Ese día Harry pensó en todas las cosas que le gustaban sobre Niall. Qué era aquello que lo atraía como un imán, como un plato de comida frente a un hombre hambriento, esperando por ser devorado.
Quizá era lo mismo que le había atraído de Olivia en primer lugar.
A diferencia de él, ella era dulce y suave como un pedazo de algodón. Sabía cómo tratar de Harry, y calmarlo, sin tocarle los nervios. Niall, de cierta manera, era igual. Aunque, a decir verdad, Niall era molesto, desde el primer instante, no significó para Harry nada más que un estorbo.
Mirando la situación en retrospectiva, tal vez las cosas entre Niall y Olivia fueron diferentes. La primera vez que puso sus ojos sobre Olivia, no vio más que una mujer frágil y compasiva buscando ser protegida, fue atracción inmediata. El que Harry no gustase de los hombres antes de conocer a Niall, pudo representar para él abrir la puerta de sus emociones. Dejarse guiar por algo más que el físico, Harry aprendió a ver cómo Niall, no con los ojos, sino con todo su ser.
Era difícil describirlo, describirlos a ambos. Niall era tierno, sí, pero Harry comenzaba a creer, que no estaba con él por la mera satisfacción de ser el protector de alguien débil como alguna vez lo fue con Olivia. No. Niall era lo más alejado de débil. Era adorable, como Olivia, sí, pero ella había sido formada para serlo. Harry había conocido a sus padres, y sabía que cada valor había sido inculcado a su hija con paciencia y amor. Al menos de parte de su madre.
Niall, en cambio, había nacido con una indulgencia pura. Había escuchado historias que Zayn arrojaba al viento, solo por parlotear, y a pesar de creer que Harry no estaba escuchándolo, sí que lo hacía, atentamente. Su padre era un hombre duro, de carácter fuerte, mientras su hermano era un grandulón con músculos más grandes que su cerebro, quién encontraba cierta satisfacción en molestar a su hermanito menor. No, nadie le había enseñado a Niall a ser bueno, estaba en su natureza.
Harry pensó todo eso mientras se relamía los labios ansiosamente bajo los rayos de sol amorfos que se colaban por las copas de los árboles.
—Oye, Romeo —Harry pestañeó un par de veces al escuchar la voz de su hermana-. Ayúdame con esto, ¿quieres?
Gem estaba al borde de la fosa en la que Niall había caído la noche anterior, tirando de una cuerda que del otro extremo sostenía al cuerpo putrefacto que los había atacado la noche anterior. La soga envolvía su torso, levantándolo en el aire, pero el cuerpo era muy pesado.
Harry se apresuró a ayudar a su hermana, tirando de la cuerda hasta que provocó ampollas en sus manos.
—¿Para qué quieres a esta bestia? —bufó Harry, recuperando el aliento después de haber logrado subirlo a la superficie.
—Eso, hermano, es clasificado.
—Bien, si no planeas decirme, supongo que no me necesitas más.
Harry se dio la vuelta y vacilantemente comenzó a dar pasos largos y ridículamente lentos en la dirección opuesta, hasta que escuchó la voz de Gemma detenerlo en seco.
—¡Harry, espera! —exclamó ella. Harry se giró sobre sus talones- Eso no fue por lo que te he llamado.
Su hermana se acercó a él, pisando los montones de hojas secas que había tumbado el otoño. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho y las mangas remangadas, llenas de suciedad. Tenía una mirada seria en el rostro.
—Él quiere hablar contigo —dijo Gemma, plantándose frente a él.
—No sé de quién me hablas.
—Sabes perfectamente de quién hablo. Harry, se está muriendo.
—Que bueno.
—¿Podrías madurar? No es la misma persona, ¿está bien? Solo quiere hablar con su hijo y arreglar las cosas.

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voraz; ns
FanficUna infección ha infestado las grandes ciudades, atacando las células cerebrales de los habitantes y convirtiéndolos en autómatas sin consciencia. Niall, un adolescente ciego, es abandonado por su familia a su suerte, dejándolo a merced para morir a...