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POV. Brandon

-¿Qué es lo que ocurre?- alcé mi voz con ímpetu, observando alterado lo que sucedía.

-Señor- responde uno de los guardias con la respiración acelerada- La Ciudad ha sido atacada por antiguos demonios.

-¿Qué?- mi rostro se encontraba rojo ante la ira.

Los gritos de desesperación de los demás presentes se oían, el fuego se encontraba envuelto en todas partes al igual que los cuerpos de los demonios sobre el oscuro suelo.

-¡Maldición! ¿Acaso no pueden cuidar de las familias cuando no estoy?

-El joven muchacho traga saliva con temor ante mi voz.

-Señor- intenta lamentarse.

Lo interrumpo.

-No es momento para disculpas, acabemos con esta masacre de una buena vez. ¡No quiero más muerte en este lugar!

Asintió con rapidez antes de responder.

-Señor. ¿La Reina dónde se encuentra?

-La Reina Alice se encuentra resolviendo algunos percances en las tierras de luz- informo antes de avanzar hacía donde se encontraban los demás peleando.

-¡Quiero que acabes con cada uno de ellos!- gruñí clavando una estaca oscura en el pecho de uno.

El joven asintió rápidamente con el miedo en su mirada.

Este no es lugar para niños- pensé atacando a los demonios que intentaban asesinar a el pueblo.

-Oh vaya el Rey Brandon se encuentra luchando por su ciudad, una imagen bella- ríen a mis espaldas, provocando que mi cuerpo se tense al notar de quien se trataba.

-Veo que quieres vengarte por la muerte de tu querido Taylor- siseé con burla esquivando su puño izquierdo.

-¿Acaso tu madre no te ha enseñado modales?- pregunta antes de que mi puño impactase en su rostro.

-No me ha enseñado a respetar a personas como tu- sonrío con maldad- ¿Sabes qué prefiero hacerles? Desterrar su alma de sus cuerpos.

-Que agradable respuesta, veremos si es verdad- me contesta lanzando dagas hacía mi dirección, fallando en el intento.

-Si tu intención es asesinarme, tus entrenamientos no funcionan- musito envolviendo en cuello en mi mano lanzándolo a metros de mi.

-¿Quieres jugar con fuego? Lo tendrás- replica lanzando a mi dirección un inmenso calor abrasador.

-Veo que tus poderes aún se encuentran fuertes- gruño lanzándome hacía el, derribando su cuerpo- Lastima que no me conoces lo suficiente.

-Quizás pueda preguntárselo a tu querida Alice- sonríe levemente.

-Púdrete- respondí con enfado.

-La maldición aún no termina- gruñó antes de atravesar su pecho con mi puño esparciendo su alma a mi alrededor.

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POV. Ciudad Oscura.

El inicio de la Ciudad.

Todo comenzó mucho antes de las incontrolables guerras entre ambos mundos, aún mucho antes de que el rencor comenzara a envolver los corazones de las personas.

Hace tiempo atrás cuando los árboles yacían repletos de vida en una ciudad en donde la naturaleza embellecía cada rincón inaudito, en donde el sol iluminaba el rostro de familias felices, un lugar en donde seres de luz solían caminar con sus familiares, amigos y conocidos demonios.

Un joven perteneciente del mundo de luz se encontraba sumido en sus pensamientos, recordando lo feliz que era al sentirse parte de cada persona en aquella ciudad tan maravillosa.

Aquella época tan preferida por todos, donde la igualdad y el amor eran mucho más fuertes que las emociones negativas.

Dos mundos totalmente unidos en donde la paz era lo principal y tenía prohibido romperse.

Tan ajenos a la maldad que se encontraba a su alrededor, tan ignorantes en el echo de creer que nada malo podría ocurrir en aquellas tierras preferidas por cada ser mágico.

-¿Por dónde se encontrarán?- murmura buscando con su mirada a sus padres, sin imaginarse que aquel día sería el último en donde la felicidad se encontraría a su lado.

Aquel día sus padres no se encontraban en su casa como de costumbre al él despertar, curioso ante su repentina desaparición decidió ir en busca de ellos; pero algo no marchaba bien en la ciudad.

Las personas no se encontraban como acostumbraban en el parque tan conocido por su belleza, la luz del sol se encontraba opaca por nubes grises y las flores no solían tener el mismo brillo de siempre.

Pero sus pensamientos no le permitieron concentrarse en lo que ocurría a su alrededor. Sus pasos lentos a causa de haber dormido pocas horas por desvelarse pensando en su vida anterior ocasionaron que su cuerpo se encontrara adormecido por el cansancio.

-Joder- habló estupefacto ante el inminente silencio- ¿Qué está ocurriendo?- se preguntó con su ceño fruncido.

-Brandon ¡Hijo!- sonrieron dos padres con dulzura observando a su pequeño ante ellos.

-Padres- sonríe el joven con cariño- ¿Dónde se encontraban? Llevo buscándolos por todas partes- ríen.

-Teníamos algunos asuntos por resolver- responde su madre con un deje de tristeza en su voz, ese tono no pasó desapercibido por Brandon.

Los rostros comenzaron a desfigurarse del terror, la piel erizada a causa de la incertidumbre de lo que sucederá, la fragilidad en sus miradas al comprender lo que se avecinaba, el silencio estremecedor entre suspiros.

-Ha llegado- murmuraron.

-¿De qué hablan?- pregunta el joven tembloroso.

-La maldición de Ciudad Oscura.

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POV. Gea.

-¿Esto realmente sucederá?- me pregunta con la voz suave.

-Todo es posible, cariño. Recuerda que las decisiones se encuentran en ellos.

-¿Lo lograrán?

-Jamás debes de dejar de creer. Cuando permites que la inseguridad gobierne tus pensamientos, estas perdiendo la mayor de las batallas.

-¿Cual es?

-La de tu vida- respondo.

-¿Qué dicta al final de la Profecía?

Su curiosidad me hace sonreír.

-Cuando el amor es más fuerte que el odio, ganarás todas las batallas que se te presenten. Cuando tu ingratitud sea mayor que tu nobleza, perderás la batalla más importante.

-¿Cuál?

-La del amor.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora