La astuta serpiente.

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Estaba pensando en que chico poner para Serpens, luego de un rato escogí a Pedro Bertolini, porque no hay muchos chicos de cabello rubio rojizo casi caoba y este me pareció perfecto.

Sus manos se deslizaron por la piel pálida con un cariño inmenso, casi sacaba un ronroneo de sentir esas dulces manos acariciar su labio inferior con calma y remarcando el superior con conocimiento de lo que podía causar esas manos con solo tocarlo. Se sonrojo un poco abrazando al chico por la cintura y haciendo que se acueste en su pecho, la calidez que desprendía era lo suficiente para hacerlo dormirse. Porque el olor de su cuello era cautivador, la sensación de sus dedos hormigueando por tocar parte de la piel expuesta al acostarse era perfecto y las ganas de morder su cuello le llevaban a perderse en los sueños donde era capaz de hacerlo. Aunque no es que le molestará dejar expuesta su relación, pero Thomas apenas se acostumbraba ha todas las muestras de amor entre él y Drake. Serpens estaba casi alucinando cuando los miraba juntos.

—¿Harry?—la voz suave del chico de cabello caoba le hizo sacar la cabeza de entré el cuello de Draco.

—Dime Serpens—fue amable extendiendo le su brazo desocupado.

—¿Puedo dormir contigo y Drake?—susurro con voz queda caminando hasta los dos chicos que se veían tan cómodos.

—Claro Serps—le llamo con cariño por un apodo—ven, tú eres nuestro hijo, lo sabes pequeña serpiente.

Y él menor se envolvió con el brazo libre de Harry, haciendo que Drake se corriera un poco para dejarle espacio en el pecho de Harry. Los abrazo con cariño, siendo cada agarre distinto, mientras que él de su papá era un poco (mucho muy) posesivo en la cintura, el de Serpens resultaba suave hasta dulce por la espalda acomodando su pecho sobre el suyo.
Había pasado un par de días desde la pequeña confrontación con los Malfoy (los que no le caían bien) y los chicos parecían asumir con calma que Abraxas Malfoy era como su primo (uno que tal vez era un poco pesado). Pero aún así no era un problema que no pudieran controlar.

El medio Veela se levantó del brazo de su pareja, ignorando las quejas ante la perdida del delicioso calor de parte de Serpens. Realmente parecía una pequeña serpiente envolviéndose. Pero lo ignoro a favor de ir a terminar la cena.
Thomas apareció solo segundos después tomando el lugar que su papá había dejado vacío en el pecho de su padre. Era sumamente relajante, oler a Drake en Harry. Era como una tormenta mezclada con el olor a madera y libros nuevos. Con la extraña mezcla de jugo de calabaza y tarta de melaza. Reconfortante y sumamente familiar.

—Chicos, Harry—la delgada voz de Draco les hizo acomodarse más—es hora de la comida.

Los encontró cómodos durmiendo recostado en el sillón, parecían apretados, la gran (no tanto) mano de Harry descansaba en la espalda baja del futuro Lord Oscuro que parecía estar durmiendo cómodo en los brazos. En especial Serpens que parecía querer a Harry como un padre, uno de esos que te abrazan y te dan suaves mimos. Consideraba a Draco su ejemplo a seguir (la lengua filosa parecía herencia) y no era la suya, eso estaba claro.
Se acercó cuidadoso; la señorita Cole les había dejado que los chicos convivieran con ellos a lo largo de la adopción con el pretexto de que los chicos debían acostumbrarse a ellos (sólo quería deshacerse de los dos menores); los movió con cuidado haciendo que despertarán un poco atolondrados.

—Hora de comer Serps—murmuro suave levantando al chico de los brazos de Harry—, tú igual Tomy.

Se había acostumbrado al que él rubio le pusiera apodos y lo cargará (muy en el fondo sabía que era un capricho para sentirse amado). Porque sí, había descubierto junto a la que consideraba (empezaba a considerar) su familia que era caprichoso, y que sería con un los únicos capaz de expresar (lo mínimo) sus emociones.

Colateral (En Revisión). Donde viven las historias. Descúbrelo ahora