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—¿Niall, cariño? —la mujer se sorbió la nariz— Necesito que te quedes en casa cielo, tu hermano está en camino, pero necesito que no te muevas. No salgas a la calle, también cierra todas las puertas Y ventanas. Estoy en el supermercado, tu padre vendrá por mi dentro de poco y nos reuniremos en la estación, ¿está bien? Necesito que empaques una maleta pequeña, tu hermano va a ayudarte con todo lo demás y... —de repente, a través de la llamada, comenzaron a sonar sirenas y el bullicio se convirtió en un escándalo insoportable—. Solo mantente a salvo, tu hermano irá por ti en pocos minutos.

Ese fue el fin del mensaje. Harry reprodujo el otro, sin darle oportunidad a Zayn de que se recuperase.

—¡¿Niall?! ¡Cielo, responde el teléfono cuanto antes! Todo es una locura aquí afuera, tu hermano no me contesta las llamadas y he comenzado a preocuparme. Por favor, envíame un mensaje en cuanto puedas.

Harry entonces abrió el tercer y último mensaje.

—¡Niall James, levanta el teléfono ahora mismo! —la imponente voz de la mujer se quebró a la mitad de su reprimenda, antes de que se desmoronada en una ronda de llanto descontrolado— Por favor, han pasado horas y no sabemos nada de ti. Greg dice que cuando llegó a casa, no estabas ahí, y tus cosas tampoco. Solo regresa a casa, te lo suplico. Estaremos ahí esperándote, mi bebé... —susurró aquella ultima parte, antes de dejar ir el último suspiro tembloroso y terminar el mensaje.

El teléfono descansaba en la mesa entre ellos silenciosamente, mientras callado, Zayn miraba la pantalla negra con ambas manos entrelazadas frente a sus labios.

—¿Entonces? —Harry rompió el silencio con su estridente voz, que hizo eco en la habitación.

Zayn permaneció con la boca cerrada un par de segundos más, antes de que Harry lo escuchara hacerse para atrás en su silla. Suspirando, restregó las manos en la mezclilla de sus vaqueros.

—Bórralos —demandó, poniéndose de pie.

Harry permaneció congelado, mirando atentamente con los ojos bien abiertos y el entrecejo recto como Zayn se movía por la habitación.

—¿Cómo?

—Ya me oíste —dijo Zayn un poco más alto.

—¡¿Acaso estás demente?! —exclamó Harry, empujando la silla hacia atrás al ponerse de pie tan de repente.

—Guarda silencio, vas a despertar a los demás.

—¡A la mierda los demás! No pienso ocultarle esto. Piensa que su familia lo abandonó.

—Es mejor así —dijo Zayn, con un semblante derrotado.

Harry lo miró como si hubiera perdido la cabeza, pero lo que Harry pensara de él era la menor de sus preocupaciones.

Observó por la ventana al grupo durmiendo. Algunos en tiendas de campaña, otros en las cajas de las camionetas, y unos cuantos más en el suelo, tranquilos, como si no estuviera ocurriendo una pandemia allá afuera.

—Estás loco —masculló Harry.

—Piénsalo un momento, ¿está bien? Si le decimos que su familia está buscándolo, ¿qué crees que haga?

Harry se encogió de hombros mientras se mordía ansiosamente el labio inferior.

—No lo sé...

—Querrá ir a buscarlos, ¿y luego qué? Yo no voy a poder convencerlo de que se quede, ni yo ni nadie. Saldrá allá afuera, con suerte acompañado por Liam y Louis, y luego morirán los tres —Zayn se cruzó de hombros y desvió la mirada del General—. Será mejor ponernos a salvo primero y luego... luego podemos contarle.

voraz; nsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora