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POV. Mercy.

¿Alguna vez han sentido que se están ahogando y no hay nada que pueda salvarlos?

Pues en este preciso momento me siento así... Una enorme roca se encuentra sobre mi espalda creando obstáculos a la hora de caminar, un extenso río absorbe mi cuerpo tirando de el hacia la profundidad.

Mi respiración se corta y me es imposible tener oxígeno, mi mente se nubla y no hay nada que pueda hacer para lograr salir a flote.

Aunque... ¿Quizás esto ocurre al estar al lado de personas que no aportan nada bueno en tu vida, la toxinas que sus cuerpos irradian se convierten en malos momentos?

Y llega un punto en el cuál ya no soportas más la situación, quieres escapar pero no tienes donde ir, necesitas un respiro y estar alejada de toda esa mala energía que te absorbe imposibilitándote ser feliz.

Y... ¿Qué sucede si la situación cambia y quien en verdad te hace bien y mal no es nada más ni nada menos que alguien a quien amas con todo tu ser?

¿Qué ocurriría si te alejaras por mucho tiempo con tal de encontrar tu felicidad?

Aquellas preguntas volaban por mis pensamientos prohibiéndome dormir con calma. Pero un día todo fue el colmo, en verdad necesitaba desaparecer, comenzar a ser mi vida sola, conocer personas nuevas y volver a intentar encontrar aquella felicidad que jamás había podido tener.

Costaba alejarse claro que si. Pero si el precio de mi felicidad se basaba en partir lo haría, solamente debía de abrir la puerta y saber que hacer con mis recuerdos.

Por que al fin y al cabo las personas no merecen todo tu amor, por más lamentable que sea es la realidad.

Y lo sabía, realmente lo sabía...

Y dolía tanto que sentía como miles de puñales se incrustaban en mi interior creando coágulos de sangre que se envolvían sobre mis entrañas quitando el aire de mis pulmones.

Pero había un problema.

Cuando eras tú la culpable del dolor de la persona que más quieres en la vida, todo lo mal sembrado se revierte.

Su dolor se une junto al tuyo creando obstáculos a la hora de querer luchar.

Había sido mi culpa no haber hecho algo para salvar a Alice de aquel pozo repleto de oscuridad.

Era mi culpa estar sufriendo a causa de su indiferencia. Nuestro vínculo de había desprendido por tan sólo un leve lapso de tiempo.

No podríamos estar vivas si una de la otra muere, nuestra sangre se entrelazan formando una conexión para toda la eternidad.

Podremos salvarnos pero no podremos hacerlo si una de la otra logra darle la espalda y así cooperar con su muerte.

Debía de hablar con ella y confesar todo lo que le ocultan.

Por que al fin y al cabo no es necesario de dos personas para gobernar distintos mundos.

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POV. Charlotte Camberleck.

-Como la extraño...

-Lograrás encontrarla, sólo sigue buscando quizás este muy cerca- murmuró Gea.

-Eso espero.

Diez siglos pasados.

-¡Reina!- alzó la voz con preocupación una joven al observar mi cuerpo erguirse de dolor a causa de las contracciones.

-Luz- musite con dificultad- Creo que mi niña ha querido nacer ante un mal momento.

-Quedase en su habitación- respondió tendiendo mi cuerpo con preocupación sobre la cama.

-Estoy bien- suspiré intentando apartar los calambres de mi mente.

-Ha tenido suerte de que todo este a mi alcance- sonrió con nervios trayendo algunos objetos del baño.

-Deberás protegerla, Luz- exclamé con rapidez conectando nuestras miradas.

-No diga eso, Reina. Usted podrá cuidar de ella- respondió con sorpresa.

-Eres la única persona por la cual pondría las manos sobre el fuego y eres la indicada para cuidar de su vida.

-Primero tendremos que enfocarnos en su llegada, luego de tres segundos puja.

-No era el momento para nacer, se ha adelantado por un mes. Mi hermana no dudará en querer llevársela para hacerme sufrir- gruñí alerta pujando- Tienes que llevarte a mi pequeña lejos de ella antes que le haga daño- volví a pujar sintiendo una extraña sensación en mi interior.

Estaba por ser madre en tan sólo segundos y temía por la vida de mi hija.

-Lo haces muy bien, Elizabeth, puja tan sólo una vez- ordenó prometiéndome con la mirada que la cuidaría por mi.

-Maldición- maldecid sintiendo mi cuerpo vacío al instante.

Mis párpados se cerraron por un breve segundo antes de escuchar un intenso llanto inundando la habitación.

Mi luz.

-Felicidades madre- sonrió la joven- ¿Qué nombre deseas darle?

-Mercy...- respondí- Quiero que se llame Mercy.

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POV. Cassandra Camberleck.

Cometemos tantos errores por dejarnos envolver por el rencor.

Nuestro mayor enemigo es el odio, este se instala en nuestro interior y es imposible quitarlo de allí antes de hacer un esfuerzo sobrehumano.

Estamos tan acostumbrados a dañar con nuestras palabras que incluso muchas veces utilizamos las acciones bajo los efectos del enfado.

Creemos comprender lo que sucede aunque fallemos mil veces, nos negamos a equivocar sin recordar que no nos hace menos por hacerlo.

Damos consejos a personas que quizás jamás nos tomen en cuenta, pero realmente hacemos oído a sordos a nuestras propias palabras que son parte de nuestros errores.

No queremos que nadie los cometa porque sabemos que se siente al hacerlo pero no nos salvamos de nuestro egoísmo y dolor.

Actuamos de forma brusca y dañamos todo a su paso sin importarnos como se sentirán.

Somos tan duros con nuestros pensamientos que incluso dañamos al prójimo con nuestra forma de pensar.

-Christopher- lo llamo por décima vez alrededor del Palacio, sin hallar rastros de él.

Un tenso pensamiento cruzó mi mente pero lo bloquee abruptamente.

Joder cariño... Tú no.

-Chicos- alcé mi voz con suavidad observando a los guardias de la entrada principal.

-Reina- exclamaron haciendo una leve reverencia con su torso.

-¿Han visto al Rey?- pregunté sin rodeos temiendo lo peor.

-El señor se ha retirado sin dar su paradero- respondió uno de ellos.

-¡¿Qué?! ¿Pero cómo es posible que no me hayan avisado?

-El Rey lo pidió explícitamente, no quería que usted supiera.

-¿Y su vestimenta?- mi pecho de cerró ante el dolor de su partida- ¿Qué hará sin nada?- comencé a desesperar.

-Dijo que no se preocupara que el sabía lo que hacía y que no lo esperara por un largo tiempo.

-Maldición Christopher- gruñí antes de ver todo oscuro.

Pagarás por haber hecho sufrir a tu propia hermana quitando a su hija de sus brazos.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora