27

1.7K 164 1
                                    

-Alice- susurra acariciando mi cabello con suavidad- ¿Por qué todo tiene que ser de esta manera?

Tragué saliva ignorado el dolor en sus palabras.

-No lo sé- suspiré comenzando a inquietarme por el rumbo que tomaba la conversación.

-¿En algún momento me dejarás demostrarte cuan arrepentida me encuentro?

Me alejé de ella con timidez, éramos tan parecidas, pero tan diferentes.

O eso creo.

-Las personas cambian, he aceptado tu decisión incluso malos tratos de tu parte, Cass. Entiende que esto es doloroso para mí.

-Pero Alice...- interrumpí rápidamente.

-Debo irme.

-¿Dónde irás?- responde con confusión.

-Debo de verme con un amigo- me despedí intentando normalizar mi respiración.

Steven...

•°•°•°•°•°•°•°•°•

-Oh, Alice que hermosa sorpresa- sonríe Steven permitiéndome el paso.

-Yo... necesitaba hablarte de algo- respondí al tomar asiento con rapidez.

-¿Qué ocurre?- se extrañó por mi nerviosismo.

-Tengo tanto miedo- temblé llevando mis hacía mi rostro con desespero.

Steven tomó asiento a mi lado acariciando mi espalda con suavidad.

-¿Qué te ha ocurrido para que te encuentres de esa forma, Alice?

-Alisson- murmuré observándolo- de alguna manera logró entrar en mi casa teniendo la suerte de que nadie se encontraba, al verla mi cuerpo reaccionó de forma violenta comenzando una batalla entre ambas.

-En un momento logró herirme- su cuerpo se tenso inspeccionando mi anatomía con nerviosismo, sonreí indicando que estaba bien- me deje cegar por el odio que incluso estuve a punto de quitarle el corazón.

-¿Que sucedió después?

-Llegó Cassandra intentando que no cometiera una estupidez. Alisson... ella- tragué saliva- amenazó con asesinarla. Mi cuerpo fue preso de una inmensa furia pero nuevamente impidió que actuara sin pensar.

-Me curó, su ojos, Steven. Parecía tan sincera, como si ella también hubiese sufrido tanto como yo. Pero aún una parte de mi teme creer en todos.

-Estás equivocada si crees que harán por ti, lo que tu haces por ellos- responde Steven con suavidad.

-¿Por qué las personas tienen que ser tan malas?

-Porque prefieren que tú te sacrifiques en vez de hacerlo ellos.

-¡No es justo!

-Nada lo es en esta vida, debes aprender a base de decepciones. Cuanto más te decepcionas aun más fuerte eres.

-Estoy harta de decepcionarme.

-Cariño- posa su mano sobre mi hombro- Todo en esta vida es por algo. ¿Tú crees que todo sucede sin ningún propósito?

Negué en silencio.

-A todos nos toca pasar por momentos oscuros, quizás no de igual manera pero a fin de cuentas debemos de luchar contra todas las adversidades que nos presente el camino. Pero porque las situaciones sean grises en este momento, no quiere decir que por siempre será así. Al igual que nada es color de rosa, tampoco nada es gris. ¿Comprendes?

Asentí- ¿Alguna vez has sentido ganas de rendirte?

Rió como si escuchara un chiste- ¡Todo el tiempo! Si me hubiesen pagado por cada momento del cual pensaba en darme por vencido ¡Sería millonario! Pero... lo más importante es no hacerlo, nuestra mente es tan peligrosa como tú lo aceptes.

-Tiene la capacidad de manejar nuestro cuerpo tan fácilmente que debemos de tener precaución con todo lo que pensamos, sentimos e imaginamos. Todo es maravilloso mientras lo vivimos pero hay que tener mucho cuidado porque lo bueno se puede revertir.

-¿Qué ocurre si se revierte?

-Todo lo negativo llega a ti, envolviendo tus emociones y no permitiéndote ser feliz.

-He vuelto luego de tanto tiempo con la esperanza de que todo fuera distinto y me encuentro con la sorpresa de que no fue así.

-Creo saber a donde quieres llegar- comenta sonriendo- Te dejas envolver por lo malo y no ves lo bueno que hay a tu alrededor. Algunas personas se equivocaron, recuerda que el ser humano siempre comete errores, algunos lo admiten y cambian en verdad pero otros se niegan a progresar.

-Tus padres se equivocaron contigo, pero recuerda que tú pensaste que el hechizo se había roto- lo miré con confusión- y puede que haya funcionado por un momento. Pero... ¿No has pensado en que quizás este en verdad se rompería al momento que tú acabaras con Alisson? Volviste luego de tantos años completamente diferente a como eras antes, has madurado y las personas a tu alrededor también. Tus padres se empeñan en lograr que tú los perdones, sin saber que lo hiciste en el momento que te fuiste de aquí. Intentan protegerte y demostrarte que no eran aquella versión que te lastimó tanto. Pero tienes miedo de darles otra oportunidad y que al final te termines decepcionando.

-¿Cómo es que comprendes todo lo que siento?

-Tus ojos son tan transparentes que dejan en evidencia como en verdad eres, intentas a toda costa ser una persona oscura y te olvidas que puedes ser tu misma.

-Soy una persona oscura- respondí.

-Jamás olvides que tienes dos naturalezas, tanto el mal como el bien habitan en ti. La oscuridad tiene su parte buena.

-Y el bien su parte mala- interrumpí con suavidad.

Asintió volviendo a sonreír.

-¡Excelente!- aplaudió emocionado- Comienzas a entender, pensaba que habías perdido tus neuronas.

Reí rodando mis ojos.

-Eres la única persona la cual acudo cuando me encuentro feliz o triste- admití.

-No sabes cuan feliz me hace escucharlo- sonríe- eres más que bienvenida a mi hogar, puedes venir todas las veces que quieras y traer a tu pequeña Lucero- sonreí con cariño.

-¿Por qué vives tan alejado del pueblo?- me atreví a preguntar.

-Nunca me ha gustado convivir con tantas personas a mí alrededor, son muy alborotadas. Sonará extraño pero prefiero la tranquilidad a mí alrededor, el sonido de la naturaleza aquí es donde me siento cómodo.

-Cuando era pequeña solía tener problemas a la hora de hacer amigos, siempre solía alejarme de todos. Hasta que conocí a quienes solía llamar mis amigos, antes de que me traicionaran- murmuré lo último con dolor.

-Lo bueno de los malos momentos es que conoces personas maravillosas- responde.

Asentí de acuerdo- Tienes razón.

-Suelo tenerla- reímos.

- ¿No te sientes solo aquí?

-Mentiría si te dijera que no- responde- La mayor parte del tiempo si, pero la soledad es la única que no logra hacerme daño.

-Entonces tendrás que prepararte para verme seguido por aquí- su mirada se ilumino.

-Estaré encantado de compartir mis días contigo, Alice- sonreí sintiendo paz.

-¿Qué debo de hacer?

-Vuelve a iniciar con ella- responde- no estoy diciendo que todo sea color rosa, pero quizás debes tomar tu tiempo en conocer a tu verdadera madre.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora