63

1.1K 113 3
                                    

POV. Brandon.

Alice me matará- pienso entre jadeos caminando por el bosque en busca de sus amigas para que lograran curarme sin que Alice se enterara .

Pero ha sido una muy mala idea.

-¿Brandon?- chilló con horror observando mi cuerpo- ¿Qué te ha pasado?

-Hola- sonrío intentando ocultar la herida en mi costilla.

-¿Hola?- pregunta con enfado acercándose a pasos acelerados- ¿Quién te ha hecho esto?

-Yo...- trago saliva con nerviosismo observando los rostros sorprendidos de las chicas.

-Alice, deberías llevarlo a tu casa, quizás podrán conversar con calma- propone Luz.

Asiente con su rostro tenso.

-Tú y yo hablaremos- murmura a escasos centímetros de mi rostro para luego aparecer en su habitación.

-Maldición- jadeo entre mareos- Debes avisarme.

-¡Tú debes avisarme en donde te encuentras!- gruñe quitando mi camisa de un tirón.

-Lo lamento- balbuceo.

-Por los dioses- susurra- ¿Qué te ha sucedido?- observa horrorizada mi torso repleto de rasguños profundos provocados por las dagas que rozaban mi cuerpo.

Sobre mi costilla se encontraba un enorme moretón y sobre este una profunda herida.

-Un grupo de demonios han atacado la ciudad.

-Es por ese motivo que desapareciste- habla con la mirada perdida sobre mi.

Asiento- Hemos intentado salvar a algunas personas pero no he llegado a tiempo y ellos- trago saliva al notar su rostro tensarse- asesinaron a familias.

-¿Quiénes están detrás de todo esto?- pregunta con su mirada sombría.

-Me temo que Alisson es quien se encuentra queriendo lastimarte.

-Por qué no viene hacia mi?- grita provocando que el suelo vibre.

-Porque la única manera de dañarte es lastimando a los más inocentes, Alice.

-Debo de terminar con todo esto- suspira posando sus manos alrededor de mi cuerpo, de sus manos un destello de luz comienza a iluminar mis heridas causando un intenso calor envolviéndome preso de sus sensaciones.

-No permitiré que te enfrentes tu sola- balbuceo observando la sangre desaparecer y mi piel volver a la normalidad.

-No dejaré que te entrometas- advierte- Todo este sufrimiento es por mi mea culpa, soy culpable de todo este absurdo mal.

-¿Por qué siempre te empeñas en culparte?- pregunto frunciendo el ceño.

-¡Porque es la realidad!- suspira separándose de mi lado- Hay personas inocentes sufriendo por una jodida Profecía, un maldito odio esparcido a nuestro alrededor luchando por ceder el control del poder.

-¡Es por eso mismo que debemos que luchar para terminar con todo esto, todos nosotros unidos!

-No podremos.

-¿Por qué dices eso?

-Porque esto debe de terminar con tan solo una muerte.

•°•°•°•°•°☆•°•°•°•°•

POV. Alisson.

¡Esa maldita niña!

¿Cómo es posible que ninguno logre acercarse hacia ella?

Sonreí observándola dormir con tranquilidad.

No había sido difícil llegar hasta allí, nada que un par de transformaciones logre dispersar.

-Verás lo que es malo, Alice- prometí estirando mi brazo para acariciar sus cabellos pero su mano sujeto mi muñeca con una fuerza imposible para una niña.

-Veo que has llegado temprano- musitó con seriedad, sus ojos comenzaron a oscurecerse observando mi rostro con una mirada extraña.

Tragué saliva intentando apartar su mano en mi pero algo parecía evitar que mi cuerpo se moviera.

-He intentado ser buena- habló- Pero al parecer debo demostrarte en verdad quien soy. ¿No crees?- rió y en un pequeño movimiento de muñeca mi cuerpo se encontraba elevándose a metros de su cama.

Un gemido se escapó de mis labios al no poder hablar.

¿Quién era?

Chillé con sorpresa al ver sus manos brillar.

-Debería darte una lección, Alisson- alza su mano y mi cuerpo impacta sobre el suelo sin piedad- Piensas que tu tienes el poder pero déjame decirte que aquí en mi habitación quien dicta las reglas soy yo- camina a mi alrededor, su voz ronca provoca escalofríos.

-¿Quién eres?- grito.

Ríe con malicia- Puedes gritar todo lo que tú quieras, jamás te escucharán. ¿Quieres saber por qué?

Negué removiéndome con dolor.

-Porque todo se encuentra insonorizado, haz todo el ruido que quieras nadie oirá, porque una vez que tu entras no podrás salir.

-Eres solo una inepta- escupo con rabia impactando contra la pared.

-Aquí la idiota eres tú por creer que lograrías lastimarme- acerca su rostro al mío- Pero veo que no ha sucedido lo que imaginabas- sisea con diversión.

-¡Déjame mover, maldición!- grito al sentirme prisionera.

-Oh no... Tengo ganas de jugar y tu eres mi juguete- espeta entre risas- Jamás permitiré que lastimes a mi madre, primero tendrás que pasar sobre mi cadáver.

-Eso no me será difícil- susurro.

-Eso es lo que tu crees- se aleja de mi cuerpo permitiéndome moverme lejos de ella- Hagamos algo.

-¿Qué propones?- la observo con el ceño fruncido.

-Si logras lastimarme dejaré que me lleves con la condición de que no dañes a Alice.

Sonrío con malicia.

Esto será fácil- pienso.

-Acepto.

Sonríe girando su cuerpo para cerrar la puerta de su balcón.

Niña idiota

Me acerco a su cuerpo con rapidez sosteniendo en mi mano una daga de hierro.

Su cuerpo gira con una destreza impresionante quitando el objeto de mi mano antes de sostenerlo en mi cuello.

Abro mis ojos abrumada.

-¿No te han enseñado que atacar por la espalda es de cobardes?- gruñe con una voz extraña.

A todo esto.

¿Cómo es posible que una niña de seis años logre obtener mi altura?

-¿Piensas que te creería?- vuelve a preguntar riendo.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora