POV. Cassandra.
-¿Recuerdas cuando nos enteramos que estabas embarazada?- preguntó Christopher sonriendo aun abrazado a mi torso.
-Lo recuerdo como si fuese sido ayer- sonreí girando- Recordar tu rostro repleto de felicidad, tus lagrimas imposibles de acabar y tu embobamiento por la panza que aún no crecía- reímos.
-¿Hay algo en lo que te arrepientas?- murmuró tomándome por sorpresa.
Mi corazón se comprimió causando dolor.
Asentí con la mirada perdida- Me arrepiento tanto de haber dejado ir a Alice, cegando mi mente ante tanta hipocresía. Me arrepiento tanto de ser la responsable de su dolor, Christopher.
-No eres la única culpable, también me deje cegar. Todo ha ocurrido tan rápido que no podido procesar todas las emociones juntas.
-No era cuestión de procesas, sino de actuar, escuchar nuestro corazón y no dejar que nuestros impulsos de rabia dominen nuestros actos.
-Aún tenemos una ultima oportunidad de salvar a nuestra hija, Cass.
-¿Lo crees?- murmuré con angustia- ¿Crees que nuestra hija nos perdonará?
-Si no lo intentamos no sabremos lo que sucederá.
-Te amo- murmuré besando sus labios con devoción.
-Deja de devorar a mi hija y ven aquí- gruñó mi madre con enfado, causando que mi esposo temblara levemente a causa de los nervios.
-Elizabeth, lo lamento- se disculpó rápidamente, causando que se me escapara una carcajada- En minutos vuelvo, cariño- beso mi mejilla con rapidez.
-Adiós, princesa- guiñó un ojo mi madre, sonriendo con diversión.
Recuerdo.
Me observó sin ninguna expresión - Tú ya tienes una hija, Cassandra. Tu hija se llama Alisson y siempre le has elegido, siempre le elegirás sobre todas las cosas; incluso sobre mi. Es por esto que prefiero alejarme de todos.
- ¿Qué quieres decir?
- Quiero decir que me acabo de dar por vencida, me haré a un lado. No puedo permitir ver como mi verdadera familia sufre por mi mera culpa. Algunos sacrificios merecen la pena y este es uno de ellos.
No puedo destrozar a una familia, no cuando se lo que se siente. Me alejaré de todos, lucharé sola sin arrastrar a nadie a la muerte; nadie merece morir.-No permitiré que lo hagas- sus ojos reflejaban la desesperación que mi corazón sentía- ¡Estás completamente loca si crees que lograrás que te olvide!
-Puedo lograr lo que quiera, recuerda que soy peor que tu hija. Deberías aceptar lo que te propongo.
-No logro comprender todo esto, maldición.
-Te propondré un trato, escúchame- sus palabras eran dagas directas a mi corazón- Haré que me olviden cada uno de ustedes, para luego salvar a Alisson de la maldición en la que se encuentra. Ambas ganamos, ustedes tendrán por fin la familia que siempre desearon y yo...- cerró sus ojos por un breve instante- Yo habré cumplido con mi promesa de salvar a cada uno, no importa condenarme si es por salvarlos.
-No- negué con desesperación, aún no podía creer lo que escuchaba- ¡No! No permitiré que mueras, no permitiré nada de que dices. No quiero a nadie que no seas tú, te quiero a ti, Alice. ¡Maldición! Debes entender lo que te digo, por favor no me dejes. No tú...
-No puedes suplicarme que me quede cuando tú lo has deseado, todos han deseado tener por siempre a Alisson a su lado. Lo he visto incluso lo he sentido, así que por favor tu no vengas a rogarme que no muera por que el destino es incierto y nadie sabe lo que puede ocurrir en el, no soy nadie en tu vida y jamás lo seré.
-¡Claro que eres alguien en mi vida!- mis manos se posaron en sus mejillas en un intento de desesperación- ¡Eres mi hija y ahora que te he recuperado no permitiré que vuelvas a desaparecer!
Fin del recuerdo.
Una risa a mis espaldas me sobresaltó, gire mi rostro con confusión paralizando mi cuerpo ante lo que veía.
No...
-¿Alisson?- titubee con impacto.
-¿Me has extrañado?- rió.
Ella ha vuelto.
○•°○•°○•°○•°○•°○
POV. Lucero Camberleck.
-Mami- murmure sintiendo unos brazos rodearme.
-Duerme, cariño- besó mi mejilla.
-¿Estás bien?- pregunté ante la penumbra de la oscuridad.
-Siempre que estés a mi lado lo estaré- respondió con suavidad.
-No importa lo que suceda siempre serás mi Ángel.
-Y tú mi felicidad- respondió bostezando.
Siempre te protegeré, mami.
**********
-¿Qué sucede?- pregunte caminando a su lado.
-No me gusta ver tanto sufrimiento en el rostro de personas inocentes, nadie merece estar sin un hogar- respondió.
Tome su mano mientras observaba los rostros de niños que pese a las circunstancias aún sonreían.
Mi corazón se estrujó al ver una madre con su pequeño niño entre sus brazos, su mirada opaca expresaba desespero.
-Mami- murmuré con angustia, nuestras miradas se encontraron comprendiendo.
-Hey- saludo con suavidad Alice, la mujer la observó con sorpresa.
-Reina...
-Puedes llamarme Alice ¿Sabes? Es medio exhaustante las formalidades- respondió causando risa en la susodicha.
-Comprendo, Alice.
-¿Por qué todos ustedes se encuentran aquí? La última vez nadie se encontraba en situación de calle.
-Alisson, lo ha permitido. La Reina al enterarse intentó protegernos pero solo logro que la lastimase.
-¿Qué?
-¿Cómo que lastimó a Cassandra?- respondí sorprendida.
-Si. Creo un hechizo para que no nos encontrase y así no poder ayudarnos. Al discutir fuertemente esta le lanzó una daga sobre su pecho, si no hubiese sido por la joven con el muchacho no sobreviviría.
-Mercy...- susurró audiblemente.
-Les quitaré el hechizo y todos ustedes volverán a sus hogares- sentenció con seriedad.
-¿Es... enserio? Digo... tú.
-¡Claro que si! Jamás permitiré que sufran, absolutamente nadie.
-Implorar piedad sobre las penumbras de la oscuridad, como Reina obligaré a desenterrar esta maldad, abrid vuestras puertas ante su majestad- musitó.
Su cabello comenzó a cambiar a un tono completamente rojizo.
Un leve resplandor ilumino todo a su alrededor causando que el sol aumentara su brillo.
-¿Cómo lo has hecho?- exclamé entusiasmada.
-Recuerda que todas las buenas acciones que realices por el bien y la felicidad de otra persona inocente, se te revertirá de buena manera, debes pensar con el corazón muchas veces. Hay personas ajenas a nuestros ojos que no merecen pasar por tanto sufrimiento.
-Tú tienes un hogar, alimento y personas las cuales siempre estarán a tu lado. Mientras ellas no tienen la suerte del goce de un plato de comida o de un abrazo lleno de amor, de tener una cama e incluso un hogar.
-Nadie es menos que nadie por no tener lo que tiene el otro- suspiré recordando las palabras que solía decirme.

ESTÁS LEYENDO
Reina Maldita
VampiroUna nueva historia, la misma profecía, una nueva oportunidad. La oscuridad habita en nuestro interior, creando incontrolables batallas que pueden causarnos la muerte. -Temed que vuestra princesa ha llegado, para causar un irreversible dolor a aquell...