48 7/10

1.3K 117 6
                                    

-¿Tú sabes algo que yo no?- me limito a preguntar con temor.

-Eso tendrás que comprenderlo tú, cariño- sonríe- recuerda que el miedo a sufrir nos limita de amar y el amor es nuestra principal medicina.

Trago saliva en silencio.

Y si Brandon realmente...

-¿Te gustaría caminar?- invita sonriendo con nerviosismo- Hay algo que quiero mostrarte.

Pienso unos segundos su petición asintiendo.

-Cuando era pequeña solía coleccionar insectos, pero luego de cuidarlos por largo tiempo estos morían por algún motivo, quizás era porque los encerraba dentro de una pecera y descubría que algunos no podían respirar bajo el agua- abro mis ojos sorprendida observando su rostro.

-Oh vaya...

-Realmente les tenía demasiado cariño, es por ese motivo que intente disecarlos- prosigue comentando, mientras caminábamos hacia su jardín- quería tenerlos a mi lado pero no sabía como hacerlo sin que huelan de forma asquerosa ni se desintegraran. Una noche una idea surgió en mi mente a tan solo la edad de ocho años, desde ese momento cada insecto que encontraba lo disecaba y guardaba soñando tener un jardín repletos de estos.

-Qué mujer más extraña.

-Vaya... está loca, princesa.

-Esperemos que tú no tengas estos deseos un tanto horribles.

-Luego de muchos años por fin pude finalizar lo que tanto anhelaba de niña- sonríe emocionada señalando el suelo frente a algunos arbustos.

Entre algunas rocas y hojas de los bosques se encontraban toda clase de insecto, desde los más feos hasta los más horrendos.

-¡Oh por dios!- chillo observando el suelo con horror- creo que tienen razón, realmente está loca.

Gira su rostro observándome con enfado.

-¡No estoy loca! Eres tú quien lo está- acusa.

-Yo no estoy loca.

-La única persona que tiene demonios y no sé cuantas cosas más en su interior eres tú.

-Oh là là quisieras tú tener esto dentro.

-Asquerosos.

-¿Realmente crees que esto es extraño?- pregunta con tristeza.

-Oh no, claro que no- intento excusarme ante su mirada- es solo que es algo que yo no haría, detesto a las arañas exceptuando que tú las amas, supongo si intento no verlo mucho se ve lindo.

-Eres pésima disculpándote- ríe.

-¡Oye! Hice mi mejor intento- finjo enfado.

Suspiro levemente observando su rostro pacífico.

Si todo hubiese sido de esta manera desde el principio.

-¡Alice!- una voz interrumpe nuestro silencio.

Giro mi rostro con confusión.

-¿Elizabeth?- frunzo mi ceño al notar su intranquilidad- ¿Qué ha ocurrido?

-Debemos hablar- espeta mirando de reojo el rostro de su hermana- ahora- responde frenando abruptamente.

-¿Esos son tus insectos?- se dirige a Cassandra.

Esta asiente en silencio.

-Sigues igual de extraña- musita volviendo a tirar de mi.

-Pero...

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora