POV. Brandon.
Hace tan solo una noche de mi llegada abrupta a la Ciudad y los rostros sorprendidos comenzaban a notarse entre la multitud.
Suspiré con cansancio observando desde el balcón de mi habitación las enormes montañas a las afueras de la ciudad.
-¿Bastante preocupado para pensar?- una voz me sobresalta.
-¿Susan?- parpadeo sin creérmelo.
-Hermanito- sonríe con malicia- Cuando tiempo sin verte- abraza mi torso con suavidad.
-No puedo creerlo- murmuro besando su cabello- ¡Estás aquí!
-En carne y hueso, querido- ríe besando mi mejilla con dulzura- Te he extrañado así que decidí escapar de nuestra psicópata madre para venir a verte.
-¿Sigue igual de loca?- asiente con horror- ¡Oh gracias a todos los cielos! De lo que me he salvado.
-¡Tú ríete! Que la que debe de soportar a sus demonios soy yo- dramatiza.
-Aún no comprendo porque sigues a su lado, a pesar del daño que nos ha cometido- suspiro.
-Porque soy lo único que le queda, Brandon. Más allá de sus errores es nuestra madre y nos ama.
Ruedo mis ojos- Una madre que ama a sus hijos no elige a sus amantes sobre ellos.
-Todos tenemos derecho de enamorarnos, hermano- responde con confusión ante mis palabras bruscas.
-Bien sabes que ella prefirió al hijo de su amante antes que a su propio hijo, se avergonzaba de mí por seguir mis propios pasos. Jamás viviré bajo sus fantasías, prefiero la mera realidad.
-Ella te quiere- acaricia mi mejilla- Aún todo esto me enfada y se que ella jamás se perdonará tu partida, pero debes de volver a visitarme en algún momento, ya pasaron siglos de tu huida.
-Ella decidió que me fuera, los eligió sin siquiera voltear a verme ¡tan solo por estar cegada de amor!
-¿Por qué dices estas cosas?
-Porque muchas veces amar te lastima provocando alejarte de las personas.
-¿Quién ha roto tu corazón?- frunce su ceño.
-Yo mismo, cariño... yo mismo- fuerzo una sonrisa.
-¿Quieres que sepa su identidad por mi propia cuenta o me lo dirás?- le pregunta con su mirada neutra.
Mi cuerpo tembló de escalofríos sabiendo lo que se avecinaba.
-No es nada...- interrumpe observando sus ojos transformarse en un gris intenso.
Susan era diferente a mi, ella un demonio con el poder de saber tus pensamientos, incluso tu futuro.
Con tan solo observarte podía comprender todo lo que sucedía en ti, era imposible ocultarle un secreto.
Ella siempre lograba estar un paso delante.
Cuando era pequeña lograba saber lo que ocurriría en nuestra vida, su fuerza aumentaba a medida que los siglos avanzaban.
-Deberás ser fuerte, hermano- solía repetir luego de sostenerla entre mis brazos en las largas noches de pesadillas.
Pero todo empeoró cuando nuestra madre luego de la muerte de nuestro padre, conoció a un hombre cuyo pasado se desconocía, junto a él se encontraba un joven adolescente.
Jamás imaginábamos que quedaría completamente enamorada de ambos, ocasionando incontrolables discusiones.
Algo en mi interior se removía con preocupación, sabía que si no partía de su lado mi corazón se rompería decepcionado.
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Reina Maldita
VampireUna nueva historia, la misma profecía, una nueva oportunidad. La oscuridad habita en nuestro interior, creando incontrolables batallas que pueden causarnos la muerte. -Temed que vuestra princesa ha llegado, para causar un irreversible dolor a aquell...