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POV. Alice Camberleck.

-¿Por qué estamos caminando sin rumbo?- preguntó por décima vez Lucero a mi lado.

-Estamos por llegar, se paciente- respondí irritada.

Suspiró con cansancio.

-¿Por qué no me dices dónde...?- una ronca voz nos interrumpió.

Sonreí ante el anciano

-¿Alice?- nos observó sorprendido.

-¡Steven!

-Que sorpresa- sonrió haciéndose a un lado- Pasen están en su casa.

Sonreí asintiendo.

-¿Mami, qué hacemos aquí?- la voz de Lucero se escuchó en mi mente.

-Quiero presentarte a un amigo, él me ha ayudado cuando me encontraba perdida.

-Han pasado muchos años luego de tu partida, pensaba que no volverías a visitarme.

-Pero...

-Oh querida... ¿Realmente piensas que creería que no volverías a renacer? Tú eres la reencarnación de la salvación, era imposible que te fueras.

-Realmente me has tomado de sorpresa- admití sin saber que decir.

-¡Oh pero que descortés de mi parte! ¿Desean algo para tomar?

-No, muchas gracias- hablamos a la misma vez.

-Veo que se han puesto de acuerdo- reímos.

-Dime, Alice... ¿Quién es esta pequeña princesa a tu lado?

-Mi hija, Lucero- respondí ante su sorpresa.

-Tienes muchas cosas que contar, querida amiga.

-¿Tienes tiempo?

-Todo el tiempo el mundo.

Sonreí comenzando a relatar.

-Tu vida es mucho más fracasada que la mía- musita, causando mi risa.

-¡Steven!- chillé divertida.

-Lo lamento, querida- rió.

-Cuéntame... ¿Qué es lo que tanto ocultas?

-¿Qué?

-Tus ojos se opacan cuando algo esconden, lo pude apreciar la última vez que nos encontramos.

-Señor...¿Puedo ir donde sus libros?- interrumpió con timidez Lucero observando a ambos.

-¡Claro que si! Espero te gusten los libros de mitología, cariño.

La sonrisa de la pequeña se ensanchó mostrando felicidad, dirigiéndose con rapidez hacía la pequeña biblioteca a metros del salón.

-Hay alguien- comenté con suavidad.

-¿Alguien?

-Cuando llegué a la Ciudad Oscura mi cuerpo se encontraba en una enredadera, no importaba cuanto me moviera, incluso cuanto permaneciera inmóvil. Las espinas se incrustaban en mi piel como si fueran parte de ellas, la sangre había cambiado adoptando un color oscuro.
Mi cuerpo yacía en una enorme cama, pequeñas lámparas adornaban el techo del lugar logrando que se ilumine completamente. No sé cuantas horas habían pasado, estaba dándome por vencida hasta que sentí una fuerte presencia entrando a la habitación.
Mis ojos se dirigieron hacía la persona cuya identidad desconocía, pero...
Cuando nuestras miradas se encontraron y sonrió; el tiempo se detuvo por completo. No sabría describirte lo que sucedió, Steven... Y lo que sentí me aterra tanto.

-¿Qué sentiste, Alice?

-No lo sé- murmuré abatida por las emociones- Sentí que lo conocía de hace tanto tiempo, como si fuese la persona indicada en mi vida.

-Oh querida- replicó- Estas confundida entre dos personas, diferentes sentimientos, diferentes situaciones las cuales causan una incontrolable confusión. Debes de pensar con la mente tranquila, confía en ti.

-¿Cómo lo hago?- suspiré- ¿Cómo olvido lo que siento?

-¿Qué quieres hacer en estos momentos?

-Desaparecer tan lejos como pueda, con Lucero. Quiero alejarla de toda esta situación, jamás me perdonaría que sufriera por mi culpa.

-Se que jamás harías algo para lastimarle, lo puedo ver en tus ojos. Eres muy transparente, pero retienes tus emociones para que nadie observe tu verdadero ser y eso realmente te perjudica.

-¿Qué crees que debería de hacer?- le pregunté jugando con mis manos.

-Busca en ti misma y piensa si realmente vale la pena. Recuerda que tu felicidad siempre contará y será lo primordial.

-Tener miedo no es malo- prosiguió.

-¿Por qué...?

-Porque todo lo emocionante comienza con un poco de miedo.

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POV. Ciudad Oscura.

Hace tiempo atrás en un pequeño pueblo, una familia residía ocultándose de la maldad.

Dos pequeños niños jugaban entre si, las risas se podían oír transformándose en ecos interminables ante la oscuridad de su alrededor.

La noche parecía ser interminable para la familia, su madre una joven mujer con un pasado terrible.

Había perdido a su marido ante un hecho trágico.

Recuerdo.

-¿Qué ha sucedido?- preguntó con terror la joven, sobre el suelo yacían manchas oscuras, elevo su mirada encontrándose con la presencia de dos personas completamente a oscuras a causa de la lejanía.

-Vuelve a la casa- rogó con preocupación el hombre.

-¿Qué? Pero...¿Por qué, Evan?

-¿Qué sucede?- volvió a repetir.

-Ellos están aquí- respondió en susurros.

-¿Vienen a por nosotros?- preguntó temblando, su pulso se aceleró ante su silencio- ¡Oh maldición!

-Ve con los niños- demandó- No quiero que salgan, cualquiera que sea el motivo no dudes en defenderte.

La joven asintió rápidamente.

-¿Qué harás?

-Vuelve con los niños- giró para observarla, sus ojos se encontraban completamente oscuros.

Entonces lo supo.

Se estaba convirtiendo en uno de ellos.

Corrió alejándose del lugar ocultándose juntos a los dos pequeños.

Aquella noche fue el inicio.

El inicio de la oscuridad.

-¡Niños! Vuelvan aquí- alzó su voz llamando a ambos.

Estos corrieron al escuchar su voz, ente risas y travesuras cruzaron el umbral de la puerta sin percatarse que su madre los observaba con una sonrisa.

-Brandon ve con tu hermano a limpiarse, debo de hablarles- avisó la madre.

Este asintió con seriedad, sabía a qué se refería.

Habían regresado.

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Steven. (Cap 75 de La Elegida)

En este capítulo comenzaré a contar un poco todo lo que sucedió con Alice.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora