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POV. Christopher Di Angelo.

-¿Nos quedaremos aquí, majestad?- pregunta un joven observando los rostros preocupados de los presentes a nuestro alrededor.

-Aún no lo sé- respondo suspirando- Tiene que haber un lugar seguro para que estén a salvo.

-Pero aquí podremos estar a salvo, majestad- responde- Las reinas han echo un hechizo protegiendo el jardín del Palacio, nuestros bosques tienen una enorme capacidad par ocultar a todo el pueblo.

-La naturaleza no le pertenece a nadie- musito con seriedad- Cada uno de nosotros es culpable de dañare todo a su alrededor, aun me sorprendo al observar guerras absurdas por adueñarse de terrenos donde nadie es digno de pertenecer. Jamás permitas que la avaricia envuelva tu corazón.

-¿Usted cree que todo esto ocurre por nuestra falta de respeto?

Niego.

-Lo que ocurre es mucho más complejo de lo que tú piensas. La Profecía existe hace millones de años, pero jamás había iniciado y nunca hemos imaginado que terminaría- comento- al menos no de esta manera.

-¿Cuánto tiempo nos queda?

-El tiempo se ha acabado, muchacho. Ya no existe en estas circunstancias.

Frunce su ceño antes de responder pero un fuerte estruendo nos sobresalta.

-¿Qué ocurre?- alcé mi voz dirigiéndome hacia los soldados.

Sus rostros se encontraban sorprendidos.

-No sabemos lo que ocurrió, señor- responde uno de ellos- Nadie se encuentra en estos lados, es imposible que cualquier criatura intente entrar aquí.

-¿De dónde provienen esos ruidos?- observo a mi alrededor notando que las personas se encontraban paralizadas ante lo ocurrido.

-¡Quiero que todos se preparen para una posible batalla!- alzo mi voz sosteniendo la espada sobre mi cintura.

Asienten con seriedad.

-Majestad- giro mi rostro ante el joven- ¿Es posible que el cielo comience a hacer eso?- señala hacia arriba donde grandes nubes se formaban lanzando rayos a nuestro alrededor, estos impactaban sin piedad sobre el suelo provocando estruendos.

-Oh por Gea- murmuro.

La batalla final ha iniciado.

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POV. Cassandra Camberleck.

-¡Alice!- chillo impidiendo que su cuerpo chocara sobre el suelo.

-¿Qué ha sucedido?- pregunta asustaba Luz observando el cuerpo de Alice paralizado.

-No lo sé- balbucea Valeri, sus ojos se oscurecieron antes de desmayarse.

-Presiento que algo malo está ocurriendo- respondió acariciando su cabello- Debemos de ser precavidas, sea lo que ocurra no será nada bueno.

Un leve murmullo llamó nuestra atención, el rostro de Alice comenzaba a tensarse con dolor.

-Cariño.

-Joder- balbucea tocando su frente- ¿Qué ocurrió?

-Te has desmayado. ¿Te encuentras bien?- pregunto con preocupación.

Asiente lentamente intentando moverse- Solo me siento mareada.

-¿Qué sucedió antes que te desmayaras?- pregunto levantando nuestros cuerpos.

-He tenido una visión- responde- personas sufrirán, habrá muchas muertes, las suficientes para que todo se vuelva caótico.

-¿Qué debemos de hacer con el pueblo?- pregunta Marissa.

-Tendremos que alejarlos de aquí- frunce su ceño.

-¿En qué piensas?- interrumpe Clerie.

-Se donde podremos llevarlos.

-¿Dónde piensas que pueden estar a salvo?- esta vez es mi turno de interrumpir- Nadie se encuentra a salvo de la Profecía.

-Alice... -llama Luz con temor- Cuando te desmayaste tus ojos se volvieron completamente negros, pero eso no ocurre cuando tienes una visión.

-¿Qué intentas decir?- espeta Clerie.

-Lo que quiere decir es que no has tenido una visión normal.

-¿Normal?- interrumpe Marissa riendo- ¡Nada es normal aquí!

-No he tenido una visión- responde Alice captando nuestra atención- He soñado con un futuro oscuro, lo que en verdad dicta la Profecía.

•°•°•°•°•°•°~•°•°•°•°•°•°•

POV. Alice Camberleck.

-¿Por qué no me has avisado?- frunzo mi ceño con enfado.

-¿Cómo quieres que te avise si te encontrabas con bastantes problemas?- rueda sus ojos- No permitiré que te ocupes de todo.

-Maldición- niego acariciando su torso desapareciendo los rasguños- No puedo permitir que personas inocentes sean lastimadas, Brandon. No puedo permitirlo, es mi deber ayudar de todos.

-Comprende que no estás sola, no permitiremos que te ocupes de todos tu solamente. Es el deber de todos ayudar a nuestros mundos, la Profecía nos enseña a unirnos entre todos luchando por la igualdad y felicidad de ambos bandos.

-Alisson no lo permitirá, ella quiere obtener el control total de los reinos, desea gobernar a cada uno de nosotros y la única persona que puede detenerla soy yo- sentencio.

-¿Sabes que ocurrirá?

Asentí en silencio.

-Solamente un alma es necesaria para detener la Profecía, solo un corazón puro será el correcto para completar el destino y solo la sangre adecuada detendrá todo el odio esparcido a nuestro alrededor- recite.

-¿Qué...?

Interrumpo- Una de las dos debe sacrificar su alma para salvar a todos.

Su corazón se acelera ante mis palabras, siento su miedo recorrer su mirada.

-Tú no...

-¿Qué ocurrió para que esta herida sea tan profunda?- pregunté acabando con nuestra anterior conversación.

No quiero imaginar lo que ocurrirá.

-Cuando comenzamos una batalla con Tylor, el lanzó en mi una extraña daga que al impactar sobre mi desapareció al instante.

-Alisson.

-¿Qué?

-Ella es la responsable de todo esto, Reina.

-Tendremos que detenerla antes que siga matando a más personas.

-Sus aliados tienen una daga única que provoca extrañas heridas en la piel pero al curarse estas desaparecen con humo...

-Es hora de actuar, princesita. Ha llegado la hora de demostrar que no eres tu sola.

-Ella- murmuro perpleja observando la forma en la que desaparecía la herida.

El leve humo oscuro se disipaba con rapidez de su piel.

-¿Qué quieres decir con eso, Alice?- pregunta con confusión.

Niego con suavidad- Debo de pensar.

-¡Espera!- me detiene sosteniendo mi brazo- ¿Qué está ocurriendo?

-Ocurre que los aliados de Alisson meten sus narices en donde no deben- gruño desapareciendo.

-Prepárate, Princesita... porque nada bueno ocurrirá.

-Déjanos tomar el control.

Te ayudaremos.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora