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Suspiré con sorpresa perdiendo en cuenta los minutos en los que me encontraba estática observando ante mi el ejercito de mis padres al igual que las mismas criaturas que habían luchado a mi lado antes de que partiera.

-¿Qué hacen todos aquí?- me atreví a preguntar.

Luego de volver junto a Camille y que ella tuviera que retirarse de mi hogar para cuidar de su nieto, ruidos externos llamaron mi atención.

Mi sorpresa fue tanta al ver a cientos de personas ante mí, que las palabras se encontraban estancadas en mi garganta.

-¡Estamos aquí para ayudar al pueblo!- alzan sus voces.

-¿Ustedes comprenden a lo que deberán de enfrentarse?

Asientes- ¡Lo sabemos y lucharemos para que el bien reine en ambos mundos!

-Está bien- acepté luego de minutos meditándolo- Debemos descansar, preparen sus armas, me temo que tendremos que partir en pocas horas- respondí sintiendo mi corazón acelerarse al observar el apoyo que recibía de todos ellos.

-Princesa- mi mirada se encuentra con uno de ellos- ¿Qué ocurrirá con el pueblo? ¿Estarán a salvo?

Asiento dirigiendo mi mirada hacia Christopher quien me observó con un asentimiento.

-Todos se encontrarán a salvo, nadie podrá hacerles daño; sus familias estarán en un lugar seguro alejadas de aquí para cuando todo comience.

-¡Pero todo comenzará en tan solo horas!

-¿Acaso dudas de mí?- alcé mi voz elevando mi ceja derecha con interrogación.

Todos negaron ante mi pregunta en silencio.

-¡Vayan a descansar, mañana a primera hora nos reuniremos a la lejanía del Palacio.

-¿En el campo de batalla?- preguntan.

-Si, en el mismo lugar.

Asintieron alejándose mi luego de escuchar mis palabras.

-¿Te encuentras bien?- susurró Brandon en mi oído, observando mi rostro con preocupación.

Asentí en silencio besando su mejilla- Solo quiero que todo esto acabe.

-Lo lograremos- sonríe- Ahora debemos de descansar.

Mi pecho se comprimió ante el recuerdo de Lucero.

-Ella estará bien, cariño. Confía en que volverá una vez todo esto acabe.

-Vamos- asentí- Quiero descansar- dirigí mi mirada a mis padres.

-Alice. ¿Estarás bien?- pregunta Cassandra.

-Estaré bien, tengan cuidado e intenten descansar- sonreímos.

•°•°•°•☆•°•°•°•

Siento que mi cuerpo es sacudido con brusquedad, mis párpados comienzan a abrirse al escuchar gritos a la lejanía.

¿Qué está ocurriendo?- pienso sintiendo el sueño abandonas mi cuerpo.

-Alice- grita Brandon ante mí volviendo a sacudir mis brazos.

-¿Qué ocurre?- pregunté irritada observando con mi respiración acelerada su rostro con leves rastros de sangre.

-Nos están atacando- avisa con su respiración alterada.

Joder.

-Déjanos tomar el control.

-Es hora, princesita.

-Solo intenten no causar traumas- respondí.

-No prometemos nada- ríen.

-¿Qué ocurrirá a partir de este momento?

-Tú lo sabes, Alice. Sólo debes de despertar.

-¿Qué quieren decir con eso?

-Estás a tan solo una decisión de cambiar el rumbo de tu destino y el de todos.

-Tendrás que ser fuerte.

-¿Por qué siento que algo me ocultan?

-Esta batalla será la peor de mucho tiempo, tendrás que usar toda tu fuerza y auto control para sobrellevar todo lo que sucederá.

-No quiero que nadie sufra por mi culpa- respondo afligida.

-Debes de ser consciente que eso es lo que sucederá, habrán vidas que le cederán el paso a otras hasta que todo esto acabe.

-Tienes que ser fuerte, se que el peso se encuentra en ti pero nos tienes a todos nosotros.

-Recuerda que somos uno, princesita.

-No te dejaremos caer.

-Palabra de honor, majestad.

-¿Qué haría sin ustedes?

-Morirte en segundos.

-¡Demonios! ¿Por qué jamás tienen tacto?

-Porque ustedes son tan asquerosamente tiernos.

-Reí escuchando sus discusiones.

-¿Por qué nosotros no podemos tomar el control?- chillan a la lejanía.

-Porque ustedes son muy blandos, angelitos.

-¿Pueden para de discutir por mi cuerpo? Es morboso- gruñí.

Mis palabras se estancaron en mi interior antes de mi presencia se envolviera en una extensa oscuridad.

Mi mirada recorría mí alrededor, el aura de mi cuerpo se transformó de forma intimidante, mis pasos se dirigieron con cautela hasta el salón de mi casa.

Allí se encontraban todos, observando mi cuerpo con sorpresa. Ya no era Alice, sino sus demonios.

-¿Qué sucede, Alice?- pregunta Cassandra consternada por mi cambio de actitud.

-Oh querida somos sus demonios, permite que nos presentarnos- sonrío con malicia.

-Que comience el final, princesita.

Reina MalditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora