te estaba esperando—el tiempo lo había suavizado un poco para ser honestos.

Negó respirando profundo, llenando sus pulmones de aquel olor tan familiar en la casa del matrimonio, olía ha hogar, flores y un toque de Canela. Él maldito bastardo (de cariño) de Abraxas tenía suerte de que le haya concedido la mano de su pequeña serpiente en matrimonio.
La voz se le atoro al escuchar como él rubio caoba se aclaraba la garganta.

—Se que es extraño. Pero Ragnok prometió guardarlo por si Thomas planeaba usar la magia oscura de los horrocruxes—la mirada de muerte que él menor fue capaz de darle le hizo sentir pequeño—. ¿En qué piensas, maldito bastardo!

—¡Sólo fue una idea!—hazlo las manos rendido. Al parecer tendría que desistir en sus planes para que no pudiera morir.

Él muchacho de ojos casi plateados le dió un golpe en la cabeza dejando olvidada la carta en algún lado, los golpes y los regaños no se hicieron esperar. Serpens Malfoy daba más miedo que él mismo Lord oscuro enojado. Cuando sintió las pequeñas manos estrellarse contra su cara en un perfecto puño que le hizo temblar el labio inferior ante la sangre que se deslizaba por él.

—¡Eres un hijo de puta!—Nunca había perdido el control ni la postura, pero Thomas conseguía lo imposible—, ¿Crees que dejándote llevar por ese viejo come caramelos de limón es la solución a tu miseria?—lo tomo de la corbata sacudiendo lo un poco, con demasiada fuerza—Harry esta muerto, no tú, maldito idiota. Tenemos a dos chicos que cuidar Tom y por si no lo has notado, uno de ellos te mira con el anhelo más puro del mundo.

La voz salio rota e incompleta, sentía que en cualquier momento se tiraría encima suyo para hacerle ver lo incompetente que era, no estaba totalmente de acuerdo con esa maldita forma autodestructiva que empezaba a demostrar con el pasar de los años, no fue capaz de avanzar, él se caso, tuvo un romance con su ahora esposo y un hermoso hijo (que esperaba no fuera naturalmente arrogante como su esposo), ¿y Tommy qué era lo que tenía? las impías y desgarradoras punzadas de los celos dejaron paso, con el tiempo, a las no menos torturadoras de la incomprensión. Comparado con todos aquellos que lo rodeaban solo tenía un poco de su pasado (aquel que no había podido destruir por las promesas que le hizo a Harry) y tal vez un gran pedazo de nada en su futuro. Porque ni los gemelos conseguirían sacarlo de ese abismo en el que se estaba hundiéndo tan rápido.

—Puso en boca de los impíos aquellas abominables palabras, esas mismas palabras que tú consideras inocuas—señalo su pecho casi cansado, destrozado—pero dentro de mí duelen más que las mismas garras de la muerte. Pero tienes razón, ellos están muertos, pero aún así no deja de doler cuando respiro. Como duele querer y desear a alguien que ya no está a tu lado, alguien a quien amas con todas sus fuerzas, que siempre te ha dado felicidad y su amor. Como duele desear algo con todas tus fuerzas y saber que no volverá.

Siempre estuvo consciente de que cuando llega el otoño le invade la melancolía; al despedirse del padre, con su pequeña maleta en la mano, se sintió dominado por una desconocida melancolía; casi como si Harry o Drake en verdad hubieran desaparecido de esa forma, lo imagino, le inundaba la tristeza de una despedida; la tristeza de la tarde mejor conocida como la tristeza de la vida. El antiguo Tom Marvolo Riddle Gaunt vagaba de una manera totalmente insulsa, si antes consideraba que el  tema resultaba insulso; ahora asegura que él hombre en el que se convirtió el mejor mago de todos le resultaba más cansado y tonto que el problema en si.

Le dio una palmada en la espalda en signo de confianza, estaba listo para hacer que aquel hombre en el que se había convertido Tom Riddle saliera desde el fondo, porque su deber era cuidarlo aunque él castaño se negara y proclamara ser el más temido de los magos.

 Aquí tenemos a Tommy superando la muerte de Draco y Harry, aun mago idiota que intenta conseguir el dinero de los chicos. Además de que ya pasaran todos los sucesos de la segunda guerra con algunos cambios.
Entonces los gemelos pueden influir de manera increíble o no, dependiendo de cómo lo consideren.

Colateral (En Revisión). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora