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¿No se suponía que era su trabajo cuidar de él? Si así era, entonces el General era un pésimo niñero. Niall honestamente esperaba que nunca tuviera hijos.

Había pasado los últimos días ayudando a Liam con Louis, el pobre hombre estaba al borde del colapso, pero, aun así, se negaba a descansar en caso de que Louis lo necesitase. Niall se sentía terrible.

Dos noches después del arribo al orfanato, Niall había escuchado movimiento a su lado. Aún dormía sobre su lado izquierdo porque en el derecho, todavía se encontraba latente el corte en su costado. El dolor agudo lo molestaba a veces, pero solo cuando era tocado, la mayoría del tiempo, olvidaba que estaba ahí. Desgraciadamente, aún no habían encontrado un lugar en donde tomar una ducha, pues Niall anhelaba más que nada el refrescante sentimiento de agua purificadora limpiando toda aquella sangre, mugre y sudor que sentía adherido a su cuerpo.

Esa noche, escuchó la cama de Louis, no había podido dormir por el constante latir en su costado que lo mantenía despierto. Algunas veces, Louis despertaba llorando; Julia había dicho que era por el dolor, sin las drogas necesarias, no podían hacer nada para aliviarlo. Zayn había prometido salir por medicamentos, pero cuando regresaron, lo habían hecho con las manos vacías; no habían hecho un segundo viaje, pues el General no tenía el tiempo. Al día siguiente, lo intentarían de nuevo, pero Niall no estaba tan seguro de si los resultados serían favorables, después de todo, Harry no se veía ansioso de buscar algo para Louis.

—¿Lou? —susurró en la oscuridad, entornando los ojos como si aquello lo ayudara a oír mejor. Las pisadas se detuvieron, y Niall creyó saber dónde estaba parado.

Salió de la cama y caminó hacia él, tomándolo por donde pudo para no dejarlo escapar. Sabía que Louis estaba adolorido por el sonoro lloriqueó que se le escapó. Niall sintió pena. Su dolor probablemente no era nada comparado con el sufrimiento físico y mental que Louis estaba sintiendo en ese momento.

—¿Estás bien? Regresa a la cama, vas a lastimarte.

Pero las manos de Louis se aferraron a los hombros de Niall con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir.

—¿Qué pasa? ¿no quieres regresar? Pellízcame o algo si es así.

Entonces Niall sintió en su hombro el agudo dolor de un pellizco. Dejó salir un gritillo agudo y sobó su brazo.

—No tan fuerte, Dios. Ven, daremos una vuelta.

Niall no estaba seguro de que aquello fuera una buena idea, un ciego y un chico mentalmente inestable dando vueltas por un lugar oscuro y desconocido definitivamente no podían traer nada bueno, pero no encontraba una manera mejor de aliviar la angustia que corroía a Louis por dentro.

Caminaron por los pasillos. Niall no quería decir nada, sabía que, de todas maneras, Louis no podía responderle. No le veía sentido a una conversación en la que Louis no pudiera participar.

Le hubiera gustado creer que aquella caminata lo había calmado al menos lo suficiente como para hacerlo dejar de lloriquear en silencio, le sentaba bien creer que por fin había servido para algo. Pero a sentir los brazos de Louis rodearlo por hombros, escondiendo su cabeza en su cuello mientras lloraba sobre su piel, Niall supo que nada estaba bien.

Lo abrazó, reconfortándolo como pudo, pero Niall inexperto, no sabía qué hacer, y en ese momento, solo deseaba que Louis hubiera escogido a Liam.

¿Qué debía decir para hacerlo sentir mejor? O tal vez no debía decir nada, tal vez solo debía sostenerlo, toda la noche si era necesario.

Niall no había tenido ningún encuentro de ese estilo de nuevo con Louis, se limitaba a seguir a Liam a todas partes como perrito extraviado. Algunas veces lo ayudaba a lavar la ropa en el pequeño estanque del patio trasero, otras veces lo ayudaba a pensar en maneras de hacer que Louis saliera de la cama y comiera algo por su cuenta; tenía miedo de decirle lo que había pasado la otra noche con él, no quería hacerlo sentir mal, después de todo, había estado intentando con tanto esmero hacer que Louis mejorase como para derrumbar su ánimo diciéndole que su mejor amigo lo había escogido como su hombro para llorar, literalmente.