Capitulo 89

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Lauren.

No se que hora era, ni menos que día era.

Solo se que mi hermosa esposa, y estoy diciéndolo con una ironía tremenda me estaba zamarreando en la cama fuertemente despertándome de mi sueño profundo.

¡¿Que le pasaba a esta loca?!

¿¡Volvió a la banda que me gustaba y me quiere  hacer feliz?!

Abrí los ojos de golpe intentando descifrar qué sucedía, pero lo único que me encontré fue a Camila con una sonrisa inocente mientras tenía un pote de Nutella en su mano. ¿Cual es la necesidad de despertarme?, pero no podía enojarme con ella, no cuando su vientre estaba grande a esta altura.

Tenía seis meses de embarazos... era tan irreal verla de esa manera. Saber que la mujer que amaba llevaba nuestro hijo en su vientre por más de cinco veces hacía que el haberme despertado no importaba, aunque si podría ser más suave, pero no le podemos pedir eso a alguien que necesita urgentemente algo.

¿Que sería esta vez?

-Amor mío...- Ella mordía sus labios. -Tú hijo quiere comer nachos y no hay.- dice riéndose levemente.

-¿Mi hijo o la mamá de mi hijo?,- le cuestiono y ella puso sus manos en señal de no saberlo.

-Queremos nachos.- asegura. -Con Coca Cola helada y mucho Ketchup.- dice saboteándose.

Debería empezar a pensar seriamente la idea de traerme cada cosa del supermercado por si a mi esposa se le ocurría. Y mi hijo era otro tema, de seguro iba a hacer un comilón de tantas cosas que se le ocurre a Karla, aún así los amaba e iba a darle en el gusto en todas las cosas que quisieran, incluso en complacer sus antojos más raros, porque no solo quería un bebé con Camila sino muchos... bueno con dos estaría bien, pero aún así amaba verla embarazada.

Era mi sueño y también el de ella. Éramos felices juntas.

-Si quieres algo más llámame, porque no quiero volver y que se te ocurra algo más.- le pido y ella asintió con una sonrisa.

-¿Pueden ser M&M también?.- me pregunta y asentí.

Tome el pantalón de buzo junto con una chaqueta para abandonar el Loft en busca de los alimentos para ella no sin antes besarla en sus labios diciéndole que no me demoraría mucho. Tuve que ir a la misma gasolinera de siempre donde vendían la mayoría de las cosas que a mi esposa quería, eran las cuatro de la mañana.

¿Por que a esta hora?

Compre todo lo que me pidió y más de lo que me pidió por si acaso, la conocía tan bien que sabía que iba a querer algo más para pasar los nachos. Conducí devuelta a casa pensando en todo lo que sería nuestro futuro, la responsabilidad que teníamos de enseñarle a un bebé inocente como ser en la vida, queríamos lo mejor para el, que fuera una gran persona en todo momento y tuviera los valores que nosotras teníamos. A pesar de que el mundo no era el mejor lugar para crecer, sabíamos que él podía marcar la diferencia si le ensañábamos con amor y con principios desde el inicio de su vida.

Quería conocerlo, quería saber cómo sería su carita... ¿Se parecía más a Karla? ¿Tendría su hermosa nariz? Por mi fuera igual a ella porque ella era perfecta, pero también anhelaba que fuera una mezcla de ambas, para volver un poco loco a todos los seres humanos... ¿Será cantante como su madre? ¿O le gustará algo más? Quizás será actor, o deportista, lo que fuera yo lo iba a apoyar en todo momento, era mi hijo, mi bebé y daría mi vida por el.

Volví a casa preparando las cosas para mi esposa y cuando llegue a nuestra habitación ella me estaba esperando aún con el tarro de nutella entre sus manos. Recibió la bandeja con los nachos, de lo más feliz sabiendo que una vez más había complacido sus antojos, me recosté a su lado escuchándola comer rápidamente mientras miraba el televisor, mi mano se apoyó en su vientre, acariciandolo mientras buscaba volver a dormir, pero mi sonrisa se amplió aun más cuando sentí los movimientos de mi hijo.

Amor en Latino, Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora