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POV. Lucero.

-¿Qué es lo que ocurre, papi?- bromee observando su rostro palidecer.

-¿Qué?- tartamudea.

Reí sin evitar.

-Eres muy gracioso- sonreí para luego hablar con seriedad- ¿Qué ocurre con mi madre?

-¿Con tu madre? Nada- responde- ¿Por qué lo preguntas?

-Aunque sea pequeña puedo darme cuenta de todo, querido. Hay mucha tensión entre ustedes, además de tu mirada insistente sobre ella todo el tiempo y tu rostro de enamorado- ruedo mis ojos.

-Yo...

-Quizás podrías darle celos fingiendo que tendrás una cita.

-¿Me estas diciendo que le de celos a tu madre?- pregunta sin creérselo- Pero... ¿Por qué?

-Ella te quiere pero no lo admitirá por miedo a sufrir, ella sabe que ahora me tiene a mí y intentará protegerme para que nadie me lastime. Necesita un pequeño empujón para que admita sus sentimientos- expliqué.

-No puedo creerlo.- susurra, sonreí escuchándolo- ¿Y qué podría hacer si siempre intenta no responderme?

-¡Te ayudaré! Tú solo debes de fingir que tendrás una cita, ella intentará sacarte información y tú se la darás- musite con tranquilidad.

-¿Pero quién podría ser mi cita?- exclama perdido.

-Imagina el rostro de alguna chica del pueblo, que de lo demás me encargo yo sólita.

-¿Estás segura de lo que me dices?- pregunta no muy seguro- ¿Qué harás?

-Haré que ella este allí frente a mamá.

-¡¿Qué?! De ninguna manera- niega.

-¿Acaso no confías en mi?- exclamé con sorpresa.

-¡Claro que si, enana!

-Utilizaré mis poderes para fingir que ella esta allí, tranquilo que nada puede salir mal.

-No me gusta esa ultima frase- susurra.

Sonreí.

-Te empezará a gustar- reí ideando un plan.

•°•°•°•°•°•°•°•

POV. Alice Camberleck.

Gruño con enfado caminando de un lado a otro.

Hacía unas horas que Brandon llegó junto a Lucero riendo con complicidad anunciando que habían recorrido el pueblo y comprado alimentos para cocinar.

Asentí recordando que la cena estaría pronta más tarde.

Pero antes de volver a hablar, el anunció que debía salir un momento.

Lo cual se transformo en mucho tiempo.

¿Dónde estaría este hombre?

Estaba tan perdida en mis pensamientos que la cerradura de la puerta me sobresaltó.

Dirigí mi mirada a ella encontrándome a él caminando con cuidado hacia las escaleras.

-¿Podemos hablar?- pregunto con desesperación al verlo marchar.

-No.

Frunzo el ceño.

-¿A dónde irás?- observo su vestimenta.

-Tengo una cita con una chica del pueblo.

¡¿Qué?! No.

-No- interrumpo su paso con enfado.

Esa idiota.

-¿Qué?

-¡Oh no, tú no te irás de aquí!- grito con enfado, cerrando las puertas con violencia.

Su cuerpo se sobresalta al notar mi cuerpo cambiar, abre sus boca sin decir nada, sus ojos se abren con sorpresa.

-¿Quién te ha dicho que puedes irte con esa idiota, sin antes hablar conmigo?- pregunto acorralando su cuerpo contra el mármol de la mesa, puedo sentirlo temblar provocando una sonrisa en mi rostro.

-Alice- intenta responder sin mucho éxito.

-Si cruzas esa puerta- mi voz cambió- te acechare hasta en tus peores pesadillas y sabes que jamás miento.

-¿Por qué me haces esto?- su voz tiembla al hablar.

Puedo sentir su pecho comprimirse bajo mi tacto.

-Porque no quiero que estés con nadie, no puedo verte con alguien más- intento justificarme.

-¡Eso es ser egoísta!- intenta alejarse pero inmovilizo su cuerpo con mi magia.

-¡No puedo verte con otra persona al menos que sea yo!- grito en su rostro- No puedo dejar que vayas a verla cuando intento hablar contigo y tú te alejas.

Me mira en silencio con perplejidad.

-No te creía tan posesiva, princesita.

-¡Vete al demonio!

-Oh... que casualidad, somos muchos.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora