-¿Tú sabes algo que yo no?- me limito a preguntar con temor.
-Eso tendrás que comprenderlo tú, cariño- sonríe- recuerda que el miedo a sufrir nos limita de amar y el amor es nuestra principal medicina.
Trago saliva en silencio.
Y si Brandon realmente...
-¿Te gustaría caminar?- invita sonriendo con nerviosismo- Hay algo que quiero mostrarte.
Pienso unos segundos su petición asintiendo.
-Cuando era pequeña solía coleccionar insectos, pero luego de cuidarlos por largo tiempo estos morían por algún motivo, quizás era porque los encerraba dentro de una pecera y descubría que algunos no podían respirar bajo el agua- abro mis ojos sorprendida observando su rostro.
-Oh vaya...
-Realmente les tenía demasiado cariño, es por ese motivo que intente disecarlos- prosigue comentando, mientras caminábamos hacia su jardín- quería tenerlos a mi lado pero no sabía como hacerlo sin que huelan de forma asquerosa ni se desintegraran. Una noche una idea surgió en mi mente a tan solo la edad de ocho años, desde ese momento cada insecto que encontraba lo disecaba y guardaba soñando tener un jardín repletos de estos.
-Qué mujer más extraña.
-Vaya... está loca, princesa.
-Esperemos que tú no tengas estos deseos un tanto horribles.
-Luego de muchos años por fin pude finalizar lo que tanto anhelaba de niña- sonríe emocionada señalando el suelo frente a algunos arbustos.
Entre algunas rocas y hojas de los bosques se encontraban toda clase de insecto, desde los más feos hasta los más horrendos.
-¡Oh por dios!- chillo observando el suelo con horror- creo que tienen razón, realmente está loca.
Gira su rostro observándome con enfado.
-¡No estoy loca! Eres tú quien lo está- acusa.
-Yo no estoy loca.
-La única persona que tiene demonios y no sé cuantas cosas más en su interior eres tú.
-Oh là là quisieras tú tener esto dentro.
-Asquerosos.
-¿Realmente crees que esto es extraño?- pregunta con tristeza.
-Oh no, claro que no- intento excusarme ante su mirada- es solo que es algo que yo no haría, detesto a las arañas exceptuando que tú las amas, supongo si intento no verlo mucho se ve lindo.
-Eres pésima disculpándote- ríe.
-¡Oye! Hice mi mejor intento- finjo enfado.
Suspiro levemente observando su rostro pacífico.
Si todo hubiese sido de esta manera desde el principio.
-¡Alice!- una voz interrumpe nuestro silencio.
Giro mi rostro con confusión.
-¿Elizabeth?- frunzo mi ceño al notar su intranquilidad- ¿Qué ha ocurrido?
-Debemos hablar- espeta mirando de reojo el rostro de su hermana- ahora- responde frenando abruptamente.
-¿Esos son tus insectos?- se dirige a Cassandra.
Esta asiente en silencio.
-Sigues igual de extraña- musita volviendo a tirar de mi.
-Pero...
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Reina Maldita
VampireUna nueva historia, la misma profecía, una nueva oportunidad. La oscuridad habita en nuestro interior, creando incontrolables batallas que pueden causarnos la muerte. -Temed que vuestra princesa ha llegado, para causar un irreversible dolor a aquell...