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FINAL

—¿Crees que somos tan estúpidos para reunirnos con ustedes en un túnel oscuro? Sabemos que planeaban acorralarnos adentro, por lo que tomamos precauciones.

Dixon señaló con la barbilla, y uno de los hombres junto a él desenfundó el arma en sus pantalones, apuntando directamente a Niall. Harry pudo ver la boca de Dixon abrirse para dar la orden, cuando de repente, Harry soltó su hacha y corrió hacia el disparador, tomándolo de la muñeca con un grito de guerra y apuntando el arma al techo hasta que escuchó la pistola dispararse.

Escombros cayeron sobre sus cabezas y el escándalo estalló en el ajetreado lugar.

—¡Liam, ahora! —exclamó Harry, cuando sintió dos pares de brazos tomándolo de sus brazos y piernas. Una patada voló a su costado, obligándolo a retorcerse en el suelo.

Liam se aproximó a Niall, rodeando su torso con sus brazos e intentando arrastrarlo hasta su auto, pero Niall se resistía.

—¡Quentin! —gritó con todo el aire de sus pulmones, hasta que su voz se quebró y su garganta se destrozó a girones. Su voz retumbó como estruendo por las paredes del túnel, probablemente haciendo eco hasta el final.

Decir que Liam se sorprendió del nombre que salió de sus labios sería una atenuación.

Escucharon un par de disparos, sin saber a qué dirección estaban dirigidos. Ambos grupos se refugiaron detrás de sus propios vehículos, comenzando una guerra de balas que solo terminó cuando un estruendo ensordecedor los descolocó a todos. Algo había explotado al final del túnel, pero nadie era capaz de ver nada más que un punto de luz alejado.

—¡¿Qué carajos hiciste?! —exclamó Dixon al percatarse de que el único que no parecía confundido en lo absoluto, era Niall.

—A veces me subestimas demasiado —sonrió mordazmente, antes de ser tirado por Liam para esconderse detrás de uno de los autos.

Una segunda ola de explosiones los hizo temblar a todos. Luego, gruñidos comenzaron a hacer eco por las paredes curvas del lugar inhóspito.

— ¿Qué fue lo que hiciste? —Liam dijo cerca de su rostro.

—Nunca está de más un plan de respaldo.

Algo en sus entrañas le decía que el plan era demasiado sencillo para funcionar, por lo que habló con Quentin, sabiendo perfectamente que si alguien sabría en dónde estaban guardadas las botellas de alcohol del bar, sería él.

Juntaron todas las botellas de whiskey, ron y tequila. Le dijo a Quentin como armar un cóctel molotov, y lo logró de la cabeza hasta los pies. Era un muchacho ágil, rápido y escurridizo, justo lo que necesitaba para esto.

—¡Salgan todos de aquí! —la voz de Quentin se hizo escuchar a través de la oscuridad. Ahí venía corriendo, con una botella encendida en la mano que explotó en cuanto la arrojó a uno de los vehículos enemigos.

Pero no venía solo. Detrás de él, siguiendo el escándalo y el calor, una horda de infectados lo seguía, algunos más rápidos que otros, arrastrando los pies por las vías de tren.

—¡¿Qué demonios hiciste, Niall?! —Liam lo tomó del brazo con fuerza.

—Estamos en un lugar sin luz alguna. Esas cosas saben moverse por la oscuridad, Dixon no.

—¡Y nosotros tampoco! —exclamó—. Tenemos que largarnos de aquí antes de que...

Una explosión lo mandó a callar, por lo que, sin más explicaciones, Liam lo tomó por las axilas y lo forzó a levantarse del suelo, dando gracias a que las explosiones habían sido lo suficiente para detener la guerra de balas.

voraz; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora