10

1.6K 229 98
                                    

"Ya me sobrará tiempo para descansar cuando me muera, pero esta eventualidad no está todavía en mis proyectos"

Niall estaba feliz, contentísimo. Había pasado cada minuto desde el día anterior leyendo. Ya había acabado uno de los tres libros que Harry había traído, y parecía no poder parar. Sin saberlo, Louis y Liam lo miraban embelesados, preguntándose cómo es que podía ignorar tan drásticamente la comida frente a él por leer.

Louis escurrió la mano silenciosamente sobre la mesa, robando el emparedado de Niall. Liam le disparó una mirada desaprobatoria, a lo cual Louis simplemente respondió encogiéndose de hombros.

—¿Qué? Él no se lo va a comer.

Liam negó con la cabeza, dirigiendo su atención de nuevo a Niall.

—¿No crees que ya has leído suficiente, Ni? Deberías comer algo.

—Solo un capítulo más —balbuceó, sin prestarle mucha atención a Liam.

Pero ese capítulo se convirtió en dos, y esos dos se convirtieron en tres, y cuando se dio cuenta, Liam y Louis ya debían regresar a sus tareas.

—Niall, tenemos que irnos, promete que comerás algo —le rogó Liam, más Niall solo asintió con la cabeza desinteresadamente.

No supo cuánto tiempo pasó leyendo en el comedor, pero cuando por fin se dispuso a cerrar el libro y comer algo, todo se encontraba en tétrico silencio. Supuso que todos se habían ido ya para hacer sus tareas.

Buscó su sándwich en la mesa, solo para encontrarla vacía. No hacía falta ser un genio para deducir que había pasado con él.

—Maldito Louis.

Dejó su frente caer sonoramente sobre la mesa, soltando un bufido ruidoso.

Entre la tranquilidad del comedor, escuchó los pesados pasos de unas botas por el suelo de madera. Levantó la cabeza.

—¿Zayn?

—¿Qué demonios? —la voz del hombre se escuchó a sus espaldas— ¿Cómo supiste que era yo?

—Conozco tus pisadas. ¿Qué haces aquí?

—Voy camino a los límites. Harry encontró una de las rejas levantadas, y vamos a repararlas antes de que una de esas cosas se arrastre por ahí.

—Oh —dijo, si mucha emoción—, diviértete entonces.

Zayn notó de inmediato lo afligido que lucía Niall cuando se dio la vuelta sobre su asiento, cruzando ambos brazos en la mesa y escondiendo su rostro entre el hueco de éstos. Suspirando, Zayn puso una mano consolante en la pequeña espalda del chico.

—¿No quieres venir? —Niall levantó la cabeza de nuevo precipitadamente, haciendo reír a Zayn.

—¿Seguro?

—Sí, ¿por qué no? Luces aburrido, tal vez podrías contarme de qué trata tu libro mientras reparamos la reja, o quizá leernos un poco.

—Pero a Ha... digo, ¿no le importará al General?

Zayn agitó la mano, menospreciando lo que sea que pudiera pensar el General.

—Tendrá que lidiar con ello, vamos.

Con los ánimos en lo alto, Niall se levantó ansioso de su asiento, guardándose el libro bajo el brazo.

El camino al alambrado no fue largo, o tal vez no lo sintió así debido a la amena conversación con Zayn. El mayor continuaba enseñándole lenguaje de señas en sus tiempos libres, y si Niall era sincero, estaba comenzando a adorarlo. Poco a poco le resultaba más fácil, y sin darse cuenta, había aprendido a decir oraciones sencillas.

voraz; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora