Amado "Novio".

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El estruendo en la parte de abajo fue lo que despertó a Isabella, gruñó cubriéndose con la cobija y rodaba por su cama, se acomodara como se acomodara, el ruido que provenía de la cocina seguía siendo el mismo. Se preguntó si sus hermanos conocían la palabra "Silencio", llegó a la conclusión de que no era así, de mal humor, se levantó paseándose de un lado a otro en su habitación en ropa interior alistando sus cosas para darse un baño.

Al bajar, agradeció que su mandíbula estuviera sujeta a su craneo, de lo contrario, estaba abría caído al suelo en cuanto entro a la cocina, la palabra "caos" se quedaba corta en esa situación. Harryson y Tyler estaban peleándose por una caja de cereales, Christian estaba tratando de lavar los trastes decentemente, Nicolas estaba cocinando, (era el único que parecía ser normal), Jonathan y Edward peleaban por una taza, tal vez se llevaban mejor después de la catástrofe de anoche, en cuanto a Marcus, bueno, Marcus estaba parado en el sillón.

– ¿Qué pasa aqui?

El caos era tanto que ninguno se había percatado de la presencia de la joven. Isabella tomó aire antes de llevarse los dedos a la boca y silbar con fuerza, llamando así la atención de todos y cada uno de los hombres presentes. Todos saludaron como si de niños en preescolar se tratara.

–Buenos dias Bella.

– ¡Bella! – Harryson se apresuró a correr a ella– Que bueno que bajaste, Tyler no me deja el cereal, se lo esta comiendo directo de la caja ¡Miralo!

El acusado se burló mostrándole como se volvía a empinar la caja para comer, Harryson hizo un gesto de asco.

– ¡Bella! – gritó Edward – ¡Tu novio no me deja la taza!

– ¡El se bebió mi café!

– ¡Ese tarado no es su novio! – gruñó Marcus.

Ya que había llegado a la conclusión que no iba a sacar nada de ninguno de sus hermanos, pensó que no tenía caso estar enojada con ellos, mientras ella no demostrara molestia alguna, entonces ellos no iban a descubrir que estaría buscando información en otra parte.

Caminó a la cocina donde sus dos hermanos mayores se encontraban.

—Buenos días.

Christian y Nicolás la miraron por un momento con cautela. Ciertamente Isabella siempre había sido un gran enigma para ellos. Nunca sabían que esperar de su parte. Su mente trabaja de formas que ellos no comprendían. Siempre había querido saber cómo reaccionaba. Impredecible podría ser la mejor palabra que describiera a la joven.

Isabella apretó los lábridos recargándose en la encimera. Suspiró mirando sus tenis y jugando con ellos por unos segundos antes de soltar el aire que no era consciente de haber retenido.

—Lo siento. Lamento lo de suero

Nicolas frunció levemente el entrecejo, no era usual que se disculpara tan rápido, Isabella pareció leerle la mente por que se apresuró a hablar.

—No tenía por que hablarles de esa manera, lo siento.

–Oigan, ¿Para nosotros no hay besos ni abrazos?

Los tres se giraron a Harryson que estaba con la cabeza asomada por la cocina. Nicolás lo miró ofendido.

– ¡Oye! ¡¿Desde cuando estas ahí, metiche?!

– Es mi hermana también y tengo derecho a darle un abachito y besito.— paró la trompa.

– ¡Pero que imprudente eres!

Christian e Isabella se miraron para después comenzar a reír divertidos escuchando a sus hermanos pelear como dos críos.

Christian y Nicolas llevaron los platos a la mesa con ayuda de su hermana, después se miraron brevemente antes de hablar. Isabella frunció el entrecejo al verlos.

Si me amas... Adorarás a mis  hermanos. (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora